PSUV, Gran Polo Patriótico, Seguridad y Defensa Nacional de Estado

mejor comprensión.

En el marco referente histórico cuando la burguesía se propuso alcanzar los reales paradigmas del sistema capitalista se debió confrontar y enfrentar con el esquema-estado en transformación que se venía desarrollando en permanente contradicción de crecimiento y cambios desde la Baja Edad Media pasando por el Renacimiento, la Restauración y las expresiones en violencia social como, a título de ejemplo histórico, la Revolución Francesa como, sí se nos permite, proceso catalizador fundamental para la profundización de la constitución del Estado burgués-capitalista, fundamentalmente. Pero esa transformación hacia la constitución del Estado burgués-capitalista nació con sus profundas contradicciones propias, evidentes y reales cuando el sector social comenzó a expresar sus contradicciones cuando dos (2) factores socio-económicos se expresaron en su desarrollo histórico primario. El primero, la distribución de la ganancia en crecimiento sostenido gracias a las transformaciones tecnológicas [léase: Revolución Industrial]; el segundo factor es la imposición ideológica que el factor ideológico burgués-capitalista desarrolló para poder imponer la realidad social-ideológico-económica de la “alienación”. Aquellas contradicciones eran de necesidad su control por parte de los sectores sociales que dominaban “al gobierno” más cuando sectores intelectuales reflexivos adversos a ambas praxis propusieron soluciones que significaban no solo “transformar en profundidad la distribución” como también “atacar, frontalmente, la alienación”. Cabría la inquietud de preguntarnos: ¿cómo la democracia representativa alcanzó el control del Estado burgués capitalista en el marco del proceso histórico de ese obligado control del gobierno de turno-histórico? Nos, nos atrevemos a proponer una sola de varias y muy diferentes razones: la guerra.

En lo que respecta a la democracia participativa lo primero y obligado exponer es que los factores sociales en su calidad de representantes de la democracia representativa no reconocen la posible probabilidad de la praxis de la democracia participativa llegándose a casos concretos a ni siquiera reconocer de su existencia como paradigma democrático-evolutivo-social-económico e histórico. Frente a esa actitud real, los sectores sociales que se adscriben a la democracia participativa deben estar conscientes de la continua necesidad de exponer y explicar los reales significados contenidos en la democracia participativa. Como marco referente cuando tratamos históricamente el desarrollo de la democracia participativa podríamos referirnos a las experiencias en Rusia, China, Vietnam, Cuba, cada país en el marco de sus propias realidades socio-históricas. Pero lo importante, en este concreto caso a tratar, sería la consolidación de un Estado donde lo referente real e importante es la democracia participativa y qué significa para la “seguridad y defensa” de ese Estado democrático-participativo sobre la base de un sistema socialista.

En el marco de la “técnica del golpe de estado” como en las realidades presentes con las contradicciones durante el proceso de transición del Estado burgués-capitalista, es decir, de la democracia representativa hacia la democracia participativa, hacia el Estado socialista como etapa final perfectible, los factores sociales adscritos a la democracia representativa reaccionaran en el marco de los esquemas históricos pretéritos cuando, históricamente [léase: Cuba, Chile, China, Vietnam, URSS], han tenido que enfrentar procesos de cambios sociales y económicos profundos de participación de los factores sociales invisibilizados, alienados y subyugados por el Capital. En ese marco-real-histórico podremos poner como referencia varias realidades históricas tanto pretéritas como actuales en el marco referencial de las derechas internacionales. Por ejemplo, la tesis propuesta por Mister X (George Kennan) cual en su aplicación, John Mathews la expresó como: ““the West’s secret Marshall Plan for the mind” (“El secreto Plan Marshall occidental para el control de las ideas”. En Conclusiones. The Impact of the Book Distribution Project and its Contribution to the Ideological Victory of the West. [“El impacto del proyecto para la distribución de libros y su contribución a la victoria ideológica del Occidente (sobre la URSS y países socialistas europeos)].

