Ecomunitarismo y tecnología: algunas directrices

En estas brevísimas líneas nos limitaremos a definir algunas directrices tecnológicas fundamentales en perspectiva ecomunitarista. Cabe a l@s especialistas detallarlas en sus respectivos dominios.

Aquí concebimos la tecnología como el conjunto de técnicas aplicadas en cualquier modo de vida humano a partir del conocimiento adquirido en el mismo. Y al pensar las técnicas hay que recordar que en la Grecia clásica la "techné" cubría, tanto el arte de hacer del artesano, como la actividad del filósofo-pensador, forjador de conocimientos.

Tecnología y Madre Tierra: contra la arrogancia tecnológica

En 1912 los fabricantes del "Titanic" declararon que aquel inmenso barco era insumergible. En su viaje inaugural, más que chocar, simplemente rozó con un iceberg, y… se hundió en menos de tres horas.

Japón es una tierra donde son frecuentes los terremotos y no son infrecuentes los tsunamis. No obstante una central nuclear fue construida muy cerca de la orilla marítima en Fukushima. En marzo de 2011 hubo un terremoto a 72 kilómetros de la costa y las aguas del tsunami que lo siguió invadieron la central. La combinación de ambos fenómenos naturales provocó el derretimiento de tres de sus seis reactores, la destrucción de algunos de sus edificios y el consiguiente escape de una gran cantidad de radiación. La Deutsche Welle dijo en 2021 que unas 18 mil muertes podrían estar vinculadas al accidente y que hubo 160 mil personas evacuadas en la región; las tierras circundantes recibieron una contaminación tal que el gobierno prohibió el consumo de alimentos allí producidos.

El 6 de febrero de 2024 Sebastián Piñera, que había sido dos veces Presidente de Chile, murió en el helicóptero que piloteaba al caer al Lago Ranco, en tierras que fueron mapuches en el sur chileno. Había decidido levantar vuelo a pesar de que una pertinaz llovizna azotaba la región. Dos días después un amigo que se informó con las tres personas que acompañaban a Piñera y sobrevivieron al accidente declaró a la prensa que a tan solo cien metros de su lugar de partida la carlinga del aparato quedó totalmente empañada, dejando a Piñera sin ninguna visibilidad; de inmediato –agrega el declarante- quizá por una mala maniobra, el helicóptero cayó al lago de costado, del lado ocupado por el piloto. La autopsia determinó que Piñera (cuyo cuerpo fue rescatado a unos 18 metros de profundidad por un buzo) murió asfixiado por sumersión, o sea, ahogado.

¿Qué tienen de común esos tres hechos? La arrogancia tecnológica capitalista.

En el capitalismo se considera a la Naturaleza (humana y no humana) como un simple "recurso" sobre el que se tiene dominio, para ser utilizado y si fuera el caso descartado-desperdiciado (en el caso de la fuerza de trabajo humana se habla de "recursos humanos"). No se la concibe como la Madre Tierra a la que los humanos deben la vida y la sobrevivencia, Pachamama de la que hacen parte y a la que deben amar y respetar, como lo sienten-piensan-viven los pueblos originarios de Abya Yala.

Se da la circunstancia de que en los tres casos citados el agua es protagonista principal.

En la arrogancia capitalista, el capitalista (los constructores del "Titanic" y de la central de Fukushima, y Piñera, empresario multimillonario, con fortuna construida por cierto de forma no siempre alejada del fraude) se considera dominador y superior a la fuerzas de la Naturaleza, en este caso, del agua. Y a veces paga esa arrogancia con su vida.

Muy distinta es la postura de las culturas originarias milenarias. Si en ellas la lluvia y el agua son deseadas y agradecidas como un don de la Madre Tierra que hace posible la vida (para los mapuches el agua es la "savia de la Madre Tierra"), y por ende la vida humana, al mismo tiempo se respeta su fuerza, reconociendo la fragilidad del ser humano ante la misma. Así, desde siempre, en las culturas de base agrícola, entre ellas las originarias de Abya Yala, el tiempo de lluvia es tiempo de quedarse en casa, reforzando los lazos familiares y grupales mediante la transmisión de saberes de una generación a otra, y de preparar los utensilios para continuar las labores fuera de casa cuando la lluvia cese. La tecnología de esas culturas siempre se adaptó a los ritmos y ciclos naturales, pacientemente y sin prisa. Piñera creyó que su tecnología "capitalista-blanca" era más poderosa que el agua de la Madre Tierra, y lo pagó con su vida. En su impaciencia capitalista (en el capitalismo "el tiempo es dinero") Piñera no le hizo caso al viejo proverbio popular que dice "Más vale perder cinco minutos en la vida que la vida en cinco minutos"; no respetó la llovizna y murió ahogado en un lago.

