ALBA: A propósito de la VI Cumbre Extraordinaria a Celebrase en Venezuela

La génesis de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América “ALBA”, surge como una iniciativa propuesta por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, en el marco de la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en diciembre de 2001, en la Isla de Margarita, estado Nueva Esparta de Venezuela; constituyéndose oficialmente en la ciudad de La Habana, Cuba, el 14 de diciembre de 2004 mediante un Primer Acuerdo suscrito por los Presidentes de la República Bolivariana de Venezuela y la República de Cuba. Desde ese momento, el ALBA surge como contra partida a la propuesta del Área de Libre Comercio de las Américas ALCA o TLC.

En el marco de su desarrollo a partir del 29 de abril de 2006 se sumó al acuerdo Bolivia; seguidamente en enero de 2007, el Presidente Daniel Ortega refrendó Acuerdo mediante el cual Nicaragua entraría a formar parte de la Unión. Seguidamente, el 20 de febrero de 2007 los Estados Caribeños de Antigua y Barbudas, las Granadinas, Dominica y San Vicente miembros de la Comunidad Caribeña angloparlante “CARICOM”, asignando el Memorando de Entendimiento mediante el cual reconocían al ALBA.

Es una propuesta de integración que se fundamenta en la lucha contra la pobreza y la exclusión social históricamente impuesta a los países de América Latina y El Caribe siendo su propósito fundamental, la lucha contra las asimetrías que colocaban en desventaja a los países débiles del Hemisferio. Procura mecanismos que aprovechen las ventajas cooperativas entre sus asociados a través de fondos compensatorios, destinados a la corrección de ‘discapacidades’ propias de los países miembros. Para ello aplica el denominado, Tratado Comercial de los Pueblos, “TCP” desde el cual se procura generar condiciones no solo para el desarrollo del comercio, sino buscar una complementación de las economías ayudando a desarrollar en cada uno de los países el máximo de su potencialidad.

Confiere prioridad, en términos de igualdad y con base al bien común, a las relaciones entre sus signatarios y demás países hermanos que se aspira se adhieran estimulando el diálogo subregional e incita alianzas estratégicas hacia el consenso y acuerdo entre las naciones latinoamericanas.

Pese a las críticas ideológicas que le han formulado sectores de derecha afectos a los intereses neo imperialistas; sin embargo, se han concretado avances y un estado cierto de estabilidad que ha permitido a sus miembros definir escenarios y espacios internos para liberarse de relaciones pretéritas de dominación con base a un flujo positivo de sus balanzas; aseguramiento de una estabilidad energética; aumento significativo de su producción agrícola; creación de una Zona Monetaria Común “ZMC” entre sus miembros y alguno de sus observadores (caso Ecuador), para consolidar  una unidad de cuentas común, de transacciones homologadas, fondos de compensación y una moneda cuyo nombre posiblemente sería Sucre.

En cuanto a Perú se refiere, es preciso indicar sobre acciones populares y revolucionarias (perseguidos por la ultra derecha), que desde 2007 a la fecha han impulsado iniciativas con el fin de consolidar en el largo plazo la propuesta del ALBA una vez llegue al poder un gobierno de corte popular, nacionalista y democrático, no neoliberal. La masacre recientemente ejecutada por el gobierno pro gringo y neoliberal de Alán García en el Amazonas Peruana, evidencia y nos dice sobre las acciones genocidas patrocinadas por las trasnacionales que se quieren adueñar de los recursos en esa importante zona existentes. Sería un alerta para todos quienes tenemos algo que decir sobre esa región inmensamente rica en su biodiversidad y canales fluviales que dicen sobre su importancia geopolítica y geoestratégica para todos.

En ese mismo orden, Honduras, pese al esfuerzo de su Presidente para el momento, quien ya había suscrito el Tratado, la  adhesión oficial fue demorada al interior de su Congreso Nacional por las fuerzas políticas reaccionarias que preferían mantenerse sumisos al ALCA. Para ello, esgrimieron entre otros, las dificultades que podrían surgir pues Venezuela y Honduras ya tenían un Tratado Comercial Bilateral amén de los existentes con otros países que integraban el TLC. No obstante lo anterior, el 10 de octubre 2008 el Congreso Nacional de Honduras aprobó la adhesión.

