17 mayo 2018 - Henri Falcón y Javier Bertucci, los dos más cercanos competidores que tiene Nicolás Maduro en la intención de voto según algunas encuestadoras, plantean en sus programas de gobierno la necesidad de recurrir a instancias de financiamiento como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o directamente al gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.), y en el caso de Falcón, incluye además la dolarización de la economía venezolana.

Estas propuestas en materia económica, son promovidas en Venezuela al mismo tiempo que en Argentina se anuncia la negociación con el FMI para recibir un préstamo por 30 mil millones de dólares, mientras algunos medios de comunicación hacen un esfuerzo por instaurar en el imaginario público, que este organismo de financiamiento no es el mismo que a principio de siglo empujó la economía argentina a una serie de ajustes que terminaron en altos niveles de desocupación y un corralito que no permitía a las personas retirar sus ahorros de las entidades bancarias, causas de las manifestaciones de diciembre de 2001 que precedieron la elección de Néstor Kirchner y el giro, en otro sentido, de la política económica.

Las exigencias que hace el FMI al momento de otorgar créditos, responden a la teoría monetarista desarrollada por Milton Friedman y asumida por un grupo de economistas denominados Los Chicago Boys. Esta concepción económica se aplicó por primera vez en nuestro continente durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile y luego en Argentina, también durante una dictadura militar.

Volviendo sobre el caso argentino en la actualidad, desde que asumió la presidencia el empresario Mauricio Macri, viene aplicando ciertos postulados de los Chicago Boys, es decir, neoliberales, cuando por ejemplo liberó el control cambiario asegurando que esto era una de las principales causas en la "distorsión" que vivía la economía del país sureño.

Esta propuesta de liberar el control cambiario también es asumida por Bertucci y Falcón como respuesta a la situación económica que atraviesa Venezuela, pero al analizar los resultados de la liberalización aplicada en 2015 por Macri en Argentina, vemos que en ese momento el precio del dólar pasó de 9.8 a 15.79 pesos argentinos por dólar, es decir, aumentó inmediatamente 61% su cotización hasta equipararse con el marcador del "Dólar Blue" o dólar paralelo, de 16.68 pesos por dólar.

En la actualidad la tendencia sigue siendo al alza, marcando en mayo de 2018 un costo de 23.73 pesos por dólar, siendo esta la cotización usada como referente para definir los precios de los productos y servicios en la economía argentina.

El FMI en Grecia

Un caso en la historia reciente donde el FMI ha intervenido con lo que algunos insisten en llamar un rescate financiero es Grecia.

En este país de la Unión Europea (UE) se han ejecutado tres préstamos desde el 2010 por parte de la denominada Troika, que son El FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea.

Para estos desembolsos, la Troika exigía al gobierno griego, presidido por Alexis Tsipras, la aplicación de una serie de medidas de austeridad que incluían reformas al sistema de pensiones y al mercado laboral, que se traduce en la reducción de los montos pagados a los pensionados y número de beneficiados, así como el aumento de la edad mínima para optar al beneficio social.

Sobre las trabajadoras y los trabajadores activos, aplicarían lo que denominan "flexibilización laboral", es decir, medidas que sacrifican los derechos de estos en beneficio de la empresa privada para "estimular la inversión".

Otras de las medidas exigidas a Atenas, fue el aumento de impuestos: IVA, impuestos sobre los préstamos que ofrece la banca, impuesto por transacciones bancarias, entre otros. También, la Troika exigió recortes al gasto público, que significa la disminución del Estado a su mínima expresión,a través del despido de trabajadores para la reducción de las nominas públicas y privatización de los servicios públicos, entre otras medidas.

Las consecuencias para el pueblo griego cinco años luego del primer "rescate financiero", se traducían en una tasa de desempleo del 26%, superando el 50% en el sector jóvenes; el despido de 200 mil trabajadores del sector público, el 40% de los niños y las niñas viven bajo el umbral de la pobreza, nueva implementación de un corralito que limita el acceso a efectivo por parte de los ahorristas, mientras que la economía sufrió un 25% de contracción desde que iniciaron estos desembolsos en 2010. Todas estas cifras fueron publicadas por la BBC.

Para el 2017 la deuda helena alcanzó el 180% de su PIB, números que cuestionan la afirmación de voceros del gobierno de Macri, sobre el cambio del FMI, para intentar justificar el haber acudido a esta instancia de financiamiento.

Si el FMI ha demostrado algún cambio interesante de analizar en los tiempos recientes es nuevamente el caso griego, al efectuar préstamos a una nación cuyos índices de endeudamiento no le permitían aspirar a un crédito de esa institución; sin embargo, se aplicó "el rescate" en un contexto donde la situación amenazaba la estabilidad de la UE, asemejándose a una decisión política y no técnica, contrario a lo que plantea el pensamiento económico impuesto por el FMI, cuyos principios no han sido cuestionados cuando implicaron sacrificar el bienestar de millones de familias obreras en América o Europa.

Es justamente esta la vía que proponen Falcón y Bertucci para "solventar" las consecuencias de la guerra económica que atraviesa hoy Venezuela.