De Colombia a Medio Oriente

El pasado 9 de Abril se conmemoraron 64 años del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, líder carismático de la historia y la política colombiana, aunque este escrito no tiene como finalidad hacer referencia tan solo a este lamentable acontecimiento, se hace casi obligado tener que nombrarlo si deseamos hacer referencia a la historia contemporánea de la hermana república. Es innegable reconocer que el asesinato del líder colombiano marca la historia contemporánea colombiana y la ubica en dos grandes brechas, una historia pre Gaitán y una pos Gaitán, con la gran cantidad de sucesos que acontecieron después de su muerte. Entre los más conocidos fue el llamado Bogotazo, acciones a medio aclarar o medio oscurecidas por los historiadores y escritores, producto de la mediocridad o de la necesidad de ocultar tal suceso el cual produjo otra gran cantidad de hechos y acontecimientos que hoy aun resuenan y persisten en la vida de Colombia.

Muchos estudiosos de este momento histórico reconocen que fue el comienzo de una guerra civil, que no solo fue circunscrita a la capital colombiana, sino que en todo el país se suscitaron similares situaciones como las acontecidas en Bogotá, muchos indican que la cifra de muertos superaba más de 200 mil almas, otros señalan que los agolpados cadáveres hacían pequeños pero muy macabros montículos que se dejaron ver por días en las esquinas de la capital colombiana, el olor a muerte y a fuego inundo la capital del país. Estos sucesos generaron un periodo conocido por otros como el de la “Violencia” para no llamarlo guerra civil.

Este periodo que se mantuvo por años, se considero una lucha contra el bipartidismo y en definitiva contra la oligarquía colombiana, quien finalmente fue la culpable de la muerte del carismático líder Jorge Eliécer Gaitán. Muchos escritores describen estos sucesos como:“Llamas ... llamas invaden el centro de Bogotá las ruanas indias y las alpargatas obreras, manos curtidas por la tierra o por la cal, manos manchadas de aceite o de lustre de zapatos, y al torbellino acuden los changadores y los estudiantes y los camareros, las lavanderas del río y las vivanderas del mercado, las sieteamores y los sieteoficios, los buscavidas, los buscamuertes y los buscasuertes: del torbellino se desprende una mujer llevándose cuatro abrigos de piel, todos encima, torpe y feliz como una osa enamorada; como un conejo huye un hombre con varios collares de perlas en el pescuezo y como tortuga camina otro con una nevera a la espalda.

En las esquinas, niños en harapos dirigen el tránsito, los presos revientan los barrotes de las cárceles, alguien corta a machetazos las mangueras de los bomberos. Bogotá es una inmensa fogata y el cielo una bóveda roja; de los balcones de los ministerios incendiados llueven máquinas de escribir y llueven balazos desde los campanarios de las iglesias en llamas. Los policías se esconden o se cruzan de brazos ante la furia.

Desde el palacio presidencial, se ve venir el río de gente. Las ametralladoras han rechazo ya dos ataques, pero el gentío alcanzo a arrojar contra las puertas del palacio al destripado pelele que había matado a Gaitán.”[1] Esto nos da una idea de lo acontecido en Bogotá luego de tan lamentable pérdida y de una parte imborrable de la historia contemporánea de Colombia y porqué no de toda Latinoamérica.

Los periodos violentos no solo fueron producto de la muerte de Gaitán, se puede decir que este fue uno de los más significativos, por lo que represento. En los años que van desde 1887 hasta ya pasados los 1899 se dio un periodo de guerra conocido como “la guerra de los mil días” la cual estuvo signada por la cruel represión contra los movimientos sindicales e indígenas. Las masacres bananeras en los 1928 en el Departamento del Magdalena, debido a las exigencias de la clase campesina y obrera, la multinacional bananera “United Fruit Company” promueve la masacre de centenares de huelguistas quienes inocentes esperaban una comisión para llegar a una negociación producto de conflictos laborales. En consecuencia a lo sucedido después de las masacres de la Unted Fruit Company, nacen los primeros grupos independientes quienes se transformarían en las primeras células de guerrilla colombiana de hoy.