El ALBA blande como pivote, su potencial energético para lo cual PetroCaribe, PetroAmérica, PetroAndina y PetroSur han sido determinante al impulso de la integración rompiendo la dependencia que con relación a los hidrocarburos y gasíferos tenían los pueblos hermanos. Su inspiración deriva de una premisa del Padre Libertador, Simón Bolívar: “ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su libertad y gloria”...

 
Más allá de los Acuerdos y mecanismos supra indicados, es conveniente subrayar el determinante papel del Banco del Sur cuya creación permitirá financiar proyectos multinacionales; otorgar créditos blandos pero también, solucionar litigios de carácter económico entre sus miembros. Para su creación, contó con un capital inicial de Mil MM de dólares cuyo aporte ocurrió con base a la capacidad y liquidez de cada uno de sus miembros. Cabe destacar que los mayores aportes ocurrieron por parte de Venezuela y Cuba.

Visto lo anterior, sus principios rectores son:

  1. La integración prioriza la liberalización del comercio y las inversiones.
  2. El ALBA centra su atención en la lucha contra la pobreza, la exclusión social, los altos índices de analfabetismos y de pobreza que existen principalmente de América Latina y el Caribe.
  3. Otorgar una importancia crucial a los derechos humanos, laborales del niño y la mujer, a la defensa del ambiente y a la integración física.
  4. Luchar contra las políticas proteccionistas y los ruinosos subsidios de los países industrializados avalando el derecho de los países pobres a proteger sus campesinos y productores agrícolas. Para los países pobres donde la actividad agrícola es fundamental, las condiciones de vida de millones de campesinos e indígenas se verían irreversiblemente afectados si ocurre una inundación de bienes agrícolas importados, aún en los casos en los cuales no exista subsidio. La producción agrícola es mucho más que la producción de una mercancía. Es la base para preservar opciones culturales, es una forma de ocupación del territorio, define modalidades de relación con la naturaleza, tiene que ver directamente con la seguridad y autosuficiencia alimentaría. En estos países la agricultura es, más bien, un modo de vida y no puede ser tratado como cualquier otra actividad económica.
  5. Atacar los obstáculos a la integración desde su raíz, a saber:

    a. La pobreza de la mayoría de la población;

    b. Las profundas desigualdades y asimetrías entre países;

    c. Intercambio desigual y condiciones inequitativas de las relaciones internacionales;

    d. El peso de una deuda impagable;

    e. La imposición de políticas de ajuste estructural del FMI y el BM; así como, las rígidas reglas de la OMC que socavan las bases de apoyo social y político;

    f. Los obstáculos para tener acceso a la información, el conocimiento y la tecnología que se derivan de los actuales acuerdos de propiedad intelectual; y,

    g. Prestar atención a los problemas que afectan la consolidación de una verdadera democracia, tales como la monopolización de los medios de comunicación social.

  1. Enfrentar la llamada Reforma del Estado que solo llevó a brutales procesos de desregulación, privatización y desmontaje de las capacidades de gestión pública.
  2. Como respuesta a la brutal disolución que éste sufrió durante más de una década de hegemonía neoliberal, se impone ahora el fortalecimiento del Estado con base en la participación del ciudadano en los asuntos públicos.
  3. Cuestionar la apología al libre comercio persé, como si sólo esto bastara para garantizar automáticamente el avance hacia mayores niveles de crecimiento y bienestar colectivo.
  4. Sin una clara intervención del Estado dirigida a reducir las disparidades entre países, la libre competencia entre desiguales no puede conducir sino al fortalecimiento de los más fuertes en perjuicio de los más débiles;
  5. Profundizar la integración latinoamericana requiere una agenda económica definida por los Estados soberanos, fuera de toda influencia nefasta de los organismos internacionales.