Un mito mapuche evidencia, al contrario, una posición de respeto ante las lluvias y la fuerza del agua. Ese mito es el de la disputa entre las serpientes Kai Kai y Treng Treng. La primera provocó abundantes lluvias que causaron una gran inundación que empezó a cubrir las tierras. La segunda se le opuso. Ahora, ¿qué hicieron los mapuches durante la inundación? Pues se subieron a los altos cerros y pusieron cántaros en sus cabezas, esperando que la inundación cesase. Solo cuando la misma cedió los mapuches descendieron de los altos montes y poblaron la tierra. He ahí su posición de respeto hacia la lluvia y el agua.

Velocidad de producción-distribución-consumo adecuada a la velocidad de recuperación de la Naturaleza

Hoy es una realidad que rompe los ojos el hecho de que el capitalismo provoca una contaminación y destrucción de la Naturaleza (humana y no humana) que a veces cobra un carácter irreversible. Así se constata que en función de la máxima capitalista de obtener la mayor ganancia posible en el menor tiempo posible, desaparecen en todo el planeta hasta la extinción (o su casi extinción) diversas especies marinas o terrestres usadas como alimento o insumos productivos; y al mismo tiempo se salinizan y desertifican rápidamente en todos los continentes muchas tierras que antes fueron cultivadas por milenios, a causa del uso abusivo de fertilizantes artificiales, agrotóxicos y/o agua mal administrada, a fin de maximizar a corto plazo el número de cosechas anuales y/o la producción obtenida en cada una de ellas. Tal superproducción se da simultáneamente, debido a la desigual distribución de alimentos vigente en el capitalismo, con la muerte por hambre o desnutrición de millones de personas. Y al mismo tiempo, por su conducta destructiva de las tierras y aguas, el capitalismo, aun para los que hoy logran nutrirse adecuadamente, hace del dicho "pan para hoy y hambre para mañana" una triste realidad que amenaza de muerte futura por inanición a parte del género humano y también amenaza, por superar su capacidad de soporte y resiliencia, a buena parte de los ecosistemas existentes en el planeta desde hace milenios o millones de años.

En los seres humanos la contaminación y destrucción capitalista se ve en los numerosos accidentes de trabajo que afectan a los asalariados (provocando muertes o mutilaciones que a veces los incapacitan de por vida) y en las innúmeras enfermedades psicosomáticas (estrés, depresión, insomnio, impote0ncia sexual, etc.) que los aquejan, tanto en tiempos de actividad laboral como de desempleo puntual o duradero, y que a veces también los conducen a la muerte (en esos casos, muchas veces, por suicidio).

Y hay que notar que tampoco los capitalistas escapan a esas enfermedades psicosomáticas y a sus posibles resultantes fatales. La guerra de competencia a la que están sometidos diariamente los llevan a enfermar. Por eso hemos dicho que el Ecomunitarismo no solo le hará bien a los actuales desempleados y asalariados, sino que también favorecerá a los actuales capitalistas cuando abandonen su "función" de tales en el contexto de la economía ecológica y sin patrones, que es la del Ecomunitarismo. Porque haciendo realidad el lema fundamental del Ecomunitarismo que reza "De cada un@ según sus capacidades y a cada un@ según sus necesidades, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad", los actuales capitalistas (despojados de su "función" en la economía ecomunitarista) recibirían, a cambio de su aporte a la construcción del fondo comunitario, todo lo que necesiten para desarrollarse como individuos universales y mantener a su familia, sin tener que padecer las enfermedades psicosomáticas a las que los expone su actual "función" de capitalistas. (Recordemos que de la aplicación del citado lema también resulta la abolición del desempleo, del dinero y del salario, como lo veremos en lo que sigue).

