Boconó, Estado Trujillo, 25 de noviembre de 2011, en la 4ta bienal nacional de literatura “Ramón Palomares”
CONTEXTO INTERNACIONAL
La Revolución Bolivariana lucha por democratizar las relaciones internacionales, y transformar las injustas relaciones de poder mundial, que se proyectan en la estructura y la agenda de las Naciones Unidas.
La Organización de las Naciones Unidas creada en la Conferencia de San Francisco, en 1945, con el propósito de defender los intereses superiores de la humanidad y representar a todas las naciones, está muy lejos de cumplir con esos objetivos.
Tras la desintegración de la Unión Soviética y el colapso del mundo bipolar, los Estados Unidos, junto con sus aliados occidentales emprendieron una ofensiva política, ideológica y legal para socavar los principios de igualdad soberana de los estados, de unidad, integridad territorial e independencia política de los países en desarrollo, consagrados en la Carta de las Naciones Unidas.
La ofensiva de los poderes imperiales que busca recolonizar el mundo, va desde lo militar hasta lo económico, pasando por lo político e ideológico. Es una renovada ofensiva que busca –y no pocas veces logra – angostar los espacios de resistencia en el mundo. Invasiones, genocidios, intervenciones extranjeras, están nuevamente a la orden del día. Y para legitimar esos desafueros se utiliza a las organizaciones multilaterales a nivel mundial.
Los adalides de la guerra y del intervencionismo trabajan intensamente, desde el Consejo de Seguridad, para debilitar el rol de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde están representados todos los gobiernos del mundo, y acaparar todos los temas de la agenda de las Naciones Unidas.
Las potencias imperiales se han convertido en interventores, jueces, jurados y administradores de los conflictos internos de los países del sur, a través de una serie de iniciativas políticas internacionales que se incuban e implementan en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Este órgano interviene abusivamente en temas que han estado tradicionalmente bajo la jurisdicción y responsabilidad de los Estados nacionales. La protección de los derechos humanos, del medio ambiente; la inmigración; la democracia; la lucha contra flagelos como el crimen organizado, la producción y tráfico de drogas, la proliferación y comercio ilegal de armas y el terrorismo, entre otros, son utilizados como excusas para la intervención extranjera.
Conflictos y situaciones internas en Bosnia, Haití, Somalia, República Democrática del Congo, Sudán, Timor Leste, República Centro Africana y Chad, Costa de Marfil, Irak, Irán, Afganistán y Libia, han servido de excusa para imponer brutales regímenes de sanciones y realizar intervenciones de carácter militar.
La OTAN se ha convertido en el brazo armado del Consejo de Seguridad y el Consejo de Seguridad en un instrumento para la guerra y la inseguridad.
En ese contexto ¿Qué está haciendo la Revolución Bolivariana para contener esa ofensiva imperial e impulsar una contraofensiva que ensanche los espacios de soberanía de los estados y la autodeterminación de los pueblos del mundo?
Para enfrentar las amenazas a la soberanía de los Estados es necesario adelantar – como ha expresado el Presidente Chávez – “una gran contraofensiva política para impedir que los poderes de las tinieblas encuentren justificaciones para ir a la guerra: para desatar la guerra global generalizada con la que pretenden salvar al capital de Occidente”.
La Revolución Bolivariana llama a resistir el avance de nuevas y peligrosas ofensivas ideológicas del imperialismo, y construir alternativas que respondan a los intereses y las necesidades de los países del Sur.
La Revolución Bolivariana lucha por impedir que se siga imponiendo un modelo que obliga a los estados a renunciar a su soberanía, a su independencia política y a su libre determinación.
El riesgo de ser invadidos por potencias imperiales de occidente, mediante la utilización del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, no es una ficción, ya que la ONU – tal y como funciona hoy – se ha convertido en una amenaza a la independencia y la igualdad soberana de las naciones.
