En boca cerrada no entra burla
¿Quién es el asesor político y de imagen de María C? Sea quien sea, la ha venido engañando durante años y ella al, parecer, aún confía en que él la lleva por buen camino. La última aparición de María C fue otro desastre más.
Uno escuchó a Diosdado, Presidente de la AN, decirle a María C con mucha autoridad: “Olvídese, usted aquí no va a llegar a Presidenta” y aunque de profeta y adivino estamos a nivel del Dos Santos, el Portugalete que no pega una ni con adhesivo, estamos de acuerdo con Diosdado. En la vida no siempre la porfía vence: eso es mentira. Sobre todo en política cuando el camino democrático es expedito y no una “democracia” como la IV cuando en medio de una trácala sin parangón, AD y Copei se repartían el mando. Hoy el pueblo no se deja aplicar ese ácido.
María C equivocó el camino. No tuvo ni tiene táctica. Desde aquella ínfima organización llamada Súmate, María C se colocó un anillo en la nuca que poco a poco ha ido cerrándose en su obtuso andar politiquero. Ella es ingeniera cabillera y más hubiera ganado con su fábrica “tranca pecho” de la Yaguara que en su mediocre carrera de peleona, bocona, chismosa y altanera desde una oficina o de un curul. No tienen capacidad mental para el oficio. Su cabeza está abrumada de prejuicios, de condenas, de ignorancia. Donde llega María C levanta una polvareda de negativismo. Quiere abarcar tanto que termina sin brazos que la sostengan. Ha tenido la suerte de ser mujer millonaria, porque la atención que ha recibido no la ha tenido jamás María Bolívar. Ustedes saben por qué algunos se le acercan a María C ¿verdad?
No somos encuestadores ni nada parecido, pero hágalo usted alguna vez y pregunte a cualquier persona que piensa de María C. Lo que contestaría esta persona (lo sabemos) no lo podría escribir aquí so pena que me tumben del guaral donde me “cuelga Aporrea”.
¿Quién la asesora? ¿Quién le dice que con tal compostura va a llegar a triunfar? A veces pensamos que sus mismos colegas golpistas de la MUD son los causantes de sus fracasos, para eliminarla de la interminable cola de soñadores con la presidencia de Venezuela. María C ofende sin ton ni son, después aparece con el rostro compungido, lloroso, como el de uno de esas vírgenes que crean ínfimos pintores del hambre y del anti arte para asegurarse un pan con agua.
¿Quién le dijo a María C que mostrando ese rostro de maniquí siglo XV va a ganarse el amor de la gente después de la aberración grosera que emite contra el Presidente Electo por la mayoría en la nación Bolivariana? La engañan diciéndole que ponga cara de tener una de esas diarreas de película que les dan a los glotones de semillas gaseosas y leche.
Los asesores de María C son unos gañanes. Unos engañadores de oficio. La última acción de María C dio pena, avergonzó a miles de venezolanos en el mundo (por qué ella dice que es venezolana) haciendo tan descomunal ridículo en esa OEA de la que muchos desconfían por ser un núcleo imperialista y que para infelicidad de María C tiene dentro de poca garantía a un señor llamado Roy Chaderton que es lo que se llama en el argot deportivo un SOBRADO defendiendo a su país Venezuela.
Que María C haya ido a quejarse a la OEA bajo el auspicio de esa nación (Panamá) que vive de venderle vainas de cocina, cibernética y ropa a los venezolanos que allá van, fue el vapor que derramó el agua hirviente. No existe un venezolano que no se haya reído de esta pobre mujer, qué ironía (rica de monedas: pobre de mente) que uno no entiende hasta donde ha de llegar en sus aventuras sin sentido, sin razón, sin lógica. Los asesores le sacan el dinero y le recomiendan que siga así, asimétrica, loquita, indigente mental, con la macabra intención de que les siga aportando dinero a sus bolsillos (los de ellos) a ver si al fin pueden hacerse socios de SÚMATE…
