Mi amigo el cineasta del barrio Fucho “pecho ´e paloma” me habló en días pasados mientras nos tomábamos dos cuba libre sin hielo con los pies en la pared de la bodeguita de Anselmo, que estaba buscando unos personajes para filmar una película de muertos, espantos y “era de hielo”. Me encasqueté el último trago antes de que Toby “basquetbol” me llamara para martillarme diez bolívares “Pa i a caimaneá a los bloques”.
Me fui a casa. La idea de la película me agradaba. Me acordé de aquellas series de Boris Karlof a las 10 de la noche. Era para sufrir en medio de ese pánico juvenil de los 14 años. Bueno, pero no era tan malo; a esa yo hora me encontraba puntual en casa de mi noviecita Bebetika, que así la llamaba el ridículo de su papá, el señor Gerber al que yo le decía “compota de auyama”-era albino- y cuando ella pegaba el salto yo me aprovechaba para apretarla mientras la señora Isaura me miraba de soslayo, como en las novelas de Ágatha Christie.
¿Dónde estaban los personajes que anhelaban “Pecho e paloma’?. A mí la gente del barrio me tiene respeto. Dicen que soy serio para los planes, pero muy rochelero a la hora de la chiquita. En verdad a mi me detesta la gente seria, con esa cara como que tiene ganas de hacer pecueca excremental. Papá me dibujó una cara maliciosa, rochelera y jodedora y aunque mis amigos se arrechen y digan que soy un vejete que me la doy de “cómico” soy feliz así.
En un periódico vi una foto: ¡verta la propia! En esa gráfica aparecían los titanes alcanforados de la MUD. Le vi el rostro feliz a “Pecho e paloma” cuando le mostrara los personajes que ahí aparecían. De nuevo se hizo presente Boris Karloff, ellos eran sus personajes y de mi pana también. ¡Incluso! Antonio Ledezma se parecía a un anciano de una serie enlatada al que llamaban el abuelito Monster. Ahí, igualmente aparecía Guillermo Aveledo que bien podía hacer el conde Drácula.Grité como aquel en la bañera: ¡Eureka!, pero ¿cómo hacer para llegar a ellos?.. A Julio Borges que bien podría hacer de Dopey el de Blancas nieves que aunque usted no lo crea es un monstruo, porque solamente un monstruo puede vivir así como él, sin madre, sin padre, pero siempre limpio, saludable y feliz en aquel bosque…no jodasss
Aparecía Leopoldo López con esos ojos más brotados que rana ¿ hasta cuándo sapo nojoda? pisada por aplanadora en la cuesta más triste de su vida…
¿Cómo llegar a ellos a Radonski que era una copia de Leopoldo López con la visión como el 2 de copa, perdón, de oro, esperando que le sacaran la baraja para ir a almorzar…y nada más y nada menos que Teodoro Petkof con su copete de pájaro loco devaluado que bien podría hacer a Noé buscando animalitos, chipos, coquitos, patas blancas y otros por la quebrada de Caruata para rellenar el barco…
Diego de Losada, disculpen, Arria, bien podría interpretar a Hopaloong Cassidy, que era una caricatura, pero, coño, que arrecha jamás se le caía aquel sombrerazo que parecía un ponchera y Mariacorina sería genial interpretando a Cuquita la mecanógrafa y Marta Colomina como la novia de Toby, la pequeña Lulú…
Y Gerardo Blyde doblando a Supermán, pero cuando llegó de Criptón que sentía pena de que sus condiscípulos supieran que tenía las bolas de acero, sobre todo Luisa Lane, que para esa era…coño ¡era! -más metida que forro de bolsillo- Me quedé dormido. Después supe que esos monstruos de la MUD son intocables, porque de lo viejo que son, podrían partirse como galletitas de soda, vete al dracco, “Pecho e paloma”.
