Desestabilización vs. Controles

Socialismo del Siglo XXI en Manos del Capitalismo del Siglo XX

En definitiva vivimos en un capitalismo primitivo. Bastó que el presidente Chávez hiciera algunos anuncios (el rescate de sectores estratégicos por parte del Estado, por ejemplo) para que los resortes de la especulación, el acaparamiento y la desestabilización se dispararan. Y peor todavía, para que las instituciones que deben servir de muralla a esos ataques cedieran.

Desafortunadamente, las formas más salvajes del capital se impusieron de nuevo: Fedecámaras, Fedenagas, Conindustria, Consecomercio, Emeterio, Ochoa, Luis Vicente, Palma, Guerrero, etc, salieron de nuevo a la palestra para decir que esto es culpa del gobierno y de los excesivos controles. Pues nosotros les aseguramos que, por el contrario, esto es consecuencia de la falta de más y mejores controles, dirigidos a recortar la expresión de usura y la especulación hambreadora y, por supuesto, a combatir la corrupción en torno al desarrollo de un nuevo modelo productivo.

Nos referimos a un capitalismo primitivo, porque ni siquiera las instituciones creadas para controlar los desafueros del libertinaje económico funcionan. Así encontramos como Samuel Ruh, responsable del Indecu, durante todo el mes de enero y principios de febrero aseguró hasta el cansancio que acá no había acaparamiento ni escasez ni especulación.., finalmente, al parecer, Vielma Mora lo convenció de lo contrario; caso especial es el de Trino Alcides Díaz, superintendente de bancos, quien se limita a celebrar las ganancias de la banca.., y a los maltratados usuarios del servicio que nos lleve el diablo.

Otro tanto podemos decir de la Fiscalía que no procede contra acaparadores y especuladores; y como olvidar al Defensor del Pueblo que debe apuntar hacia aquellas instituciones públicas que por ineficiencia contribuyen con el deterioro de la calidad de vida de los ciudadanos; o simplemente repasemos las funciones del Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio (otrora Fomento), cuyo equipo de tecnócratas es incapaz de monitorear de manera eficaz el aparato productivo del país.

Párrafo aparte nos merece que tampoco los entes encargados de impulsar el avance de un nuevo modelo productivo (Milco, Agricultura y Tierra, Alimentación, Trabajo, Economía Popular, y quién sabe cuántos otros) han logrado consolidar o semidesarrollar una economía alternativa.

El presidente Chávez ha dedicado largas horas, ya suman años, de su ejercicio presidencial a temas como las cooperativas, la cogestión, el desarrollo endógeno, la soberanía alimentaría; también ha invertido muchos recursos económicos, técnicos y humanos en dichos aspectos, todo esto enmarcado en la tesis del nuevo modelo productivo del Socialismo del Siglo XXI.

Sin embargo, cuando todos recibíamos el año 2007 celebrando la coexistencia de dos modelos económicos: uno basado en la redistribución, la justicia, la soberanía y el bienestar de las mayorías; otro, en el tradicional mercado liberal; resultó ser que nuestro modelo de desarrollo soñado y esperado no tuvo respuesta en las primeras de cambio para dejar fuera de juego a unos cuantos ganaderos, a un grupo de chinos acaparadores de azúcar y a unos cuantos habladores de paja que izan las banderas del mercado liberal.

En esta oportunidad fracasamos. Nuestro modelo económico anhelado se muestra débil y limitado para ir sustituyendo a las primitivas estructuras capitalistas. Esto hace vulnerable al proceso revolucionario por el que optamos.

El Socialismo del Siglo XXI no puede limitarse a la simple discusión sobre la creación del PSUV, que aunque importante, se puede convertir en una nube de humo tras la cual se oculte la conspiración y la destrucción de los sueños de millones de venezolanos, cuyas aspiraciones radican en una vida plena en calidad y trabajo. Y no digan que todo queda en manos del poder popular y los Consejos Comunales, las revoluciones requieren de una vanguardia y los pueblos tienen derecho a que se les oriente, apoye y facilite el camino hacia la democracia y el bienestar.

El presidente Chávez encendió los motores, pero ahora tiene que entonar de una vez por toda y con mucha fuerza a sus colaboradores más cercanos, de lo contrario durante los próximo 6 años el Socialismo del siglo XXI seguirá en manos del Capitalismo del Siglo XX.

economiaensencillo@gmail.com





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Jose Luis Diaz A.


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