¿Porqué la sociedad y el gobierno sde Uribe desconocen los derechos históricos de "Los pueblos originarios"?

La Región Americana, hoy en día, incluidos los Estados Unidos de América, producto de “la crisis”, está en “revolución”. Es una revolución en diferentes estadios, en diferentes estratos sociales, en diferentes tiempos y en diferentes “formas revolucionarias”. Lo verdaderamente hermoso es ser sujeto histórico de este proceso y obliga a la más profunda responsabilidad en el compromiso, en la unidad y en la claridad de objetivos teniendo, permanentemente, presentes las características que se van mostrando durante el proceso revolucionario tanto en lo particular para cada país en revolución como en lo “global” que, objetivamente, incide en el proceso tanto interno como en la permanente correlación entre los movimientos revolucionarios manteniendo, en obligado respeto, la solidaridad en la diversidad y el respeto por cada proceso revolucionario.

Los tiempos revolucionarios en “pleno desarrollo” son, profundamente, diferentes a los movimientos revolucionarios del pasado siglo XX. Las causas que llevaron al triunfo de la Revolución Bolchevique, que fueron varias, fueron diferentes a los procesos que se manifestaron durante la Revolución china; ésta, incluso, se expresó en dos etapas revolucionarias, extremadamente, diferente y hasta contradictorias. La realidad vietnamita, basada en su primera etapa como “guerra de guerrillas” para, posteriormente, pasar a la etapa de “guerra convencional”, tuvo su feliz final en negociaciones de paz. Mientras que la Revolución Cubana vio a sus líderes fundamentales entrando en La Habana como ejercito triunfador. Pero todas tuvieron una profunda influencia del análisis marxistas que sus líderes realizaron frente a las realidades tanto internas como las influencias externas sobre cada uno de los países arriba mencionados. La Revolución Rusa se vio influida por las consecuencias de la Primera Guerra Mundial; mientras que la primera etapa de la Revolución china se manifestó por la fuerte influencia de la Tercera Internacional junto a las realidades que las presiones en Europa ejercían sobre la Rusia Soviética recién instalada en el poder político. La segunda etapa de la Revolución china se vio influida, entre otros factores, por las consecuencias de la política de los EEUU de América en el Pacífico y la corrupción de los líderes de la Asamblea, del partido político socialdemócrata, el Guomindang, y las indecisiones de Chiang Kaishek. La Revolución vietnamita fue impactada por la política de los EEUU de América en el Pacifico y la “Guerra Fría”. Los cubanos le “echaron pichón” a enfrentar las políticas corruptas producto de los objetivos políticos y económicos de intereses muy precisos de ciertas sociedades norteamericanas.

Las revoluciones, en desarrollo, en la actualidad, en la Región americana, son, profundamente, diferentes a aquellas revoluciones del pasado siglo XX por el marco de análisis de un escenario internacional que influye, sobremanera, sobre las realidades nacionales. Por ejemplo, la globalización y la informática son dos variables que no estaban presentes en aquellas revoluciones arriba mencionadas y que tienen una importancia, en la actualidad, que no se la debe negar durante el serio análisis marxista del proceso revolucionario para un país concreto y en el momento político preciso en evolución. Por tanto, usar sistemas de análisis marxistas no adaptados a las realidades globales y nacionales que se están manifestando en, por ejemplo, Bolivia y Colombia, buscando adaptar dichas realidades a expresiones de pensamiento que sirvieron a los líderes revolucionarios, en los diferentes momentos históricos, en Rusia, China, Vietnam, Cuba, Corea del Norte nos llevaría a alcanzar conclusiones que pudieran llevar a las sociedades nacionales a desilusiones que, efectivamente, retrasarían, de nuevo, los objetivos fundamentales de carácter social que busca implementar e impulsar el socialismo del siglo XXI.

En el día 21 de octubre de 2008, el “espíritu del Che” ha resucitado en Bolivia de la mano de los pueblos originarios encabezados por el liderazgo de un aimara, Evo Morales, y de un “blanco de corbata” como es el Vicepresidente Álvaro Marcelo García Linera. En este día se ha propuesto la “refundación” de Bolivia. Quizás sea errado decir que Bolivia se “refunda”; posible sería más preciso decir que Bolivia se convierte en la más profunda expresión de los derechos de los pueblos originarios de toda la Región, desde los mapuches en Chile hasta los apaches en el norte de la Región. Aquellos pueblos originarios, de toda la Región, que se sienten “humillados” por la Historia ajena a sus realidades, costumbres, creencias y modos de socializarse, se están expresando, se van a expresar, y buscarán la profundización de sus objetivos sociales, económicos, políticos, religiosos, filosóficos y teológicos como comunidades históricas con “derechos históricos” y con reclamos, objetivamente, reales y verdaderos.