A comienzo de los 60s surge un movimiento popular amplio, el Frente Unido del Pueblo liderado por el cura revolucionario Carmelo Torres el cual combate directamente contra el Frente Nacional de la oligarquía colombiana. Este frente insurgente logra movilizar una cantidad considerable de personas entre las cuales se cuentan obreros, campesinos y estudiantes, quienes por decenas de miles asumieron la lucha al grito de ir contra la injusticia social y el régimen bipartidista, este periodo fue mercado por el terror en ambos bandos. La República Independiente de Marquetalia fue aniquilada y disuelta por fuerzas del ejército colombiano en 1964, lo que obliga al líder guerrillero Carmelo Torres a desplazarse al campo donde ya existen las primeras células del ELN.

En los 70s nace el Movimiento 19 de Abril, siendo este uno de los movimientos de guerrilla urbana más notorios y conocidos, en el año 84 los movimientos guerrilleros ya conformados como el EPL, las FARC-EP y el M19 sufren un debilitamiento y división, producto de la oferta de un proceso de amnistía general a los presos políticos propuesta por el entonces presidente Belisario Betancur para provocar así una neutralización y desmovilización de los movimientos insurgentes, salvo el ELN y algunos otros pequeños grupos se negaron y no aceptaron la engañosa propuesta. Luego de puesta en práctica la propuesta del presidente Betancur, muchos de los desmovilizados, exmilitantes de las FARC–EP, miembros de movimientos populares, movimientos cristianos, obreros, indígenas, afro-descendientes, además de grupos socialistas y del partido comunista y otros decidieron formar la organización política UNION PATRIOTICA (UP).

La UP ya como organización política y con años en la militancia y después de haber logrado escaños en el congreso colombiano y posiciones en algunos departamentos del interior del país, sus miembros y militantes son amenazados, perseguidos y selectivamente asesinados a tal grado de casi acabar con sus principales figuras, muchos de los cuales se vieron en la necesidad de solicitar asilo en países europeos y latinoamericanos. Para el año 84 sumaban más de 2 mil los miembros de la UP asesinados o desaparecidos sin contar con los exiliados producto de las constantes amenazas y atentados. Esto dejo expuesto el doble discurso del presidente Betancur y freno otro intento hacia la pacificación del conflicto armado colombiano.

Los años 80s fueron muy duros para la guerrilla colombiana, luego de duros y severos golpes que dejaron como resultado un sin número de masacres y de violencia, las cuales pusieron de sobre aviso a las organizaciones internacionales para los derechos humanos, por lo cual muchos oficiales del ejército colombiano fueron imputados y arrestados. Luego de estos incidentes y a finales de los 80s se conforma la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar la cual fue integrada por los movimientos insurgentes aun en armas como el M19, el EPL los cuales consideraron una farsa del gobierno de tener una verdadera aptitud de democratización del país. Los principales movimientos que integran la coordinadora fueron el M19, el EPL y el ELN, para el año 87 se unen las FARC, fue muy notorio que a pesar de las discrepancias internas, divisionismo y la desmovilización de algunos movimientos insurgentes en Colombia y luego de la muerte y desaparición física de algunos de sus comandantes y lideres, los mismos han presentado un crecimiento notable y sostenido. Los movimientos en armas aun siguen y continúan su accionar belicista contra el gobierno colombiano y la oligarquía bipartidista que no cesa en sus prestaciones de mantener el poder político en Colombia. Pero a pesar de esto y otros elementos que se cuelan en el conflicto colombiano, la guerrilla se ha convertido en un palpable y solido contrapoder en grandes porciones del territorio colombiano.