Y en lo que respecta a la Naturaleza no humana hemos levantado la hipótesis (ver López Velasco 2009, p. 58-65 ) de que la contaminación y destrucción a veces irreversible causada en ella por el capitalismo, se debe al hecho de que la velocidad de rotación del capital (que es uno de los factores que maximiza su reproducción ampliada, y por ende el máximo enriquecimiento del capitalista en el menor tiempo posible) es superior al tiempo de recuperación de la Naturaleza usada-afectada en los procesos productivos ( y de distribución y consumo) capitalistas.

En las culturas pre-capitalistas, al contrario, como ocurre en las de los pueblos originarios de Abya Yala, los procesos de producción-distribución-consumo, porque no se supeditan a la lógica capitalista de la ganancia, siguen y se adaptan a los ciclos naturales; o sea respetan cabalmente el tiempo de recuperación de la Naturaleza no humana tras y entre cada una de las intervenciones humanas.

El Ecomunitarismo se inspira de esas culturas y promueve sus vivencias y técnicas sostenibles, para beneficio individual y solidario de y entre los humanos, y para la preservación-regeneración incesante de los ecosistemas.

Las 5 "R"

Estrechamente vinculada al item anterior está la directriz de las "5 R" propuesta-promovida por el Ecomunitarismo.

Las "5 R" consisten en Reflexionar sobre qué planeta queremos legar a nuestros descendientes, Rechazar el consumismo y asumir voluntariamente la frugalidad ecológica, y Reducir, Reutilizar y Reciclar los insumos y residuos, para, en el marco de una conducta de frugalidad ecológica libremente asumida, aplicar el principio "de cada un@ según sus capacidades y a cada un@ según sus necesidades, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad". A la luz de ese principio, que rige toda la economía ecológica y sin patrones del Ecomunitarismo, como lo hemos adelantado, se prescinde del dinero (porque los productos ya no son mercancías, sino solo valores de uso), y, por consiguiente, del salario (porque cada persona recibe lo acorde a sus necesidades de forma directa, sin mediación dineraria), y la jornada productiva de cada persona (que rotará en las funciones según sus vocaciones y capacitación) se reduce al menor tiempo posible (para que cada un@ dedique el resto de cada jornada y de su vida a desarrollarse como individuo universal según sus vocaciones y al simple ocio que permite gozar de la vida, desde que no viole las tres normas éticas básicas, que nos exigen, respectivamente, luchar para garantizar nuestra libertad de decisión, realizar dicha libertad en la búsqueda de acuerdos consensuales con l@s demás, y preservar-regenerar la salud de la Naturaleza humana y no humana); pues entre los seres humanos aptos no hay desempleados ya que y porque la tarea se reparte entre tod@s. Cuando para cubrir todas las necesidades comunitarias haya que hacer frente a tareas insalubres o repetitivas que no contribuyan al desarrollo universal de cada persona, dos habrán de ser las soluciones ecomunitaristas: rotarlas para que nadie sea indefinidamente sacrificado en su ejercicio, e inventar dispositivos-máquinas que permitan prescindir de los seres humanos en la ejecución de tales labores. Claro que en tales dispositivos, como en toda la economía ecomunitarista habrán de usarse exclusivamente energías limpias y renovables (como la solar, la eólica, de las mareas y geotérmica), velando para que sus efectos colaterales socioambientales sean minimizados. (Eso deberá ocurrir, por ejemplo, con la disposición y cantidad de las placas solares o molinos eólicos, para que los mismos no perjudiquen a los humanos ni, significativamente, a la Naturaleza no humana).

Consideramos que en esa economía las unidades productivas comunitarias indígenas (respetuosas de la Madre Tierra) y las cooperativas, cuando son verdaderas, son un complemento necesario a la propiedad estatal-pública de las empresas estratégicas controladas por l@s trabajadoras-es y la ciudadanía en general.

Conservación y optimización de la salud humana y de los "hermanos" no humanos

Contra y superando el despilfarro y destrucción de vidas humanas y de las de los "hermanos" de la Pachamama verificados en el capitalismo, el Ecomunitarismo promueve la preservación y regeneración incesante de su salud.

Para los seres humanos caracterizamos a la "salud" como un estado duradero de bienestar físico, mental y comunitario (duradero pero siempre en equilibrio inestable, que permanentemente hay que preservar-regenerar-optimizar).