Cualquiera que se haya molestado en seguir el proceso político que se ha venido desarrollando en Bolivia y realice un análisis marxista “ortodoxo”, evidentemente, se alegrara y compartirá la alegría de los resultados actuales del “proceso boliviano”. Pero ¿cómo se alcanzó dicho triunfo conociendo, actualmente, los diferentes hechos históricos que se manifestaron por parte de las derechas bolivianas y derechas exógenas a Bolivia y los comportamientos que desde el Gobierno presidido por Evo Morales y las comunidades bolivianas, bajo un análisis marxista? Consideramos que se expresaron, en un momento determinado, dos momentos importantes: la violencia de las derechas nacionales y continentales y las decisiones políticas de la UNASUR, y, un factor humano por parte del alto Gobierno boliviano, la “paciencia” y la movilización de las “masas sociales” de todos, repetimos, de todos los factores sociales y políticos que apoyan la Revolución en Bolivia. ¡Tremendo ejemplo a seguir!

Las derechas bolivianas, como las derechas en Ecuador, como, también, se manifestaron en Venezuela, se comportaron bajo un solo esquema ideológico-político: el rechazo a toda transformación socio-económica y a la restructuración del Estado por medio de la propuesta y aprobación de una “nueva Constitución”. ¿Por qué las derechas se oponen a la restructuración del Estado? Simple. Las estructuras del Estado son el esqueleto fundamental del sistema capitalista para cada país de la Región en connivencia con la etapa imperial en sus políticas de dependencia. Su comportamiento, el de las derechas nacionales e internacionales, es lógica porque esa es su función política e ideológica. Si no entendemos cual es la estructura y funcionamiento del sistema capitalista, nunca entenderemos el porqué del comportamiento de las derechas. Por ejemplo, la informática les sirve a las derechas para, al controlar los medios de comunicación, desarrollar una matriz de opinión que no solo se expresa nacionalmente sino continental y mundialmente. De esta forma, pueden ir “tejiendo” una justificación jurídica que adaptada a la estructura del sistema jurídico internacional burgués permitiría acciones ajenas a los intereses nacionales como, por ejemplo, la invasión de Afganistán e Iraq, el “Golpe de Estado” en Venezuela, el intento de “Golpe en desarrollo” en Bolivia y la injerencia de sectores de la Iglesia en asuntos políticos en Ecuador con apoyos continentales, muy bien estructurados, de sus “hermanos en la fe”.

En fechas reciente, las comunidades originarias en Colombia han decidido ponerle “un piedrita en el zapato” de Uribe Vélez. Las expresiones desde la Casa de Nariño en respuesta a dichas manifestaciones, sinceramente, nos han sorprendido, “de entrada”. Nos confundieron y casi nos equivocamos sobre la importancia de las luchas de la MINGA de Resistencia. En la serenidad del análisis, llegamos a un cierto número de preguntas y respuestas obligadas. Si las FARC-EP han sido, casi, derrotadas, exterminadas y acabadas, controlados todos sus movimientos y bajo vigilancia hasta en el propio Secretariado, nunca jamás, la MINGA ha podido o está controlada por las FARC-EP. Si lo que piden los pueblos originarios de Colombia es parecido o igual a lo que han logrado, hasta ahora, los pueblos originarios de Bolivia y ello está en concordancia con los Derechos Humanos establecidos internacionalmente, y don Álvaro Uribe Vélez y su Ministro de Defensa, son “católicos cotidianos”, porque no aceptan la “mandamiento” establecido por Jesús de Nazaret de “amaros los unos a los otros”. Si están controladas las FARC-EP y el Gobierno colombiano se enfrenta, cotidianamente, con las expresiones de protesta generalizada en Bogotá, en el norte de Colombia, los braceros, con los pueblos originarios junto a la futura crisis económica-laboral que se le avecina al hermano país, no le basta al Gobierno de Nariño acusar sin acusar a algún país o países de subvencionar los movimientos de los pueblos originarios con “platica”. Como tampoco ayudan expresiones como las de negarse a conversar con la sociedad colombiana y presionar para que “pidan perdón” a la policía. Tal expresión nos trasladó a los tiempos de Rómulo Betancourt y su política de “disparen primero y averigüen después”.

Definitivamente, las derechas continentales y extra continentales están incomodas con el desarrollo de los acontecimientos sociales que se vienen expresando en la Región y que, posiblemente, se agudicen. Pero lo importante es que mientras que las derechas están “clarísimas” en que es el sistema capitalista lo que está “sobre el tapete” en discusión, ciertos movimientos de izquierda se regodean en políticas de corto plazo sin percibir la futura crisis a lo interno de las sociedades de los diferentes países en revolución. Es evidente que esos movimientos revolucionarios, una vez que se expongan las futuras crisis y que éstas se agudicen, darán un paso al frente y se incorporaran a la defensa de las revoluciones. Durante la primera etapa de la Revolución china, la cooperación internacional se hizo presente; lo mismo se conoció durante la Guerra Civil española; las expresiones de solidaridad a la Revolución vietnamita, desde Caracas, son famosas y conocidas; la solidaridad de la UNASUR a la Revolución boliviana, en diferente tiempo y al más alto nivel y de conciencia suramericana, fue fundamental. Pero ¿no es más importante prepararse para la paz con la consolidación de todas las fuerzas revolucionarias como acaba de suceder en Bolivia para evitar que las derechas alcancen objetivos políticos que podrían ser como la “manzana podrida” en el cesto de la Revolución?



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Miguel Ángel del Pozo


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