Raspando la olla

O bien los delincuentes no creen en la reforma policial que adelanta el Gobierno nacional o están como dicen en buen criollo: raspando la olla. Aprovechando antes de que ejecuten las acciones duras y efectivas que supuestamente vienen en contra del hampa, las cuales imagino deben aplicarse tanto fuera como dentro de los cuerpos de seguridad.

Sabemos por experiencia propia y a través de los medios de comunicación social, lo del alto índice delictivo que sacude al país, pero cuando observamos los hechos que ocurren en el Zulia, pareciera que esta región necesitara atención aparte.

Lo decimos por algunos sucesos registrados últimamente, los cuales evidencian que aquí la delincuencia no se detiene, más bien asumen una actitud desafiante ante todo intento efectuado para combatirla.

Y es que cuando pensamos que los granujas más poderosos están poniendo las barbas en remojo, en vista de los anuncios de reforma y adecentamiento policial, vemos que la prensa local reseña un hecho insólito: Presos por extorsión cuatro efectivos del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC), identificados como los inspectores Nelson José Montiel y Félix José Piña, así como Juan Carlos Prieto y Sandro Medina.

Sí, sorprendente. Esos casos no dejan de causar alarma, aunque esté suficientemente demostrado que el problema hamponil en el Zulia, más que la acción ejecutada por los delincuentes de la calle, lo constituye el hecho de que existen funcionarios de nuestras instituciones liderando mafias y en consecuencia delitos abominables como secuestros, extorsiones, asesinatos y el robo de vehículos.

Los casos de corrupción en la Policía Regional denunciados por la Defensoría del Pueblo no creo que requieran seguir señalándose. Ya la población tiene suficiente conocimiento de ello y debe haber sacado sus propias conclusiones.

Pero ahora tenemos también en el tapete de la opinión pública a estos funcionarios del CICPC, capturados por la Policía de Maracaibo, cuando extorsionaban al propietario de un pulilavado y al dueño de una estación de servicio.

Los detectives de la Brigada contra Robo de ese organismo de seguridad, les exigían dinero a cambio de no detenerles varios vehículos que supuestamente presentaban los seriales adulterados, cuando fueron capturados in fraganti, incluso, con la presencia de una fiscal del Ministerio Público.

Además de eso, se conoce en predios policiales, que el robo de carros dio un viraje y se enfiló contra los propietarios de camiones volteos. Los hampones ejecutan las mismas acciones que con los taxistas. Los despojan de la unidad y después exigen pagos que oscilan entre diez y veinte millones bolívares, según el costo del vehículo.

Ante esta inseguridad, la operación para los ladrones se convierte en un soplar y hacer botellas. Llegan a una venta de arena, granzón, barro, en fin, y solicitan los servicios de un volteo.

Los delincuentes hacen la compra y se dirigen al sitio indicado, para descargar el material, sólo que allí aprovechan y someten al conductor a punta de cañón.

Posteriormente, llaman para pedir el pago de rescate, con las condición de que si se les denuncia queman el camión y matan al chofer en una próxima incursión.

“Y no te pongas cómico, porque conocemos desde el más chiquito hasta el más viejito de la casa”, dicen por si hay alguna duda de que tienen el control de la situación. La negociación tarde el tiempo que le puede llevar al afectado conseguir el dinero.

La mayoría, por supuesto, no los denuncia y quién sería capaz de hacerlo en una región, donde no hay garantía de nada ni de nadie. Seguimos con una reestructuración en la PR que no avanza, mientras funcionarios de otros cuerpos y, jefes para colmo, ponen en evidencia más corrupción dentro de los organismos de seguridad.

Creo que paralelamente a la reforma policial que adelanta el Gobierno nacional, los regionales tienen que tomar medidas coyunturales que permitan frenar esa ola delictiva, porque si la delincuencia es un problema en cualquier parte del país, en el Zulia no escarmienta y se están llevando hasta el queso que había en la mesa…y nosotros, cada vez más indefensos.

*Periodista / albemor60@hotmail.com



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Alberto Morán*


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