Marta Harnecker y el Laboratorio Comunal (I)

(La Comuna) “es un territorio de proyectos caracterizado por una cohesión geográfica, económica, cultural y social”

Dominique Voynet[1]

Se ha insistido mucho en el tema de las comunas. La insistencia ha valorado también, la importancia que el tema tiene en la conformación del Poder Popular. El asunto entonces,  se ha transformado en una necesidad y ello ha permitido la aparición de una cantidad considerables de reflexiones y gran parte de ellas, están formuladas desde una perspectiva, cuyo objeto parece estar centrado en concebir o definir a la comuna a partir de nociones ya preestablecida. Existe una ligera idea con alguna referencia histórica y a partir de esos dos elementos, se arma un concepto o una definición.

El proceso de definición y construcción de comunas, considerando la referencia anteriormente anotada no es descartable o no puede calificarse como improcedente. Es una manera de abordar el problema que puede tener sus riesgos porque ese tipo de abordaje, es generalmente realizado desde afuera y lleva implícito el procedimiento de invasión o colonización. No se peca, si imaginamos que desde muchas oficinas y con un gran mapa a la vista se trazan orientaciones para establecer coordenadas de una posible comuna. Ese esquema “olvida”, que aún reconociendo en un mapa variables o espacios geohumanos con valores y situaciones muy comunes; la Constitución Bolivariana de Venezuela tiene un aspecto relevante, que obliga a una determinada institución conectarse con las comunidades antes de fijar las fronteras de una posible comuna. .

El otro esquema de abordaje del problema, parte del interés de las comunidades y de las ideas que ellas van acumulando y procesando para darle forma a las iniciativas de organización. Ese proceso se acomete a veces improvisando (ensayo-error) o con el apoyo de vecinos y vecinas que han desarrollado y acumulado experiencias en el ámbito de la organización comunitaria (Asociaciones de vecinos, mesas técnicas, comité de salud, club deportivo). Esa dinámica de crear-errar-inventar-ajustar una organización comunitaria es gran laboratorio social, que poca importancia se le da porque muy en el fondo, se parte  de una visión poco revolucionaria del saber y conocer. El conocer y saber es (según esa idea) una competencia profesional/académica y son los expertos lo que pueden decirnos cómo deben ser las cosas. Surgen así, los modelos “prefabricados” que intenta concretar colonizaciones.

Existe ese gran laboratorio que nacionalmente intenta crear-errar-ajustar y existe además Marta Harnecker, colocada justamente frente a esos “tubos de ensayos” cuyas muestras suelen mostrar comportamientos diversos porque la química local y regional es igualmente diversa. Esa posibilidad de colocarse al frente de esos tubos de ensayos sin desvincularse emocionalmente de ellos, le ha permitido mirarlos, hacer los respectivos registros  y después con el alma puesta en la revolución bolivariana, nos ofrece sus aportes para la construcción o concreción del Poder Popular.

En una publicación que presentó en abril de este año titulada: “De los Consejos Comunales a la Comunas: Construyendo el Socialismo del Siglo XXI”, hay  una reflexión que se nutre de otros trabajos cuyo objeto es ofrecer orientaciones abrir rutas que sirvan de guía (no acabadas) para ese estratégico proceso de conformación y fortalecimiento de ese poder, en el cual la revolución bolivariana debería tener depositada todas las esperanzas para darle viabilidad al socialismo del siglo XXI.

Entiendo que la revolución bolivariana le ha dado a Marta Harnecker la posibilidad de observar un “fenómeno” que no ha sido ajeno a su interés por construir una teoría alternativa a las limitaciones que tradicionalmente ha confrontado la izquierda para darle respuestas a la dinámica impuesta por la políticas de la derecha. No pretendo ir muy lejos en identificar ese “trajinar” reflexivo y creativo de Marta Harnecker, pero en 1988 publicó con Camila Piñeiro un trabajo en el cual realizaron una síntesis del libro de Pat Devine (Democracia y Planificación Económica: La Economía Política de una Sociedad Autogobernada). En esa síntesis y en la parte elaborada por Marta Harnecker se remueven o revisan críticamente viejos conceptos y procedimientos asociados con el socialismo y la involución que sufrió. Es un texto-síntesis que tiene muchos elementos para compartir y debatir, pero en esta ocasión, y en correspondencia con el sentido de estas notas, registro la aparición (en ese documento) del tema de la Democracia participativa y la vinculación de este concepto con la toma de decisiones. En las reflexiones y aportes de Marta Harnecker, los dos aspectos señalados ocupan un lugar importante.

Tener a Marta Harnecker viendo esos “tubos de ensayos” en los cuales se busca registrar los elementos químicos del poder popular y más particularmente los elementos constitutivos de las Comunas, es una gran fortaleza. En una próxima entrega, discutiremos un poco el trabajo publicado este 22 o 23 de agosto en aporrea con el título: Las Comunas, sus problemas y como Afrontarlo,

evaristomarcano@cantv.net



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Evaristo Marcano Marín


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