Construyendo la Comunalización Cultural

Parranda, Territorio y Tradición

Se abren las ventanas de aquel vecindario olvidado por los indiferentes. Se divisa una inusual masa de gente ruidosa que canta, que suspira, que baila y se divierte al ritmo del tambor. Los niños de aquel vecindario se asoman por las empalizadas de aquel caserío rural. La Alegría es contagiosa, la pedagogía de la ternura, tan rígida en el papel, se encarna en el territorio y la portan ahora los corazones de los niños, que la escuela ha venido a visibilizar. El niño Jesús ahora no es un meta-relato, camina de un lugar a otros, con maracas que anuncia lo bello de su llegada trayendo un mensaje de esperanza ante la mirada de aquellos que creyeron que éramos un pueblo derrotado.

La escuela portadora de un mensaje, aquel que no difunde los medio de comunicación amante de las malas noticias o algunos políticos de turno, y que ahora lo enarbola una educación en resistencia. La cultura no ha perecido, el tiempo con su dureza no pudo extinguirla. Ha vuelto la parranda, el aguinaldo y la alegría al Valle de Tucutunemo. El corazón se agita, las emociones se confunden y la alegría de toda aquella muchachada que se hace dueña de su territorio cultural. Ya no hay barreras del discurso mezquino que divida lo nacional de lo local. La patria es una sola. Aquellos que le brindan tributo al consumo cultural, a la tribuna que luce su producto como un compromiso, aun acto novedoso e inusual, se contrapone con la escuela cultural contextualizada, unida a su comunidad, con una parranda que une los afectos del maestro con la familia.

Por este atrevimiento fuimos injustamente acusados de divisionista, que rompíamos con una "tradición" del municipio. Y es precisamente lo contrario, apegarnos al sueño de la Comuna, a espíritu de la circular 003013 que nos invita a apoderarnos del territorio, reconocerlo y hacernos partes de él con una gestión escolar que huela al barro de nuestras calles.

Lo irreconocible y solapado es un choque de enfoques y modelos culturales contrapuestos. Aquel Circuito Escolar, pecador para la escuela tradicional de consumo cultural, que el sistema burocrático como a los reos le puso un número, 51604002 en vez de un nombre que enaltezca sus raíces históricas, ese gran colectivo tiene rostros: Maestros, niños, gente de a pie, campesinos que tributan a la soberanía alimentaria, pueblo que como mi abuela me recuerdan la olla "encarbona" puesta en el fogón de leña para hacer las hallacas decembrino. Ese circuito con sus escuelas rebeldes le han dicho a la burocracia estatal, o a aquellos que no se han detenido a leer el Plan de la Patria, que los niños tienen ganas de sacar a pasear al furruco, que son capaces de construir su nacimiento y decora sus puertas con vasos de cartón, plástico y materia reciclable, para decirles a aquellos que juegan a la desesperanza que aquí hay una escuela en resistencia, una escuela digna que canta y baila y que defiende lo que la "tradición occidental" ha querido borrar: su memoria y patrimonio Cultural.

¡Se hiso posible!, la llave que abre el candado de la escuela tradicional se ha perdido. Tocaron a la puerta la vieja parranda de maestros pueblos, La Flor del Valle, Parranda de la Comunidad de los Bagres en el Valle de Tucutunemo al igual que los Parranderos de la Comunidad de Los Chorros se unieron a la algarabía. Los niños también tienen escena y los muy pequeñitos tocan las maracas y otros las charraca. Y si quieren que la alegría les abra el camino para recibir los regalos del niño Dios, allí tuvimos a la Banda Seca de los chicos de la U.E.N. Tucutunemo, quienes con su imponente tambor abrían paso y ahuyentaban al derrotismo y la apatía. Un circuito de locos soñadores, que injustamente fueron calificados como rebeles y no integrados, que se oponen a la cultura vista como un fetiche, un objeto de consumo donde se viste y se exhibe en una tribuna pero no se comparte con la base popular, todo para complacer a las "autoridades" que les gusta aparecer en la foto.

Se desbordan las emociones al ver a la los Liceos: Simona Isabel Acacio, Chorros, Espinal y Maestro Ricardo Piña, juntos en un entusiasta "casa por casa" serenateros estudiantiles de aguinaldos y parrandas, dándole rostro de alegría a la educación venezolana. Y hasta el fuego de las Maestras de la UPEN Valle de Tucutunemo, la calidez de su gente al igual que la muchachada de la Lagunita se sumaron a este reencuentro navideño comunal.

Quienes están derrotados hoy, en su insistencia por borrarnos la memoria, bajarnos la autoestima y creer que nos enfrentaremos pueblo contra pueblo, se les olvida que tenemos patria con identidad, que el tambor nos une y la hallaca navideña nos acerca. Que la escuela ahora no teoriza únicamente, sino que se acerca a la gente, convoca voluntades, aglutina a los hombres de buena voluntad desde el amor y la solidaridad. Le temen ahora al pueblo que se apropia en su territorio. Que lo valora y lo cuida, que cree y apuesta a la organización popular y que ahora no escatima esfuerzos para que sus planteles se reconozcan y navegan en la misma dirección.

La cultura nos encuentra, fortalece los ánimos caídos y nos brinda sentido de pertenencia en el territorio. Así, el Circuito Escolar 51604002, ubicado en el Valle de Tucutunemo, Municipio Zamora, Estado Aragua, da inicio a Las Navidades 2019 no como un evento central, sino como un Ruta de Parranda Comunal donde tendremos (desde ahora hasta el 02 de febrero de 2020, día de la Candelaria) encendida la mecha de la tradición decembrina que nos recuerde que somos un pueblo sencillo, ameno y lleno de esperanza. "El socialismo que estamos construyendo debe fundamentarse en la cultura, en los valores, en lo social y por lo social. Debemos colocar en primer lugar a los seres humanos". "El socialismo es una corriente profundamente humanista; el capitalismo es inhumano". Hugo Chávez 9 de febrero de 2006

 

Educacionydebate@gmai.com



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