Para los seres vivos no humanos (por ejemplo, plantas y animales no humanos) caracterizamos la salud como el estado de pleno ejercicio de sus funciones biológicas y ecosistémicas, antes de cualquier intervención humana.

Y podemos extender el concepto de "salud" a los entes no vivos (por ejemplo, tierras y ríos), caracterizándola como la permanencia-regeneración de sus características físico-químicas anteriores a cualquier interferencia humana sobre ellas.

Ejemplos de sincronización saludable entre los participantes humanos y no humanos de los procesos de vida (incluyendo la producción-distribución-consumo) son las tecnologías ancestrales de los pueblos originarios de la actual Bolivia. Así, por ejemplo, se destaca su maestría en la utilización del terreno y la condiciones climáticas a través de la terrazas agrícolas, en la llanura los "camellones" ("sukakollus", canteros elevados rodeados de canales de agua, que optimizan el uso de ésta y exponen mejor la superficie cultivada a los rayos fecundantes del sol), el cultivo combinado simultáneo o rotativo, con abonos naturales, en pequeñas parcelas de una hectárea o menos en cada combinación (por ejemplo, de maíz, yuca y plátano), los reservatorios de agua en depresiones del terreno ("q’ochas"), los aljibes ""q’otaña"), y los sistemas de drenaje (ver Chilon, 2009).

De todas esas técnicas habrá de inspirarse la economía ecomunitarista.

Técnica urbano-rural: ciudades verdes y campo del buen vivir

Las actuales y futuras ciudades deben ser "ruralizadas" y desconcentradas. "Ruralizar" las ciudades significa que en ellas deben multiplicarse los espacios verdes, dedicados no solo a la arborización y las plantas y flores ornamentales, sino también a la agroecología para la producción de alimentos. Esos espacios no solo deben cubrir la superficie terrestre, sino también deben aparecer en la forma de jardines verticales y aun en parte de los techos de las construcciones.

Y desconcentrar significa al mismo tiempo dar incentivos educacionales y materiales para que una parte significativa de las poblaciones de las grandes ciudades actuales vaya a instalarse en el campo, para allí producir y tener un buen vivir, como hacer lo mismo para que otra fracción de la población de las grandes urbes se mude voluntariamente a ciudades ya existentes o nuevas de tamaño a escala humana.

En este último caso, se multiplicarán los pequeños y medianos asentamientos humanos en los que la vida comunitaria se verá facilitada por el mutuo conocimiento e intercambio directo entre buena parte de sus habitantes. Al tiempo en que se reduce la distancia entre los lugares de desempeño de actividades productivas y aquellos de desempeño de otras actividades, como ser las comunitarias, educativas, artísticas, deportivas (del deporte formativo y cooperativo, y no del competitivo y crematístico propio del capitalismo), ambientales, sanitarias, etc.

A su vez, la (re)instalación voluntaria en el campo de una parte significativa de la actual población urbana (en especial de las grandes ciudades) reequilibrará la distribución demográfica, ya que en el último siglo el campo se ha ido vaciando en casi todo el mundo, debido al éxodo hacia las ciudades.

Claro que para que esa (re)instalación rural suceda, el modo de vida ecomunitarista ofrecerá a las personas las condiciones de un buen vivir en el campo; eso significa, entre otras cosas, la construcción de buenas casas (con ayuda del fondo comunitario y el esfuerzo cooperativista) dotadas de buena energía eléctrica, agua potable e internet, auxilios para el mejor y más cómodo ejercicio de las tareas productivas (especialmente las rurales), buena infraestructura caminera y buenos medios públicos de transporte, y la edificación y buen funcionamiento a proximidad de buenos centros comunitarios, educativos, sanitarios, culturales y recreativos.

En ese contexto, tanto en los espacios urbanos como rurales (y acuáticos, en ríos, lagos y mares) se priorizarán los transportes públicos por sobre los particulares, y todos los medios de transporte serán movidos con energías producidas a partir de fuentes limpias y renovables.