REFUNDAR LA ONU
El Comandante Presidente, Hugo Chávez Frías, ha hecho un llamado a refundar y democratizar las Naciones Unidas, eliminar el derecho al veto y la categoría de miembros permanentes del Consejo de Seguridad y maximizar el poder de decisión de la Asamblea General. Ha propuesto que se elabore una nueva Carta de las Naciones Unidas.
Para refundar las Naciones Unidas es necesario impulsar cambios en la correlación de fuerzas mundiales. La refundación de la ONU partirá desde afuera hacia adentro. No será posible refundarla si se recurre exclusivamente a los tradicionales mecanismos establecidos por la ONU para negociar su reforma.
A esos efectos es importante tener en cuenta la desigual incidencia que tienen los países en el marco de este foro y el abigarrado andamiaje de la Carta, que hace imposible la transformación de este órgano desde adentro. Las Naciones Unidas – insiste el Comandante Presidente – no mejora ni va a mejorar desde adentro … Y ya no hay tiempo para reformas: la ONU no acepta reforma alguna; la enfermedad que lleva por dentro es mortal”.
El derecho al veto es una reminiscencia de la Segunda Guerra Mundial incompatible con el principio de la igualdad soberana de los Estados; representa una de las más aberrantes manifestaciones del carácter antidemocrático del sistema internacional.
El uso de este recurso por parte del Gobierno de los Estados Unidos – fiel aliado del Estado guerrerista de Israel - para impedir que Palestina sea admitida, como Estado con plenos derechos en la ONU, es un patético ejemplo de antidemocracia. Ese gobierno también ignora las numerosas resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas que exigen el levantamiento del criminal bloqueo contra Cuba.
Para avanzar en la refundación de la ONU hay que diseñar un plan estratégico que comience por denunciar a escala internacional sus falencias y muestre al mundo como esta organización – especialmente el Consejo de Seguridad – es instrumentada por las potencias imperiales. La refundación de la ONU es al mismo tiempo un proceso orientado a su democratización.
Es necesario desmontar el funcionamiento antidemocrático de las Naciones Unidas. Sólo así será posible instrumentar un orden igualitario, pacífico, justo y soberano en el mundo y crear una nueva institucionalidad democrática a escala internacional.
nuevas formas solidarias de integración
En el marco de la “gran contraofensiva política” en contra de los poderes imperiales, la Revolución Bolivariana promueve el multilateralismo de los pueblos y de los estados soberanos.
En el marco de la construcción de un mundo multipolar, los países de América Latina y el Caribe avanzan en la creación de innovadores mecanismos de integración y desarrollo.
La Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) instrumenta políticas de cooperación que promueven el uso soberano y social de los recursos estratégicos para alcanzar el desarrollo; el comercio justo; la seguridad y la soberanía alimentaria; y la integración solidaria de los pueblos.
El ALBA es una organización latinoamericana y caribeña que está a la vanguardia de la revolución mundial. El ALBA implementa políticas sociales que buscan el bienestar del ser humano, a través de programas incluyentes, solidarios y participativos.
La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) se ha consolidado como un importante órgano político de la región.
Igualmente importante será la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que hará realidad el sueño bolivariano de crear una América unida, sin dominadores ni dominados. El acto fundacional tendrá lugar en Caracas, Venezuela, el próximo 2 y 3 de diciembre de 2011.
El ALBA, UNASUR y la CELAC constituyen señales auspiciosas de los nuevos tiempos de liberación, independencia y soberanía, que emergen en el siglo XXI. Representan espacios para la lucha y la resistencia antiimperialista y ámbitos para la gestación de alianzas políticas unitarias que permitirán alterar la correlación de fuerzas internacionales.
Sólo en la medida en que podamos fortalecer los instrumentos de integración subregional y regional podremos acopiar la fuerza suficiente para influir sobre el curso de los asuntos mundiales. Un ALBA, una UNASUR, y una CELAC, fortalecidas y progresistas, podrán generar las condiciones para resistir la ofensiva imperialista y crear un mundo más justo y pacífico, acorde con las necesidades de nuestros pueblos.