No cabe la menor duda sobre la significación geopolítica y geoestratégica del ALBA frente a su membrecía y nuevos socios (algunos de los cuales hasta hace poco estuvieron participando como observadores), y futuros integrantes algunos de los cuales no se han incorporado pues sus actuales gobiernos continúan observando con cierto recelo su incorporación o por el contrario, siguen siendo adláteres y seguidores de propuestas hegemónicas que como tales han puesto en vilo la estabilidad social, financiera, política, ecológica y militar planetaria que no cabe la menor duda, deriva, en una propuesta manumisora que busca construir su propio destino a la vez que, contener hoy a lo interno, el impacto de la crisis capitalista que desmorona instituciones y destruyen comunidades completas. Desde su perspectiva, el ALBA intenta romper ataduras sempiternas y decimonónicas para garantizar hacia el exterior un polo que busca incorporarse al Concierto de Naciones reclamando también, revisar las instituciones supra nacionales nacidas en la post guerra para darle paso a novedosas iniciativas de multipolaridad que garanticen derrotar la propuesta de agenda que se inició en la administración Reagan y ‘perecería’ con la administración Bush. 

Conclusiones 

Las condiciones esgrimidas inicialmente por Ecuador (que nunca fueron válidas para otros países), a objeto de mantener su condición de observador ya fueron superadas y junto a él, otros países hermanos de la Subregión se incorporan.  

El interés que otros manifestarán más luego de agruparse al ALBA, como lo afirmamos en anteriores trabajos, estará sujeto a sus triunfos concretos pero también al trabajo de captación que cada uno de los originarios realice en su respectiva área geográficas de influencia y por sobre todo, a las posibilidades de éxito del propio ALBA que deriven incluso secuela de las necesidades no satisfechas desde el ALCA en virtud de la crisis capitalista actualmente en desarrollo que según expertos al menos en el corto plazo no se recuperará.  

No cabe la menor duda que la toma de conciencia popular político-ideológica (caso El Salvador), obligará a definir gobierno y éstos a precisar derroteros o de lo contrario serían desplazados de sus respectivos espacios geográficos. Para ello y frente a la necesidad de mantenerse en el poder pues la crisis estructural del TLC no les asegura su permanencia, buscarían garantizar por la vía de las distintas propuestas, Acuerdos, Convenios y Misiones Sociales operativas y puestos en práctica con éxito desde el ALBA.  

Lo anterior, seguramente les llevará a la reflexionar pragmáticamente a todos quienes hasta ahora se han mantenido dudosos sobre si ingresan o no.  

Países como Colombia, Perú e integrantes del Mercosur una vez “arrinconados” por el mismo devenir económico-histórico que quebranta la realidad social norteamericana y planetaria, los demás integrantes de la Comunidad -Caribeña y Centro Americana- ante las negociaciones desiguales y tan evidente realidad o porque emerjan gobiernos proclives a la iniciativa de Unidad de los Pueblos, seguramente podrían estar evaluando su inserción en el corto plazo hacia el escenario antes descrito.  

En el plano de las relaciones internacionales (desde una perspectiva foucheciana), a partir de lo estratégico de otros proyectos, el ALBA se presenta como un claro e importante aliado táctico de factores de poder mundial que no obstante sus cercanías o relaciones existenciales con USA, mantienen reservas respecto de sus pretensiones hegemónicas que en muchos casos ponen en el filo de la navaja, sus propias iniciativas e intereses.  

De allí por parte de ellos, la importancia e incluso necesidad de mantener y “estimular” un actor internacional (supra nacional), que otorgue equilibrio a la balanza de las relaciones internacionales en regiones y espacios otrora ‘suyos’.  

Dentro de una visión del pragmatismo puro, se precisa de un necesario, “amigo-enemigo”, que obligue a la controversial contraparte, a negociar en los términos esperados. En ese sentido, la premisa anterior, cobra vigencia. 
 

(*) Politólogo e Internacionalista Venezolano

     Magister en Seguridad y Defensa



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Manuel José Montañez Lanza (*)


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