No optaste todo este expediente de insurgencia y contra insurgencia, el conflicto armado colombiano ya con más de sesenta años de existencia y debido a tecnicismos jurídicos y con una particular retorica legal no es considerado por organismos internacionales y entre ellos la ONU con un estado de beligerancia, lo cual permite o deja a este conflicto armado en un estadio límbico legalmente hablando que no permite puedan ser aplicados los tratados y acuerdos internacionales que regulan la guerra, como son los acuerdos de la Haya o la convención de Ginebra los cuales obligarían a ambos bandos a respetar dichos acuerdos y en consecuencia buscar acuerdos que beneficien a la población y dieran fin con este conflicto. Esto también permitiría por tanto a la ONU y a su Consejo de Seguridad obligatoriamente tomar parte del conflicto lo cual produciría una consecuente intervención de conflicto, para darle fin.

De acuerdo a estos acuerdos “Los conflictos internos comprenden la protección de las personas civiles en las hostilidades, en particular contra ataques indiscriminados, la protección de los bienes de carácter civil, en especial del patrimonio cultural, la protección de todos las personas que no participan, o que han dejado de participar directamente en las hostilidades, así como la prohibición de los medios de guerra proscritos en los conflictos armados internacionales y la prohibición de determinados métodos de conducción de las hostilidades”[2]

Con la intervención de fuerzas militares estadounidenses con el ya conocido Plan Colombia, el conflicto armado colombiano pasa a ser un conflicto interno internacionalizado, sin embargo la ONU y otras organizaciones internacionales aun no consideran el conflicto armado colombiano un conflicto con las características suficientes para ser considerado un estado de beligerancia que pueda ser normado y regulado por acuerdos internacionales. Ahora con la redifinición de los movimientos guerrilleros colombianos de ser insurgentes, a ser guerrilla, narcoguerrilla y ahora como movimientos “terroristas” y así restarle formalidad y legalidad a los alzados en armas, para continuar en una indefinición que no termina de ser descifrada y así poder generar recursos jurídicos que puedan dar respuesta a este conflicto armado.

Las resolución del Consejo de Seguridad de la ONU número 1373 de 2001 designan el carácter de ”terrorista” a los movimientos Al Qaeda y los Talibanes para restar su carácter de movimientos en armas con características de beligerancia y así darle a los Estados Unidos una excusa y un recurso legal que les permita poder intervenir en los países donde supuestamente se sospeche la presencia de organizaciones de carácter “terroristas” para poder combatir y desplegar sus tropas sin ninguna privación o prohibición legal y todo esto en el marco de una supuesta guerra preventiva ya decretada contra el “terrorismo internacional”. Las resoluciones 1530, 1535, 1516, 1456, 1455 de 2004 todas sancionadas y puestas en práctica para contrarrestar los movimientos “terroristas internacionales”, esto solo busca disminuir las luchas de movimientos u organizaciones insurgentes como las de Liberación Nacional para restarle formalidad y su carácter de beligerantes, en otras palabras cualquier movimiento insurgente que decida levantarse en armas para defender o ir en contra de regímenes que conculquen derechos fundamentales de sus ciudadanos, será catalogado de “terrorista” y el Consejo de Seguridad y los Estados Unidos podrán intervenir para “controlar” este tipo de conflictos, en tal sentido y después de 60 años del conflicto armado colombiano, los movimientos guerrilleros son ahora considerados “terrorista” o ”narcoterroristas”.

Consecuentemente y luego de observar como el conflicto armado colombiano es despreciado, disminuido o minimizado, no solo desde un punto de vista bélico sino ahora también legal, se puede ver como organizaciones internacionales para los derechos humanos y otras como “Human Rights Watch” para el año 2000 informan que las fuerzas armadas de Colombia mantienen estrecha relación con los movimientos, organizaciones o grupos paramilitares de las Autodefensas, otro fenómeno armado que se suma al conflicto colombiano. Amnistía Internacional reconoce la intervención de los Estados Unidos con el financiamiento de millones de dólares a través de las empresas de armamento en el mismo año. La ACNUR advierte que Colombia posee el mayor número de desplazados de todo el continente, el número de desplazados en el interior de país supera los 3 millones y un número cercano al millón desplazados a territorio ecuatoriano, para el 2009 más de 160000 habrían solicitados asilo político o diplomático, ó protección internacional, para este mismo año la ACNUR estima hasta 20000 colombianos en Panamá quienes solicitan también de protección internacional pero para algunas ONG la cifra supera los 75000. A esto debemos aunar los 4 millones de colombianos que ya viven y conviven en Venezuela y muchos de ellos por más de 40 años. Para la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento por lo menos 5.28 millones de colombianos viven desplazados de sus hogares, tanto dentro como fuera del país a causa del conflicto armado.