La Crisis ECONÓMICA y Financiera del capitalismo
El impacto deletéreo de la crisis económica mundial del capitalismo sobre los pueblos del mundo, demanda una urgente transformación estructural del sistema global de dominación.
Las instituciones del Bretton Woods, los magnates de la banca y políticos a su servicio imponen el totalitarismo del mercado, no sólo a los países en desarrollo, sino también a países desarrollados, como lo estamos observando en estos momentos. En ese camino, se desmantelan las redes de seguridad social y amputan los derechos sociales de los trabajadores y asalariados.
Es necesario crear nuevos mecanismos para resolver el problema de la deuda externa, y denunciar las prácticas ilegítimas, corruptas e ilegales que llevan a cabo los monopolios financieros internacionales.
Deben establecerse nuevos paradigmas de desarrollo que impulsen la economía real, y pongan fin a la economía de casino, fundada en el predominio de capital financiero especulativo.
el multilateralismo vs. el unilateralismo imperial
Multilateralismo significa democratizar las relaciones internacionales, la participación e incidencia de los pueblos y los Estados soberanos, en los mecanismos de toma de decisiones sobre las grandes cuestiones mundiales.
Las naciones de África, Asia, América Latina y Oceanía, han sido sometidas a la dominación, explotación y humillación a lo largo de la historia.
Mediante el ejercicio de la soberanía han resistido la intervención extranjera, protegido sus economías de las garras de las empresas multinacionales, de la expropiación de sus recursos naturales, y adquirido cierto poder de negociación vis a vis con los países desarrollados.
La desigualdad y la pobreza, la amenaza de las armas de destrucción masiva, el cambio climático y la destrucción de la naturaleza, son asuntos pendientes en la agenda internacional.
ÉXITOS DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA
En Venezuela hemos optado por un modelo diferente al propuesto por el neoliberalismo y el fracasado consenso de Washington: el socialismo bolivariano.
En los últimos años han surgido en América Latina y el Caribe gobiernos progresistas que - junto con sus pueblos - construyen sus propios caminos de independencia, soberanía y liberación.
El tiempo de las oprobiosas dictaduras militares, al estilo de Augusto Pinochet, apoyadas por el imperialismo norteamericano, ha sido superado.
La democracia participativa se ha convertido en una realidad en nuestra región. Se edifican democracias vigorosas, como la venezolana, que logran éxitos sonoros en la construcción de sociedades con justicia social, libertad, igualdad, y solidaridad.
DERECHOS HUMANOS PARA EL BUEN VIVIR
La República Bolivariana de Venezuela está firmemente comprometida con la promoción, protección y pleno goce de la libertad, la justicia, la igualdad y la solidaridad. En ese orden, garantiza tanto los derechos económicos, sociales y culturales, como los derechos políticos y civiles.
El Gobierno Bolivariano trabaja denodadamente para erradicar la pobreza. En Venezuela se avanza en el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales, como en ningún momento de la historia nacional. Estamos creando una sociedad de iguales con justicia para todos. Nuestro país está a la vanguardia en la lucha contra la pobreza y por superar la desigualdad.
Mediante un aumento creciente y sin precedentes de la inversión pública se adelanta una masiva política de inclusión social y de igualdad. La Revolución Bolivariana alcanza los Objetivos de Desarrollo del Milenio, establecidos por las Naciones Unidas. Un 43% de los hogares venezolanos padecían el flagelo de la pobreza, en 1998. Este índice descendió al 26,8%, en el año 2010. La pobreza extrema se ha reducido del 21% para 1998, a 7,1% en el año 2010. Venezuela es el país que tiene la mejor distribución de ingresos de América Latina, con el índice de GINI más bajo de toda la región, 0,389.
Una demostración evidente de la vigencia de los Derechos Humanos en Venezuela es que, a cuatro años de la fecha establecida por las Naciones Unidas para cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ya se han cumplido casi todos esos Objetivos. Estos innegables logros han sido reconocidos por los organismos pertinentes de las Naciones Unidas.