Líderes interreligiosos, comunitarios y devotos de Nueva York realizaron este miércoles una vigilia en la ciudad de Brooklyn contra las agresiones del Gobierno de Donald Trump a Venezuela. La vigilia buscó abogar por la paz y señalaron que coincide con la época de adviento, que para los cristianos significa la llegada del príncipe de la paz.
El espacio tuvo lugar en la Iglesia Luterana Trinity, a cargo del reverendo Dr. Samuel Cruz, respondiendo al pedido del Papa León XIV de buscar una solución pacífica para el conflicto.
El reverendo hizo referencia a que Estados Unidos no solo ha estado ejerciendo su influencia en Venezuela, sino también en Honduras, donde ha interferido en el proceso eleccionario. Samuel Cruz expresó que el gobierno ha mostrado que la cantidad de droga que llega desde Venezuela es mínima, y que a la par, ejerce acciones contra la nación latinoamericana, y no ejecuta las mismas acciones contra otros países como China por la entrada de drogas al país.
En la vigilia, el líder religioso estableció una comparación de la doble moral de Trump al acusar al presidente Maduro por ser supuesto narcotraficante, mientras otorga el perdón al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, quien fuera condenado en marzo de 2024 por cargos de narcotráfico, posesión de armas y recibir dinero del capo mexicano Joaquín el Chapo Guzmán.
Samuel Moncada, embajador de Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas, tuvo unas palabras en la Iglesia Luteriana donde denunció las acciones de Estados Unidos aclarando que no existe un conflicto armado ni razones para un conflicto como este por parte de Venezuela. «Es una fabricación, es una guerra ficticia, una guerra ficticia que puede convertirse en una guerra real pronto», acotó el alto funcionario refiriéndose a la escalada de las amenazas en estos últimos meses.
El embajador denunció que las muertes en el mar no solo se atan a la nación venezolana, ha costado la vida de personas de Colombia, de República Dominicana, y estas acciones han sido celebradas por medios estadounidenses. Hizo un llamado a las personas presentes para hacer algo sobre ello y parar la guerra, reconociendo que, aunque los presentes no controlan el gobierno, son parte del pueblo, y que cualquier pequeña acción sobre el tema puede ser significativa.
Moncada instó al gobierno a negociar a través del diálogo como una vía para bajar la escalada de estas tensiones que vienen solo de parte de la administración estadounidense. Señaló que debe existir un entendimiento de la diversidad entre ambas naciones, que puede ser una de las vías para lograr el camino de paz.
En la vigilia se reforzó la idea del llamado de paz no solo como una opción entre ambos gobierno, sino que a través de ello se puede ayudar a preservar vidas humanas en ambas naciones, que serían los más afectados en caso de desarrollarse una acción militar como la que ha amenazado el presidente Trump en los últimos días. El reverendo Samuel Cruz convocó a los presentes a pronunciar la frase de «diálogo sí, guerra no» reforzando el compromiso de los reunidos ahí con la búsqueda de soluciones pacíficas para dar fin a las agresiones.