Sería innecesario precisar que dicha praxis político-ideológica desarrollada durante la “Guerra Fría” buscaba socavar las bases de los Estados socialistas en la Europa Oriental. Otro ejemplo sería, en primer término, la expulsión de Cuba de la OEA en el marco de la reunión de Punta del Este; la segunda referencia sería la “Invasión a la Bahía de Cochinos”; la tercera es el permanente “Bloqueo a Cuba”. Nos consideramos que sí el Gobierno de Cuba no hubiera implementado una política de seguridad y defensa de la Revolución Cubana, muy probablemente, dicha Revolución hubiera sido derrotada. Como ejemplo histórico final tendríamos el proceso de golpe de estado que se desarrolló en Venezuela durante el transcurso del año 2002 que se manifestó, desde los paradigmas de la Revolución Bolivariana, como una lección socio-político-militar que obligó a considerar, diseñar y desarrollar una política de Estado global donde se comenzó a desarrollar una política de seguridad y defensa tanto del Estado en transición como de la propia Revolución Bolivariana.

¿Qué tratamos de alcanzar en nuestra propuesta en los tiempos actuales en revolución? ¿Podemos considerar que los esquemas contrarrevolucionarios “se han quedado tranquilos”? ¿Las derechas tanto nacionales como las internacionales irán a respetar el desarrollo de la democracia participativa y, en consecuencia, los cambios profundos que se vienen desarrollando en el marco de la Revolución Bolivariana del Estado burgués-capitalista-rentista venezolano en su actual y presente realidad bajo el liderazgo de Nicolás Maduro Moros?

Cuando nos sentamos tranquilamente a reflexionar sobre las contradicciones actuales presente en el proceso revolucionario venezolano tendríamos dos (2) identificables escenarios. En primer lugar, la contradicción real y objetiva en lo conceptual en los contenidos de la democracia representativa versus la democracia participativa. Aun y cuando ambas expresiones son democráticas sus praxis se contradicen profundamente cual las obliga a rechazarse mutuamente; es decir, el discurso dialéctico expresará todas sus contradicciones de clase. En segundo lugar y, también, fundamental, son las profundas y muy serias diferencias entre el Estado burgués-capitalista y el Estado socialista que en el caso concreto de Venezuela es el Estado nacional, bolivariano, chavista y socialista; es decir, podríamos proponer que el Estado revolucionario venezolano se está conjugado con el “socialismo del siglo XXI a la venezolana”.

Visto lo inmediato anterior, nos preguntamos: ¿son conciliables las contradicciones arriba descritas? La respuesta a esta pregunta es fundamental ya que sí nos consideramos adscritos al proceso de la Revolución Bolivariana ello nos obliga, en consecuencia, a defender el proceso revolucionario de cambios profundos del Estado venezolano hacia los objetivos estructurales requeridos para poder alcanzar el socialismo del siglo XXI, por ende, adscribirnos a la democracia participativa.

¿Cómo podemos defender nuestro proceso revolucionario? En primer lugar, siempre percibir los “sucesos sociales” que pudieran considerarse, en su desarrollo, como contrarrevolucionarios. Por ejemplo, podríamos mencionar “la corrupción”; crisis en el sector servicios; la distribución nacional de productos de primera necesidad; la burocracia; el anquilosamiento en el agro; la inseguridad, las declaraciones de la Conferencia Episcopal Venezolana y, por último, los contenidos de la información que van socavando, paulatinamente, la siquis social de diferentes sectores sociales venezolanos. En segundo lugar, definir, con precisión y claridad, qué significa la “política de seguridad y defensa” del Estado venezolano en su transición hacia el socialismo del siglo XXI.

¿Cómo desarrollamos la política revolucionaria de “seguridad y defensa” del Estado socialista en sus paradigmas bolivariano-chavista en su realidad nacional en el marco del Gobierno de Nicolás Maduro Moros; es decir, cómo profundizaremos esa realidad necesaria en esta etapa actual de la Revolución Bolivariana? Pero, al tiempo y necesariamente, debemos preguntarnos: ¿qué significa una política de “seguridad y defensa”?


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Miguel Ángel Del Pozo


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