Si consideramos estos y otros fenómenos que acontecen y pasan a ser comunes en la hermana república, además de ser considerado el país con el mayor índice en la producción de drogas mundialmente, el paramilitarismo y la parapolítica, haber tenido un presidente con un numero en los archivos de la DEA como vinculado al narcotráfico, los llamados falsos positivos, el secuestros, las fosas comunes, el crimen organizado y otras. Nos hacemos la siguiente pregunta ¿NO son estas o no han sido razones suficientes para que la ONU y su Consejo de Seguridad intervengan Colombia? En tal sentido podemos hacer comparaciones con los más recientes acontecimientos ocurridos y con las acciones que la ONU, su Consejo de Seguridad y la OTAN han realizado en África y Medio Oriente.

Comencemos un con en pequeño pero muy significativo ejemplo que nos puede ilustrar y darnos una idea de lo que está pasando a nivel mundial. Si comparamos el número de colombianos desplazados de acuerdo a cifras de la ACNUR para el 2009, el cual ya sobrepasa los 5.28 millones de desplazados, con la cifra de habitantes que quedan en Libia para el 2010 que es de 6.10 millones, es decir que casi un 85 por ciento de la población libia en comparación con la colombiana estaría desplazada. Sin embargo la ONU y su Consejo de Seguridad no han intervenido en Colombia, pero el despliegue y la intervención de la ONU con ayuda de la OTAN, encabezada por el gobierno francés y el apoyo de los Estado Unidos, Libia es bombardeada y después de ocho meses, desde Febrero hasta Octubre de 2011, la OTAN con la anuencia de la ONU su Consejo de Seguridad bombardeó a Libia y para el mes de Marzo por lo menos ya habían bombardeado mas de 2 mil veces, sin importar que murieran civiles inocentes o no, se hicieron más de 26 mil incursiones aéreas y el número total de muertos conservadoramente supera los 200 mil, sin dejar de resaltar el asesinato sumario del líder Libio Muamar Gadafi.

Es particularmente curioso ver como por razones “humanitarias” consideradas hasta de genocidas por la ONU y la OTAN intervienen Libia y sin hacer ningún tipo de discusión que definiese las características del conflicto libio, sin agotar los medios diplomáticos o legales, simplemente en poco tiempo, en meses, se decide la intervención, algo muy sobresaliente si comparamos estas cifras, las distintas situaciones que arroga el conflicto armado colombiano y los distintos casos de violaciones de derechos humanos. Y de ser así esto implicaría, entonces una intervención mayor y más comprometida en Colombia por la ONU y su Consejo de Seguridad, por supuesto por razones “humanitarias”.

De acuerdo a la Carta de las Naciones Unidas, sus principios y según el Consejo de Seguridad, Libia debería ser intervenida a razón de proteger a sus habitantes y por razones “humanitarias” estas resoluciones solo tomaron pocos meses para su aplicación, la discusiones en cuanto a la definición del conflicto fueron simplemente obviadas, no se definió ni como conflicto interno y o conflicto internacional, no importa y simplemente se ejecuto la intervención argumentando razones “humanitarias”. Tomemos en cuenta otro caso, pasados ya 10 años de la invasión de Irak a Kuwait, la cual suscito un conflicto internacional en el cual los Estados Unidos fue principal protagonista con la conocida Guerra del Golf y luego de desplazadas las fuerzas iraquíes fuera de Kuwait por la intervención norteamericana, se comienza a crear una matriz de opinión acerca de la posibilidad de creación de “armas de destrucción masiva” por parte del gobierno iraquí, las cuales pondrían en peligro gran parte del Medio Oriente y de los aliados de los Estados Unidos en la región.

