¿Es Ramos Allup un cobarde?

Él es adeco, ha sido adeco y, según su motu proprio, morirá adeco y, si vuelve a nacer: ¿será adeco? Así es que habla un líder que soñó llegar al poder como presidente, pero llegó Maduro con sus maburradas como ellos dicen, y acabó con él, lo desnudó de sus malas intenciones, lo que no le puede perdonar sin cruces de maldición, al no dejarse tumbar desde la AN que, como su séptimo presidente juró, y juró que en seis meses, Maduro sería un cadáver sin Miraflores, y ahora resulta que hasta su dignidad de diputado inmune perdió y, sin voluntad ni perseverancia de mirar su futuro de frente le queda, mucho menos podrá correr, ni encaramarse a entrar en una embajada, a no ser a la embajada de Cuba, a ver si coge un poco de dignidad de ese pueblo.

Asimismo sin estornudo alguno, dijo que, no tiene miedo, ¿y miedo a quién? Si siempre ha sido libre de expresar lo que le viniera en ganas que, hasta los cuadros del Libertador y Chávez sacó por la puerta trasera de la AN por considerarlos dos locos que desenfocaban su visión política de enmendador como presidente de la AN, a la que llegó con una valentía que ahora está por verse, si es que Guaidó no lo manda antes de embajador al Principado de Mónaco que él como astuto despreciará con la solvencia que le da la moral de haber trabajado tan dignamente cargándole el maletín a Blanca Ibáñez cuando, era secretaria del presidente Lusinchi y, él un furibundo escalador de ínfulas solapadas y, en ese trajinar de aguantar regaños y obedecer órdenes, dice ahora, no tener miedo de ser detenido y, no está dispuesto a esconderse, aunque lo llamen traicionero de la Patria, no le encalambra su orgullo de trabajar para otros, aunque sean lechuguinos y hasta afortunados terroristas en función del imperio.

Como hay excusas de excusas que afinan la bondad y la grandeza de las personas, posiblemente, como Ramos Allup no tiene nada que perder, aunque ya tiene su curul en el cielo o, en el infierno que, lo mismo da, mientras lo dejen hablar los adecos que se fueron antes, no se irá del país, ni se irá a refugiar a ninguna embajada que según sus cálculos de posibilidades matemáticas, este gobierno está de paso y eso es un detonante que cada vez que mira la espoleta de la bomba de la casa del partido, le da fuerzas de seguir adelante, aunque su voluntad enflaquece cada vez que se moja los pantalones -la edad no perdona-, pero como macho al fin todavía le queda la lengua que de disparate en disparate de sustantivos propios e impropios ha vivido como político que, por Chávez sufre de insomnios seguidos que no lo dejan gobernar como si fuera presidente de la República, y que, esos malandros como llama a los chavistas, quieren acabar con su buena vida y con su refutación de ser el secretario de AD.

Nos enteramos por hablar dormido que, a veces cuando, Ramos Allup está deprimido por causa ahora de los maduristas, que antes era por los chavistas, se endulza al pensar como se dejó envenenar por los que actualmente hacen oposición en Venezuela y, en una fase de tinieblas de rabias, cayó en las redes de la ideas por, entre otros, Julio Borges, Leopoldo López y hasta por María Corina que lo enseñó a odiar con fe de protestante y, aunque a veces piensa que está muerto en vida políticamente, no es su intención aparentar ser un cobarde y, esa cobardía que lo pone dudoso es el motor que le imprime velocidad a sus caprichos que, a su edad, siempre estará a la orden, para servirle al imperio.

Pero su gran dolor de cabeza ha sido y será que -Ramos Allup- quiere ser presidente de Venezuela y, por vainas de la vida y por pálpitos de poder del imperio: le impusieron por delante a Juan Guaidó y como contra el imperio ni loco, mejor seguir en Venezuela, aunque Maduro usurpa el poder para el que según él no fue electo.



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Esteban Rojas


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