Ante el pronunciamiento emitido por Enrique Capriles, la noche del 14 de abril, después de saberse los resultados de las elecciones, es evidente, que no fue un pronunciamiento, conciliador, ningún llamado a la paz, en ningún momento lo mencionó, tampoco fue una invitación a trabajar juntos por el respeto a ese pueblo que confió en él, cuyas cifras fueron reconocidas por Nicolás Maduro, sus ojos, sus palabras, sus gestos, manifestaban sin nada de disimulo la ira, una rabia desmedida, y su boca solo se abrió para proferir amenazas, desconociendo la legitimidad del CNE y sus resultados, sobre todo cuando dijo que el CNE, tendría que buscar la forma de cómo quería salir, si eso no fue una amenaza que más lo sería, y que después no diga que malinterpretamos sus palabras, hablaba de que el pueblo había hablado pero reconoció solo la parte del pueblo que voto por él en ningún momento mostró respeto por este lado del pueblo que también decidió .
Si revisamos sus declaraciones nos encontramos en ellas una gran amenaza de que están dispuestos a llegar a la presidencia por los medios que sean, es en estos momentos difíciles, cuando los verdaderos revolucionarios tenemos que tener fuerza, porque vienen tiempos muy difíciles para esta revolución, se arreciarán los acaparamientos la guerra sucia se incrementará, nos veremos bombardeados de la información mas atroz que se haya visto antes, infundirán el miedo y la confusión en nuestras propias filas, ahora si llegó el momento de cerrar filas alrededor de esta revolución
Y que nadie se confunda creyendo que porque ganamos con un margen menor al que estamos acostumbrados nos debilitaron por el contrario debemos revisar y llevar la revolución a una etapa evolutiva profunda concienzudamente ya que pudimos observar que todavía en las filas del pueblo Chavista tenemos muchas personas que no han entendido el significado y el contenido de lo que es una revolución, andamos por allí jugando al mejor postor, parece mentira que a lo largo de estos 14 años de lucha de la entrega absoluta de nuestro comandante de las obras y proyectos concluidos que no fue una promesa, sino una realidad del tamaño de la luna llena de todos los caminos que se han transitado en esta revolución todavía apostemos a una promesa incierta, cuando tenemos frente a nosotros un proyecto en pleno proceso con miras a extenderse en el horizonte,
Tal vez, Hugo Chávez quiso ponernos frente a la realidad que sería nuestro país si no luchamos juntos y unidos por la revolución, porque el hombre que yo ví y oí pronunciándose estaba muy lejos de ser ese hombre que llama a la “Paz”, que anoche cuando se necesitaba que llamará a la calma y la reconciliación solo mostró las intenciones que tiene en un futuro que empezó hoy lunes 15 de .abril, es este el momento en que Nicolás Maduro tiene que recordar las palabras que el gigante le dijera (que harían ustedes sin mi), pues llego la hora de continuar su legado sin su presencia física ya no tendrá Nicolás sus consejos, sus correcciones ni su aprobación, las decisiones que tomen corren bajo su responsabilidad, y estará protegida y porque no decirlo supervisada por los revolucionarios por algo nuestro máximo líder nos dejó garantes y guardianes de este proceso, llegó el momento de elevar esta revolución a las alturas, ya que el peligro circunda a nuestro alrededor como si de una nube gris se tratará
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