Una vez consolidada la matriz mundialmente se genera la excusa legal para invadir Irak y acabar con el gobierno de Saddam Hussein. En consecuencia el bombardeo e invasión de suelo iraquí fue ejecutada de lo cual los resultados son incalculables por lo severo de sus daños y consecuencias, sin mencionar la cantidad de afectaciones humanas y estructurales f las cuales son irremediables. Luego de la capturara y muerte de Saddam Hussein y “finalizada” la invasión, aun hoy persiste la presencia de tropas norteamericanas en Irak con la excusa de estar entrenando y preparando fuerzas que puedan garantizar el “orden” en el país. A este conflicto tampoco se le dio o se la ha dado una definición en el rango de conflicto interno o internacional, por tanto tampoco se le dio una definición legal del conflicto en la ONU.

Estas acciones y aptitudes de la ONU y su Consejo de Seguridad generan mucha suspicacia, en este momento Siria seria el próximo país a ser intervenido por razones “humanitarias” a razón de su conflicto interno, pero como ya es sabido China y Rusia hicieron uso de su derecho al veto en el Consejo de Seguridad, lo que produjo por ahora un enfriamiento para la intervención de fuerzas de la OTAN y en especial de los Estados Unidos que ya estarían preparadas para la intervención, a pesar que los países miembros del Consejo de Seguridad insisten en la necesidad de una intervención armada en Siria por razones “humanitarias” para proteger a la población civil y dar paso a un nuevo “orden democrático” en la región, sin embargo la ONU y su Consejo de Seguridad no dan el mismo trato o no muestran la misma preocupación por naciones árabes como Bahrein, Egipto y Yemen donde también se han suscitados eventos de alzamientos, protestas, represión y asesinatos de civiles, quienes también desean cambiar y dar un paso adelante a un nuevo “orden democrático”.

El caso de Irán es otro, al cual ya se la han dictado sanciones y restricciones internacionales por parte de país que conforman la ONU y la Unión Europea, pero esta vez argumentando el uso de la energía nuclear con fines de guerra y no pacíficos, lo cual deja ver como en algunos casos los tecnicismos legales y jurídicos son aplicados a algunas naciones y a otras sencillamente se omiten con el silencio cómplice de la comunidad internacional que debería en su totalidad respetar y hacer restar el marco legal internacional. Otro caso olvidado es el de Sudan un pequeño país africano que prácticamente quedo dividido en tres estados evidentemente debido mas por sus recursos que por sus problemas religiosos como se quiso hacer ver, este conflicto produjo conservadoramente más de 500 mil muertos y más de 2 millones de desplazados, hasta la fecha no se han sabido sobre los aportes, ayuda o consideraciones que hiciese la ONU y su Consejo de Seguridad con otras naciones ha hecho al respecto.

Otro conflicto aun en desarrollo es el afgano, luego de años de episodios de combates y guerra que libraron, los muyahidines combatieron contra las fuerzas rusas y luego que las organizaciones talibanes se hacen del poder en Afganistán con el apoyo de los Estado Unido y de Reino Unido en los años 70s, los afganos son entrenados y apoyados militarmente por los norteamericanos para mantener la lucha contra el comunismo, luego de la retirada de los rusos de Afganistán, el país vivió algunos años de “tranquilidad” bajo gobiernos radicales del fundamentalismo islámico. Sin embargo la presencia norteamericano se mantuvo en la zona con bases militares. Una vez acontecido lo del 11 de Septiembre de 2001 con la caída de las torres gemelas en Nueva York, las tropas situadas en las vecinas repúblicas ex soviéticas de Uzbekistán y con nuevas bases asentadas en el propio Afganistán, Paquistán, Kirguizistán y alguna presencia en Tayikistán, fácilmente se puede especular que más que una reacción al ataque “terrorista” a las torres del World Trade Center, esta presencia fue aprovechada para mantener y establecer la presencia militar permanente debido a la continua inestabilidad en Afganistán y en toda la región, incluso fue instaurado el dólar como moneda de uso corriente en este país, y con el fin de “garantizar” una nueva infraestructura para el petróleo que se produce en la región y sale por el mar Caspio.

