La Subrepción: un instrumento de hostilidad subdelegado utilizado para profundizar la fractura interna de la revolución

El tema de inteligencia y contrainteligencia ha tomado en las últimas semanas un punto de relevancia, con una consecuencia lógica, debido que el manejo, recopilación, análisis y desarrollo de información como herramienta de ataque se ha convertido en un hábito dominante por la lucha del poder. Esto es lo aproximado que resulta adecuado precisar, ante las ansias dedicadas de incubar mensajes e ideas desmesuradas de iniciativas con vituperios entre la sociedad, inundando el escenario político actual, en una declaración de guerra; aún más al comenzar a identificar diversos factores que vienen conectándose en torno a la situación de conflictividad en el país. Se ve enseguida la marcha indudable de la conflagración a través del uso de la información, la cual parece incontenible, y su paso puede estar colocado en un momento necesario, incluso se ha convertido en un instrumento dedicado a ser utilizado, para erosionar el proceso revolucionario desde las mismas bases del gobierno —el arte de la infiltración—.

Pues este punto de análisis se ha convertido necesario de interpretación, ya que se mezclan demasiadas circunstancias, que van desde el caso Miguel Rodríguez-Vinculación CIA; los ataques al MPPRIJP y al TSJ, presuntamente por una insurrección de agentes de seguridad del Estado, y las constantes arremetidas desde el MP, con la Fiscal General, utilizando enunciados como “la fractura del orden constitucional”, que forman parte de una nueva lógica de ataques para surgir o alcanzar el estimulante perfecto, la acción de raíz, es decir, la reacción necesaria en la fractura del pacto social. A este origen, la marcha del envenenamiento comienza a ser utilizada, a través de la producción de información, ésta actúa y brota estratégicamente. Ejemplo de ello, un caso relevante, el mensaje realizado por Luisa Ortega, de convulsión: “lo que está en juego es la libertad y el futuro (…) rendirse no es una opción”[1] —un concepto de manera general—, con el objeto de alcanzar el estallido de una guerra definitiva; una metáfora que en el arte de la inteligencia se conecta a un fragmento expuesto por Nietzsche, quien expone todas las condiciones necesarias del escenario perfecto, para  alcanzar  los objetivos planteados de confrontación, éste por medio de un llamado insurreccional de aquellos que están insertados en el seno de las instituciones del Estado.

Su discurso trae consigo un conjunto de elementos que autentican la reacción, imponiendo contra su adversario, su peor enemigo, los oprimidos —considerados así  por el pensamientos antagónicos al gobierno—, con sentimientos venenosos y hostiles, insertados en el aparato del Estado —enchufados—, que verán la oportunidad elemental para aturdir como sea el proceso democrático del 30 de julio: “La rebelión de los esclavos en la moral comienza cuando el resentimiento mismo se vuelve creador y engendra valores: el resentimiento de aquellos seres a quienes les está vedada la auténtica creación, la reacción de la acción, y que se desquitan únicamente con una venganza imaginaria”. Esta interpretación latente intenta sobrepasar la acción “imaginaria”, para alcanzar el ejercicio fáctico deseado, es decir, mezclar lo que hemos definido como operaciones de construcciones de escenarios idóneos, que busquen recrear el estímulo deseado en referidos individuos, logrando en absoluto, elevar la actuación de manera agresiva.

Partiendo de este punto, el accionar de los pseudo líderes emergentes, se ha convertido ante diversos agentes de la oposición, en instrumentos suficientes, elementales, que permitirán la activación y rebelión de todo aquel individuo contrario al sistema de gobierno, es decir, de aquellos grupos que por “razones profundamente ideológicas, se han asqueado de la política del Estado, debido a sus facciones radicales, o por su ineficiencia y su corrupción”[2]. Estos mismos sujetos ubicados en aparatos estratégicos, medulares, intentaran ser propiamente operantes del llamado a rebelión,  aumentando su accionar conspirativo, en el anhelo de algo mejor, bien sea un atractivo material, la seducción del ejercicio ante una crisis inducida, o simplemente ver fracturar el proceso revolucionario.

Estos funcionarios serán captados, ante el permanente mensaje, subrayado una y otra vez, por quienes se han encargado de posicionar cualquier acción negativa de convulsión interna; esta utilidad principalmente estará dirigida hacia los profesionales con conocimientos técnicos —administradores, informáticos, contadores, entre otros—, por manejar las fortalezas o debilidades del régimen en esencia, queramos o no queramos serán los más factibles de encontrarlos aplicados a la lógica propuesta, desarrollando las consecuencias previstas.

