"Es que tú no te das cuenta que mientras estás chismeando el pueblo sigue avanzando” (letra de una de mis canciones populares)
Como diría el Mandinga de Alberto Nolia: da pena ajena. El discurso de Yongo es tan lamentable como la acción que ordenó de quemar las chaguaramas de la avenida Bolívar y las plantas de la orilla del Guaraira Repano. Su discurso no tiene fuerza. Adolece de simetría, se cae en un radio de dos metros. Su voz es como la aquellos efebos a los que castraban los imperialistas romanos para que mantuvieran el timbre de ella aniñada, para luego llevárselos a sus alcobas, porque los imperialistas son aberrados genéticos Debes tomar jarabe de hombre, Yongo.
Yongo no tiene estirpe. Su árbol genealógico está forrado de billetes, buen vivir y como se sabe ningún hombre se vuelve líder de pueblo viniendo de la oligarquía. Pregúntese usted, amigo lector, como se escuchará Yongo mientras está bañándose rodeado de lujos cantando…”Que triste vive mi gente en las casas de cartón”, ¿verdad qué es ridículo solamente imaginárselo? Imagíneselo interpretando en su universidad, bajo el coro de sus panas sifrinos,…”Comandante Che te mataron…” Es inaudito; una utopía.
Ningún luchador social baja de los altos tronos del fascismo. Hace falta más que estar financiado por los medios de prensa y el imperio norteño. ¿Cómo le puede explicar Yongo al pueblo lo que es pasar un día sin comer? ¿Cómo le explica ese sentimiento de ver a un hijo muerto mientras se baja del cerro en busca de un hospital esquivando huecos y oscuridades? ¿Cómo va a ignorar Yongo que normalmente a los líderes sociales paridos por el pueblo los padres de sus panas sifrinos los torturaban en los sótanos de la Digepol, los secuestraban en las madrugadas de sus viviendas del 23 de Enero, para desaparecerlos?
Un luchador social no pasa sus primeros días de estudiante manipulado por un jesuita de la estirpe del cura Ugalde. Un luchador social del pueblo no tiene cabida en esas televisoras desestabilizadoras. El pueblo es mayoría, es un 80% de los habitantes de Venezuela no habita en el Country ni en ninguna de esas urbanizaciones del este sifrino y pantallero de donde proviene Yongo y su hueste. ¿Cuán cantor le canta a la oligarquía cuna de Yongo, de Julio Borges, de Leopoldo López, de Capriles Radonsky? No seas inocente Yongo. La política tiene sus bemoles y sus intríngulis. De una vez el pueblo te tiene identificado como un factor de quien lo esclavizó durante casi cincuenta años en el Siglo XX
Produce interrogante que te hagas el inocentón. Pero quieres burlarte de ese pueblo y no lo lograrás. La oligarquía es algo demoníaco, dantesco, macabro. Con estupor el pueblo observa como las mujeres de Chacao le hacen rimas y cánticos a ese caníbal al que llaman “Maraco”, endiosándolo, echando a un lado una verdad gráfica, como es la que todos vieron cuando ese diablo “Maraco” llevaba decenas de bombas Molotov en su camión para causar desgracia en el país que lo vio nacer, por odio, por bajeza, por frustración, por envidia a Chávez al que juró eliminar “cueste lo que cueste”. Tú sabes, Yongo que Manuel Rosales se enriqueció ilícitamente, pero gritas, lo defiendes, y la gente se pregunta: ¿Qué locura es esa Yongo, si todos sabemos que con un sueldo de alcalde, gobernador, nadie puede tener ni siquiera una micra d e la riqueza que posee Manuel Rosales.
Mejor es, Yongo, que hables con tu pana oligarca, mantuano, fascista, desestabilizador Mendoza el de la Polar que enferma al pueblo, para que te obsequie un camión cargado de cerveza y salgas a vender por los barrios populares, porque ustedes los mantuanos no la consumen en sus cuchitriles, porque saben que es un veneno letal, sobre todo para los hombres que pasan de los 30 años. (Esto es tan cierto como que me llamo Ángel)
Yongo, ¿cuál Alí Primera, cuál Atahualpa, Cuál Víctor Jara, cuál Silvio Rodríguez, cuál Mercedes Sosa, cuál Violeta Parra, cuál poeta, cuál juglar, le canta a tu oligarquía ?
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