Como es conocido por la supuesta lucha internacional contra el “terrorismo”, Al Qaeda, y el Talibán, y a pesar de la supuesta muerte del líder de Al Qaeda Osama Bin Laden en Mayo de 2011, aun los afganos sufren con la presencia de fuerzas internacionales las cuales han causado y sigue causando un número indefinido de muertes cada vez más creciente o por causa de los atentados del talibán, así como los daños colaterales como son llamadas las víctimas y afectados por los ataques y bombardeos efectuados por las fuerzas de invasión.

Luego de haber repasado y observado el panorama bélico que se vive en gran parte del Medio Oriente y África, sin dejar de mencionar la situación que vive el pueblo palestino, por lo cual tendríamos que hacer un paréntesis y un escrito a parte sobre la situación Palestino Israelí. Podríamos en este momento hacer algunas comparaciones o contrastes con la situación del conflicto armado colombiano, aun sin ser definido legalmente hablando, pero esto en vez de aclarar la situación y darnos posibles soluciones o respuestas, solo crea mayores dudas y nos obligan a hacernos cada vez más interrogantes en ese sentido, pero antes de formulas las casi obligadas preguntas después de todo esta descripción. Esto me motiva hacer algunas consideraciones que tal vez nos oriente a salir de este intrincado enredo que es la situación colombiana.

Para el año 1979 el gobierno de los Estados Unidos publica oficialmente cifras que indican que en su país existían no menos de 12,8 millones de narcodependientes o usuarios de drogas estupefacientes mayores de 12 años, es decir un 6% de la población, si este porcentaje se mantiene, eso significa que hoy en los Estados Unidos existen alrededor de 18.52 millones de narcodependientes. A pesar de estas cifras hoy en los Estados Unidos en 12 estados de la unión, incluyendo el DC, la marihuana es permitida por razones “terapéuticas o medicinales”, por esto y otras razones los Estados Unidos se han convertido en el país mayor consumidor de drogas del mundo, sino que también en el mayor productor de marihuana del mundo, hoy en los Estados Unidos de ha creado una nueva variedad transgénica de la marihuana, conocida popularmente como la súper marihuana. Hoy en Canadá la comercialización de la marihuana ha desplazado entre otras industrias hasta la de la pornografía, en rendimiento y ganancia. “De hecho, en un artículo sobre los "indetenibles resortes económicos de los negocios en auge", asegura que la marihuana constituye actualmente el producto agrícola de más valor en Canadá, por encima del trigo, el ganado y el maderable”. [3]