Contra y más allá de la obsolescencia programada

En tiempos de mis abuelos, y aún cuando yo era niño (nací en 1951) los equipos domésticos "duraban toda la vida". Así recuerdo a mi abuela cosiendo en una indestructible máquina "Singer" a pedal confeccionada con metales y maderas en los que el tiempo no hacía mella. Y recuerdo al primer frigorífico ("heladera", como se le dice en Uruguay, y en otros países "nevera") que en la casa de mis abuelos paternos permaneció funcionando como el primer día durante unos veinte años (y debe haber seguido prestando sus servicios en alguna otra casa tras la muerte de mis abuelos). Y recuerdo cuando con mis abuelos hacíamos compras de alimentos que en su mayoría no eran envasados; así llevábamos hasta el almacén nuestra bolsa de tela (que pasaba de padres a hijos) para recibir en su interior los productos a granel que el almacenero retiraba de toneles y envolvía en paquetitos de papel (hoy fácilmente reciclable y que en aquel tiempo usábamos después para forrar las tapas de cuadernos o libros escolares); las bolsas de plástico y los infinitos envases de ese material (que hoy, después de desechados se acumulan formando incluso islas oceánicas) no existían, pero la vida transcurría sin necesitarlos. Recuerdo también que cuando mi abuelo me mandaba al almacén de la esquina a comprar su vino favorito, llevaba la botella vacía de vidrio, que era usada una y otra vez, pues el almacenero la llenaba a partir de una damajuana o de un barril. Como se sabe el vidrio se recicla en un cien por ciento, prácticamente sin pérdida, de forma tal que de una botella quebrada puede salir otra igual (aunque, obviamente, en el cálculo total hay que incluir el cómputo de la energía y gastos de las máquinas y materiales invertidos en ese reciclaje).

Todos esos ejemplos muestran que la obsolescencia programada (o sea la programada duración breve y cada vez menor para muchos electrodomésticos y otros bienes) no es una fatalidad, sino un producto de la rapacidad contaminadora y destructiva de un capitalismo que se ha vuelto cada vez más voraz y más peligroso para la sobrevivencia de la Humanidad y de buena parte del planeta.

El orden comunitario-ambiental ecomunitarista, superando el capitalismo, habrá de superar esa obsolescencia programada, y en el marco de su economía ecológica y sin patrones, que incluye la adopción voluntaria de la frugalidad ecológica, adoptará una producción-distribución-consumo sostenible dotada de bienes (los que se juzgue indispensables) de larga vida, económicos en la mayor medida posible desde el punto de vista energético, y fabricados con la menor cantidad posible de insumos (que deben ser reciclables).

Bibliografía

Eduardo Chilon Camacho (2009), "Tecnologías ancestrales y reducción de riesgos del cambio climático", gratis en internet.

José A. de la Fuente y Ricardo Salas (Orgs., 2021), Introducción al Ecomunitarismo y a la Educación Ambiental - Una lectura chilena de la obra de Sirio López Velasco, Ed. Ariadna, disponible gratuitamente en http://ariadnaediciones.cl/ https://doi.org/10.26448/ae9789566095330.16

y en https://zenodo.org/record/5745105#.YaZXEdDMI2w

y en https://dlc.dlib.indiana.edu/dlc/handle/10535/10827

en https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/51640

y en https://es.scribd.com/document/561776175/Introduccion-Al-Ecomunitarismo-y-Educacion-Ambiental

Sirio López Velasco, Ética ecomunitarista (2009), Ed. UASLP, disponible gratuitamente en https://rebelion.org/download/etica-ecomunitarista-etica-para-el-socialismo-del-siglo-xxisirio-lopez-velasco/?wpdmdl=654430&refresh=5ffa00fe3411b1610219774

y en https://www.scribd.com/document/557262193/Etica-ecomunitarista

--- Contribuição á Teoria da Democracia – Uma perspectiva ecomunitarista (2017), Ed. Fi, Porto Alegre, Brasil, disponible gratuitamente en https://www.editorafi.org/196sirio

--- (2023, Org. Claudinei A. de Freitas da Silva), Filosofía ecomunitarista aplicada, Ed. Fi, disponible gratuitamente en https://www.editorafi.org/ebook/a042-filosofia-ecomunitarista-aplicada

y en https://rebelion.org/download/filosofia-ecomunitarista-aplicadasirio-lopez-velasco/?wpdmdl=774425&refresh=650ca5e69e7f31695327718



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Sirio López Velasco

Uruguayo-brasileño-español. Filosofo y Lingüista, profesor universitario jubilado

 lopesirio@hotmail.com

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