¿Por qué se ha considerado esto? Porque además de estar cargados de la lógica académica burguesa por naturaleza, tal como explicará Foucault, en su trabajo sobre la microfísica del poder, estos hombres y mujeres, se encuentran formados bajo el conocimiento reproductor de un sistema único neoliberal, el cual en la actualidad está en peligro, precisamente ante una propuesta irreversible del proceso revolucionario, convirtiendo con ello, el escenario adecuado para un ejercicio de exacerbación. Esa utilidad ha sido identificada ante el discurso preparado, apostando a que incluso las acciones antes expuestas puedan generar reacciones de diversos actores, precipitando un conjunto de operaciones, para la profundización de las “grietas tanto dentro del mundo chavista como en la esfera militar y facilitar así un proceso de cambio”[3]. Con esta hipótesis expuesta se comenzará a constatar y revelar en los días consiguientes, diversos acontecimientos, preparando acciones con el objetivo determinado.

Ya algunos indicadores, muestran la respuesta a la teoría presentada, y sitúan el auténtico concepto en acciones prácticas, ejemplo de ello, son los voluntarios que pueden ser soldados, funcionarios de inteligencia, es decir, agentes de seguridad del Estado, los cuales proceden a ser considerados como primeras expresiones de una convulsión interna dentro del régimen; esto representado ante la situación generada del inspector del CICPC, atacante del TSJ, quien ha intentado promover un naciente movimiento de resistencia, en contra posición al gobierno, partiendo de este como instrumento generador de valores, que despierten a otros funcionarios detrás de la cortina de hierro, personas en descontento, que ciertamente están considerando actuar ante la manipulación ejercida.   

Este contexto quizás pueda tomarse de manera descabellada, pero en términos de inteligencia, el planteamiento realizado puede determinarse de previsible, ya que este accionar abarca una variedad de maniobras reales, que especialmente son utilizadas “en tiempos de guerra o justo antes del estallido de ésta”[4]; con ello, se ve enseguida que esta derivación obtenida del análisis al contexto actual, cumple con todas las características necesarias, para representar la existencia de la teoría expuesta, que busca y sitúa una realidad latente, que poco a poco es convertida como concepto único. Este argumento, sin duda alguna se concentra primordialmente en un escenario determinado, sujeto ante el llamado de la Constituyente, y que está constituido sobre la base de todo planteamiento, hacia la profundización de la desconfianza, esa que continúa inspirando tan pronto un rebrote de terror de perpetua o larga duración en el tiempo, producido a través del saboteo interno de las políticas desarrolladas por el Gobierno Nacional. Todo ello, a partir de la investigación realizada, comienza a generar resultados interesantes, que coinciden.                 

            Por último, y con respecto a nuestro problema, que puede ser denominado de alarmante ante la situación de convocatoria por parte de agentes emergentes — a través de la construcción de escenarios propicios para una revelación interna, al mismo estilo de la acción deliberada asumida por cada funcionario del MP en contra del gobierno—, se convierte necesario proteger el país de los ejercicios hostiles, esto a través de la comprobación de lealtad de los trabajadores y trabajadoras en puntos clave, pero adicionalmente se debe saber cuál es el objeto principal de convulsión interna, para identificar como trabajan, qué tipo de personas pueden estar propensas a ser manipuladas y cuáles son aquellas usadas como agentes de convulsión. Con esto, la finalidad principal es alcanzar la frustración acelerada de acciones generadas por la infiltración, esto es extremadamente útil para descubrir la penetración hostil y los planes de subversión contra el sistema de gobierno.

 

lanzenrique@gmail.com


 

[1] Un video realizado por la Fiscal del Ministerio Público, titulado por los medios de masificación de la información como, Ortega Díaz a los venezolanos: “Está en juego la libertad, el momento de defender el país es ahora.  http://ow.ly/OEGP30dpKIi

[2] Planteamiento realizado como instrumento de captación de voluntarios por parte de la Agencia Central de Inteligencia de EEUU, a través del escrito de Allen W. Dulle, primer director de la CIA, quien expone la referida acción, como parte del mecanismos para debilitar la jerarquía soviética, a través del uso de la inteligencia. 

[3] Véase planteamiento realizado por Michel Penfold, sobre la escalada se intensifica: http://prodavinci.com/blogs/la-escalada-se-intensifica-por-michael-penfold/

[4] Confundir al adversario: En este capítulo (X) del arte de la inteligencia, se muestra algunos conceptos básicos sobre el término de inteligencia utilizado por la Agencia Central de Inteligencia de EEUU, para confundir el adversario sobre los planes y propósitos, a partir del manejo de la información.   

 



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