En Venezuela actual están sucediendo muchas cosas, unas buenas y otras no tanto, que generan dudas sobre la desaplicación en la práctica de la noción filosófica y política del Estado Docente. Así como el desarrollo más bien del pragmatismo más elemental posible, resumida en la frase de la corresponsabilidad de todos.
U otra más brutal: "Nada es gratis en esta vida, alguien tiene que pagar los gastos de la educación", el gobierno o las familias; que pone a un lado la obligatoriedad por parte del Estado sobre "La educación gratuíta y de calidad para todos", supervisar el proceso de enseñanza y aprendizaje, el mantenimiento y dotación de las instituciones educativas de carácter oficial.
Así como la atención del personal docente y sus colaboradores administrativos y de servicios; en cuanto a salarios y todos los servicios sociales, todo eso está en dudas en los días que corren, todo atribuido a las secuelas de las sanciones o medidas coercitivas actividas desde las administraciones más recientes de Estados Unidos y Europa en general.
A ello conviene agregar otras cosas que no son menos ciertas, a saber, la corrupción administrstiva ejecutada por gente que traicionó la confianza del presidente Maduro y el Alto Mando de la Revolución. Luego todo ha sido una época de gran tribulación, distorsión de la economía, inflación y desaparición del salario. Ahora todo es bonos de guerra.
En ese contexto las instituciones educativas, especialmente las universitarias han ideado las llamadas unidades productivas y ofrecen diversos diplomados, cursos de idiomas y otras opciones académicas y prácticas. Todo en dólares y más de 200 de los verdes. Esos servicios que ofrecen no serían el problema, porque la educación de postgrado en Venezuela es privada, no así el pregrado universitario, pues la educación en este país según la Constitución (1999) es gratuita hasta el grado de licenciatura o su equivalencia e ingeniero, etc.
Así estamos en Venezuela, universidades que exigen constantemente colaboraciones en dólares a los estudiantes, cooperación de padres y representantes o colaboradores empresariales, dado que como dice un estudiante de ingeniería: educación gratuíta en Venezuela no hay, porque en la actual crisis una salida al abandono del Estado a sus responsabilidades formales en educación formal, social e institucional que han encontrado los rectores universitarios, decanos y directores de departamentos y unidades de producción, etc, ha sido cobrar por todo. El ministro Sánchez le gusta eso y de hecho se ha notado que se la lleva muy bien con los rectores, que por cierto, al menos en la UPEl ya publicó el cronograma electoral y el 30 de 2026 habrá elecciones, seguirán con esa oferta electoral.
