"La guerra es la salida cobarde a los problemas de la paz" (Thomas Mann)
Cuando el pasado viernes 10 de octubre del 2025, el Comité Noruego del Nobel, "decidió" otorgarle el premio Nobel de la Paz a "la venezolana" María Corina Machado, desde ese mismo momento las reacciones que se han dado en el mundo entero (en su mayoría) han sido de total sorpresa y desagrado.
Sin Embargo, a nadie debe sorprender la entrega del supuesto y desprestigiado premio Nobel de La Paz a la Sayona, cuando ya lo recibió Barak Obama y Juan Manuel Santos, bajo unos insólitos argumentos de una extrema derecha decadente con su particular moralidad y en una demostración de una ironía fascista, el ultraderechista Donald Trump, estaba muy molesto porque no se lo dieron a él, asegurando que tenía todos los méritos por ser "el principal arquitecto de la paz mundial".
En lo que parece ser todo un sarcasmo político, varios voceros del partido republicano estadounidense, consideran que ese premio fue toda una maniobra política y un acto de total irrespeto en contra del presidente (Donald Trump) del que se considera el país más poderoso del planeta, cuando supuestamente el líder ultraderechista ha evitado varias guerras en el mundo entero?!
A pesar de tanto "aparente alboroto" por la entrega del premio Nobel de la Paz, a una radical militante del extremismo político antichavista, quien a lo largo de los últimos años, lo que ha hecho es hacer llamados permanentes a su consigna favorita: "hasta el final por todos los medios posibles", con el uso de la fuerza y la constante solicitud de una invasión militar estadounidense.
Definitivamente que concederle a una persona guerrista que llamó a sus comanditos del terror a cometer todos los delitos posibles en las calles de Venezuela, pareciese ser un acto sospechosamente contradictorio e incoherente para que reciba por unanimidad un premio a la paz, en nombre de un devaluado Comité Nobel anticomunista.
Todo conduce a pensar que los particulares criterios para otorgar un premio a quien no ha hecho nada por la paz, pero si para la confrontación social y política, es que forma parte de un nefasto libreto para legitimar una intervención armada en Venezuela, con la excusa perfecta de "rescatar" a la nueva imagen de la paz.
