Simón Rodríguez y la educación liberadora

Sigue en pie el maestro Simón, ahí ahí, paseándose por las ideas que otrora campaneara por Nuestra América.

Y no podía ser menos, su proyecto, el de Chuquisaca, quedó inconcluso, nadie lo entendió, o mejor dicho, las oligarquías lo entendían demasiado como para dejarlo surgir, así que, muere el maestro sin poder concretar su sueño de la educación popular y la educación social, hasta ahora...

Nace el maestro en 1771, y a la edad de los 20 años logra decir las verdades que aquejan a la escuela, que, al igual que la de hoy, son sus mismos males.

Habla de la educación social, la escuela social, la escuela que formando en oficios útiles, permitirá a los maestros vincular las artes mecánicas, físicas y matemáticas a la práctica, es decir, aprendiendo oficios útiles el joven puede vincular con ayuda de su preceptor los conocimientos universales relacionados con el hacer y no como lo planteó la escolástica, que repudia la experiencia y toma los dogmas como valor y criterio de la verdad, toda disciplinante y de base memorística.

Se cansa de hablar y de decir el maestro Rodríguez, que las escuelas deben tener talleres de carpintería, de herrería de agricultura, para que conociendo estos oficios el joven pueda desenvolverse en la vida cotidiana y resolver los problemas inmediatos de comida, vestido y techo, además de relacionarlos con los conocimientos universales.

Dice el maestro que mas aprende un niño tallando un palito de madera que pasar horas y horas repitiendo como loros, es decir aprender haciendo, hacer con las manos grandes obras del aprendizaje práctico.

El maestro repite hasta el cansancio que educar es crear voluntades, es decir las ganas para emprender, la energía para hacer cosas útiles, las ganas de apoyar al otro, las ganas de ayudar a los demás, las ganas de ocuparse de los demás para que los demás piensen en él, las ganas para emprender obras sociales de la colectividad, es decir la voluntad que nace de las ganas de ocuparse y de preocuparse por la sociedad, en cambote, en convite, en cayapa, en colectivo.

Dice el maestro que es necesario poblar al país con su misma gente emprendiendo la obra de la educación social, es decir, los mismos habitantes aprendiendo a ser gente pensante y hacedora del bien común, practicando lo necesario de las obras sociales y la educación como la vía expedita para formar al ciudadano que requiere la república.

Derrumbar los mitos de la modernidad es el reto para estos tiempos, no podemos seguir creyendo que la escuela que heredamos de la burguesía y de los colonizadores, fue pensada para los oprimidos de nuestra América. De ese modelo debemos desconfiar siempre!

¿A donde buscaremos modelos? , inventar para no errar, en la revolución bolivariana necesario y urgente, es pensar la educación para estos tiempos. Pensemos en serio. Tiempo del constituyente, tiempo de conversas trascendentes.

Escuela Social Rodrigueana Latinoamericana y del Caribe.


omt991@gmail.com


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Mirna Sojo

Militante del Movimiento Pedagógico Revolucionario (MPR)- Escuela Social Rodrigueana Latinoamericana y del Caribe (ESRLC). Maestra normalista, Licenciada en Educación.

 omt991.2@gmail.com

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