Letra Desatada

Quiere ser como Uribe…

Mientras Álvaro Uribe fue presidente de Colombia, y todavía, las grandes corporaciones de la comunicación y la derecha internacional ignoraron su prontuario delictivo. Ignoraron su abierta conexión con los grupos paramilitares. Ignoraron las fosas comunes que se encontraron en suelo colombiano. Ignoraron su vinculación con el narcotráfico. Esas mismas corporaciones y la derecha internacional, hay que repetirlo, apoyaron la instalación de las bases militares en Colombia. Esas mismas corporaciones convirtieron a Uribe en un “gerente”. Un gerente que negoció con delincuentes, con el crimen, con las mafias, con lo más podrido de la sociedad colombiana.

Con ese ser humano, súbdito, acólito de Estados Unidos, está aliado el candidato de la oposición venezolana. Han sido públicas y notorias las reuniones de “El señor de las sombras”, como lo llamaron Fernando Garavito y Joseph Contreras en la biografía no autorizada de Uribe, con los líderes la oposición colombiana. Capriles quiere ser como Uribe. “Uribe, te queremos” se oye entre las patas de la mesa aquella.

Esas mismas corporaciones, en comandita con la derecha internacional, hacen lo posible y lo imposible por convertir a Henrique Capriles en un rival con posibilidades de ganarle a Hugo Chávez. Hacen lo posible por torcer la realidad. Capriles no tiene ni el alcance (para usar la jerga boxística) ni la pegada ni el peso para pelear electoralmente con Hugo Chávez. El de Barinas está ganando sin subir al ring. Es un peso pesado contra un peso pluma. Es una gestión inocultable a favor de los más necesitados contra la nada. ¿Quién puede mencionar al menos un logro de Capriles en el estado Miranda?

El drama de las grandes corporaciones de la comunicación social en Venezuela y en el planeta es cómo hacer para que esa torta “levante”. Cómo hacer que esa crema no se arrebate. El drama es cómo hacer que un tipo deje de decir que las mujeres van a cambiar su chocolate “por uno nuevo y dulcito” como si quienes comemos ese postre no supiéramos como se bate.

Uribe llegó lejos. Tenía y tiene a su favor a las grandes corporaciones, cual “pran” de una cárcel venezolana aupado por diarios y periodistas equivocados. Capriles tiene también a su favor a las grandes corporaciones comunicacionales pero le falta fuelle, carisma y gestión. Quiere ser como Uribe pero “no tiene con qué”.

Y es que el drama de las grandes corporaciones comunicacionales, de la MUD, de Capriles y de la derecha y extrema derecha mundiales es que Venezuela cambió y no se han dado cuenta. No hay forma tampoco de torcer esa realidad. Ahora somos un mejor país y no hay forma de ocultarlo. Hay demasiados síntomas que lo confirman. Y esa realidad hablará por la mayoría el 7-O.


mechacin@gmail.com
@mercedeschacin


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Mercedes Chacín


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