_Usted considera que la guerra está integrada a la economía de mercado?
No solo integrada, si no es uno de sus factores más dinámicos. Para EEUU es el sostén principal del país en cualquier sentido. El avance tecnológico de EEUU es debido al llamado “sistema dual de investigación”
- ¿Qué significasistema dual de investigación” ?“
Significa que el Estado y el Pentágono financian a una inmensa cantidad de investigadores de cualquier tipo, luego, sus descubrimientos son analizados primero por el pentágono para determinar si tienen utilidad, y pasan a la industria militar, si no, se venden a la industria privada.
No obstante ello, ya hay muchos avances tecnológicos en otros países que hicieron cada vez más difícil a EEUU mantener la competitividad de su industria, entonces la mantiene de manera militar.
- ¿Cómo?
Antes del ataque a Irak la mayoría de los negocios de ese país eran con países europeos, ahora son con Estados Unidos. Se obliga a los países, por vía de la presión militar, a ser socios de Estados Unidos. Y al mismo tiempo, puertas adentro, se desarrolló una especie de keynesianismo militar, es decir, es la gran maquinaria de la producción bélica, permitiendo que no haya quebrado. Pero esas armas hay que usarlas, si no, no se las puede seguir produciendo eternamente.
–¿Cómo analiza la crisis entre Colombia y Venezuela?
–Forma
parte de lo que considero las “nuevas guerras”, el objetivo es someter a
América latina otra vez a los intereses del imperio, ya que se le ha
salido demasiado de su control. Álvaro Uribe es un títere en todo eso,
hace lo que la línea guerrerista de Estados Unidos le dicta. En 1991 la
inteligencia de Estados Unidos tenía a Uribe como número 82 entre los
100 narcotraficantes más importantes de Colombia, eso se puede leer en
un informe desclasificado por la Agencia de Seguridad Nacional de
Estados Unidos. Pero, sin embargo, desde la globalización mediática el
malo de la película es Chávez, la propaganda es uno de los elementos más
importantes de las nuevas guerras.
- El objetivo principal de la guerra es lograr ganancias a escala global?
Tiene varios fines, uno es, efectivamente el de las ganancias a escala global, mantener bajo presión militar condiciones de explotación que no serían posibles sin una situación de guerra. Permite el acceso y el despojo de recursos naturales que un país sin guerra y enfocado en un desarrollo independiente no permitiría. Lleva a la destrucción de capital, de economía, de identificación y derechos, así el despojo y la explotación se hacen más fácil.
–¿Sitúa en Colombia esa relación guerra-negocio?
–Durante
los últimos 20 años, el pasaje de la agricultura pequeña y mediana a la
agroindustria se hizo con una guerra. Porque ésa es la razón que se
esgrime para expropiar a millones de campesinos de sus tierras y hacer
una reforma agraria al revés.
–¿Cómo?
–Terratenientes y paramilitares se apropiaron de seis
millones de hectáreas de tierra, y lo que garantiza las ganancias en
Colombia es el aniquilamiento de cualquier oposición política, social,
cultural, étnica. Sigue siendo el país con más asesinatos de
sindicalistas en el mundo. Eso mantiene los salarios a nivel
competitivo. Es uno de los países con más desigualdad en toda América
latina. Las ganancias de la agroindustria, minería, despojo de
biodiversidad, etcétera, son garantizadas con el desplazamiento de más
de 4,5 millones de personas. Es el país en el mundo que más desplazados
tiene. Uribe organizó un gran espectáculo y supuestamente desmovilizó a
31.500 paramilitares. Lo raro es que cuando empezó solo existían 13.500
paramilitares.
–¿Para qué?
–La extradición de los jefes paramilitares a
Estados Unidos fue un premio para ellos y un seguro para el gobierno y
las elites colombianas, allá sólo serán juzgados por narcotráfico y,
colaborando, saldrán pronto. Mientras se evitaron los juicios por
masacres y el asesinato de 100 mil a 300 mil personas. Los responsables
intelectuales permanecen sin castigo. En Colombia los paramilitares
llegaron a construir hornos para incinerar a sus víctimas, ya que eran
demasiadas. Se siguen descubriendo fosas comunes, como la semana pasada,
con 2.000 cadáveres, victimas de masacres paramilitares y del ejército.
Una maniobra para premiar a los asesinos fieles y legalizar el robo y
despojo cometido para inyectar todo eso otra vez a un circuito económico
legal.
matildesosa@gmail.com
(*)