Textos Escolares y Currículo Nacional: Propuesta al Ministro Navarro

En un artículo anterior señalé que hay diferentes currículos (por ejemplo: declarado, enseñado, evaluado, aprendido), los cuales están en funcionamiento simultáneo. La reciente discusión pública, cuya agenda la ha impuesto el oposicionismo, ha girado en torno al currículo declarado u oficial. Este currículo es el que aparece en blanco y negro en documentos oficiales y que busca guiar la actividad educativa en las escuelas y otras instituciones educativas. Dependiendo del grado de control considerado en el mismo, llegaría incluso a normar la labor pedagógica en el aula. Para algunos autores, parte del currículo enseñado lo podemos encontrar en los textos escolares. Los autores de estos libros, bajo los lineamientos editoriales de las empresas privadas, interpretan el currículo oficial y lo “traducen” en términos de lecciones o unidades que permitan al estudiante asimilar al contenido y le sirva al profesor para organizar la enseñanza. En muchos casos, el currículo enseñado tal como es expresado en los textos escolares es el único documento escrito sobre el currículo que el docente tiene a su disposición. Es decir, que la mayoría de los docentes no llegan a tener en sus manos el currículo oficial sino la versión de éste elaborada por los autores de textos escolares bajo los lineamientos editoriales impuestos por las casas editoriales, en su mayoría transnacionales de nacionalidad conocida. Tal es el caso de Venezuela.

¿Por qué preocupares por los textos escolares? Primero, según lo antes expuestos, lo textos escolares son una parte importante del currículo enseñado. En algunos casos, como pereciera ser el de nuestro país, llegan incluso a sustituir al currículo oficial. Segundo, según algunos investigadores, basados en los resultados de los estudios internacionales comparativos, si tuviéramos que distinguir una única variable como factor de la calidad de la enseñanza de las ciencias de un país esa sería los textos escolares. En esos estudios, se ha encontrado una alta correlación positiva entre la calidad de los textos escolares y el nivel de desempeño de los estudiantes en las pruebas de conocimiento. Indudablemente que, por un lado, no podemos confundir correlación con causalidad, y por el otro lado, hay otros factores que influyen en la calidad del aprendizaje alcanzado por los estudiantes. Es notable la contribución del profesor y su manera de manejar la clase. Sobre este punto volveremos otro día. Entonces, es sumamente importante cuidar que una propuesta curricular oficial esté seguida de la publicación de textos escolares donde se traduzca esa propuesta según los lineamientos o principios que guían a dicho currículo. No se trata de un texto único, se trata de ofrecerle a los profesores y profesoras una serie de libros escolares apegados al currículo y que traduzcan con la mejor fidelidad posible las intenciones del mismo.

El Ministro del Poder Popular para la Educación saliente, Adán Chávez, anunció hace varios meses que estaban trabando en unos libros de texto, incluso que algunos de ellos ya habían sido terminados. Después que el Presidente Chávez mandó a para la reforma curricular y ha ampliar la discusión sobre el Currículo Nacional Bolivariano, seguramente que se le harían cambios a dicha propuesta. Por lo tanto, sería necesario redactar textos escolares adaptados a ese nuevo currículo. Ahora que tenemos un nuevo Ministro tal vez se reoriente la propuesta curricular en otra dirección. Lo cual a su vez se traduciría en un cambio en los textos escolares. Bueno, ese no es realmente el problema. El problema es que no nos olvidemos de la importancia de los textos escolares como elemento relevante del currículo enseñado.

Dada la relevancia de los libros de texto, le propongo al Ministro Navarro que nombre una comisión especial que se encargue de la coordinación de la elaboración de los nuevos manuales escolares. El trabajo de esa comisión especial puede arrancar aún antes de que se redefina el currículo oficial. En primer lugar se conformarían sub-comisiones que adelantaría el trabajo necesario para la elaboración de los textos. Por ejemplo, una sub-comisión de investigación la cual se encargaría de sistematizar la investigación nacional e internacional sobre los textos escolares. Es vital incluir en esta sub-comisión a personal del Instituto Pedagógico Rural “El Mácaro” que ha trabajado durante muchos años en esa materia, es más, son pioneros en Nuestra América en la formación de autores y la elaboración de textos escolares. Otra sub-comisión se encargaría de sistematizar instrumentos de evolución de textos escolares y de elaborar los criterios para el diseño de los textos, los cuales servirían a su vez como criterios de evaluación. El trabajo de esta segunda comisión sería muy relevante porque su trabajo permitiría establecer criterios para el diseño que estarían a la disposición de las casas editoriales para que diseñen sus textos siguiendo dichos criterios. Además, estarían establecidos con claridad los criterios de evolución a que serían sometidos todos los libros de textos del país. También, tendría esa comisión una página web donde se publicarían informes de evaluación de los libros de textos disponibles en Venezuela. Estas evaluaciones serían realizadas pro la misma comisión o por otras personas. Dichos informes servirían de orientación a los profesores, instituciones educativas, padres y representantes para escoger de manera más educada los textos escolares. Bien la misma comisión, o bien el Centro Nacional para el Mejoramiento de la Enseñanza de la Ciencia, o bien el Centro de Documentación del MPPE iniciaría y mantendría una colección especial de textos escolares nacionales e internacionales. Por ejemplo, en los últimos estudios internacionales comparativos en ciencias y matemáticas, Singapur ha ocupado el primer lugar en unos y se ha ubicado entre los primeros diez en otros. En el caso particular de las matemáticas los libros de Singapur son considerados unos de los mejores del mundo. Tendríamos una colección completa de los libros de matemáticas de ese país, publicados originalmente en inglés, de los cuales se prepararía una traducción al español de manera tal de facilitar su estudio y evaluación por parte de una amplio número de investigadores y educadores.

Entiendo que esta propuesta pueda sonar un poco utópica o que significaría un retraso significativo en la marcha por diseñar un nuevo currículo. Tal vez a los políticos les suene como un obstáculo o como retardante del avance en materia curricular. El trabajo de los educadores sería convencer a los políticos de que este no es necesariamente el caso. Convencerles de que en educación la improvisación es mala consejera, y que se cumple en este campo como en ningún otro que “del apuro sólo queda el cansancio”. En este campo adquiere un enorme significado las palabras de Napoleón: “Vístanme despacio que estoy apurado”.

La nueva propuesta curricular tiene que estar acompañada de sus correspondientes textos escolares. La realización de ambas, su divulgación y aceptación pasa porque sean elaboradas de manera sistemática y que reflejen lo mejor del pensamiento pedagógico venezolano y universal. Eso requiere invertir tiempo y recursos, aunque suene redundante, estamos a tiempo. Espero que estas recomendaciones sean oídas y que arranquemos pronto con la comisión especial que arriba propuse.

julio_mosquera@hotmail.com


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Julio Mosquera


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