El Plan Colombia impulsado por los Estados Unidos y amparado por el gobierno colombiano y por el cual se genera la venta, compra y contrabando de materiales de guerra en la región y de la supuesta colaboración y entrenamiento de las fuerzas armadas de Colombia para la lucha contra el “terrorismo” mundial, con el asentamiento de 7 bases militares en territorio colombiano, y si sabemos que Colombia mundialmente es reconocida como el país con mayor producción de drogas y los Estados Unidos como el mayor consumidor. Observando todos estos hechos, ahora si podríamos comenzar a hacernos las preguntas que podrían ayudarnos a entender las razones por la cual el conflicto armado colombiano no se le ha dado un carácter legal internacional o convenientemente no se ha solucionado, pero si nos podría dar alguna idea. Comencemos ¿Sera cierto que el Plan Colombia tiene como finalidad combatir el narcoterrorismo colombiano o más bien están allá para cuidar los cultivos ilícitos de coca y marihuana y así garantizar su venta y consumo por el enorme y creciente mercado y por el número de narcodependientes que viven en los Estados Unidos? ¿Por qué después de tantas denuncias de violaciones a los derechos humanos, el Consejo de Seguridad no se ha pronunciado o, por lo menos no ha tomado cartas en el asunto, en referencia al caso del conflicto armado colombiano? ¿Por qué la ONU y su Consejo de Seguridad por razones humanitarias no han llevado a consideración el hecho que más de 5.28 millones de colombianos viven desplazados dentro y fuera del país, por causa del conflicto armado? ¿Por qué después de tantos años el Consejo de Seguridad no le ha dado un carácter de beligerancia al conflicto armado colombiano para así poder aplicar legalmente la jurisprudencia existente en los acuerdos y tratados internacionales como el de Ginebra y los de la Haya? ¿Cuándo comenzaran las fuerzas de la ONU conocidos como los cascos azules a establecer y desplegar sus fuerzas para asumir acciones preventivas y así contener el conflicto armado colombiano a favor de la población civil inocente que no esta relacionada con este conflicto? ¿Porqué si los Estados Unidos teniendo los mejores y más avanzados sistemas de vigilancia, de guerra electrónica, y con la más avanzada tecnología de guerra del planeta no han podido por lo menos disminuir el tráfico y la venta de drogas fuera y dentro de su país, estando establecidos en el país considerado como el mayor productor de drogas del mundo?

Estas y muchas otras interrogantes se pueden hacer en referencia a este conflicto armado, pero después de todo lo antes expuestos, algo si nos debe quedar bien en claro, y es el doble discurso del gobierno norteamericano, el cual queda cada vez más en evidencia y demuestra que solo cuando los intereses del gobierno norteamericano se ven amenazados toman parte y se involucran, incluso por encima de los acuerdos internacionales y de la misma ONU su carta de principios y otros instrumentos legales internacionales. Omitir esta o otras acciones creadas por el imperio norteamericano nos convierte no solo en ilusos e ingenuos de la política internacional sino también en cómplices de tan injustas situaciones que acontecen en todo el planeta en este momento.

El llamado sigue siendo a la reflexión, el llamado es a estar alertas y vigilantes, no podemos permanecer tranquilos ante esta situación, cada día que pasa es más evidente las intenciones de ese uno por ciento (1%) de la población norteamericana que solo desea mantener su estatus quo muy a pesar incluso de su propio pueblo. La polarización se hace cada vez más necesaria, Rusia, China y otros gobiernos con economías emergentes y toda Latinoamérica deben consolidar un frente que de nuevo polarice y como un sólido bloque puedan hacer frente a las pretensiones que ese uno por ciento (1%) de la población norteamericana quien desea y pretende decidir la suerte y la vida del resto de la población mundial.

Para finalizar concluyo citando palabras del líder colombiano Jorge Eliécer Gaitán con las cuales podemos continuar la discusión de este y otros temas de interés.”La revolución no significa demagogia y desorden, sino método, ponderación, equilibrio y avance. Nuestras masas siempre heroicas han iniciado la marcha de la victoria y nada ni nadie será capaz de detenerla” Oigamos pues una vez más la voz de la historia que se hace vigente y que todos los días nos muestra el camino y nos recuerda el modo para llegar a caminar por las grandes alamedas de la justicia, de la igualdad para así conseguir la mayor suma de felicidad posible.



Prof. Fernando V. Pacheco Maica. C.I. 7264418

mcpacheec@gmail.com

[1] “Muere asesinado en Bogotá, Jorge Eliécer Gaitán (1948)” Eduardo Galeano

[2] “El conflicto armado colombiano entre Cascos y Boinas” José F. Gómez R.

[3] “Canadá y El dilema de La Marihuana” Martin Hacthoun



mcpacheec@gmail.com


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Fernando Vicente Pacheco


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