Sandino, Mao Zedong y Baduel

La Feria del Libro que se realiza en el parque Francisco de Miranda (Parque del Este) de este año supera en calidad y participación de libreros y librerías, a la de años anteriores. En una de las casetas expositoras, se puede adquirir el libro de Alberto Prieto, historiador cubano, titulado: “Las Guerrillas Contemporáneas en América Latina”, (Ed. Ocean Sur, Bogota, 2007, pp. 316). De ese libro, hemos tomado del capítulo titulado: “De Sandino a Fidel”, parte I, pp. 07-53; el subcapítulo: “Guerra contra los ocupantes en Nicaragua”, pp. 09-18. El autor describe, con citas, los diferentes momentos vividos en Nicaragua desde 1893 hasta el asesinato de Sandino en febrero de 1934.

En el marco de la propuesta-sugerencia del historiador Amilcar Figueroa, en su libro: “La Revolución Bolivariana: nuevos desafíos de una creación heroica” (Ed. Tapial, Caracas, 2007, pp. 92) sobre la necesidad, imperiosa, diríamos nosotros, de realizar la “revolución cultural”, por que como dice Amilcar: “Hemos venido afirmando que uno de los mayores enemigos de nuestro proceso revolucionario está en su interior y tiene que ver con los valores propios de la cultura de la sociedad burguesa…” (Figueroa, A., p. 70, subrayado nuestro), es, por ello, que consideramos que el libro del historiador cubano, Alberto Prieto, es de obligatoria lectura para todas y todos aquellos que apoyan, en la praxis, el proceso de cambios muy profundos que se están desarrollando en la actualidad en la República Bolivariana de Venezuela.

Augusto Cesar Sandino se encontraba en la montaña cuando las autoridades militares norteamericanas de ocupación, decidieron entregar la Presidencia de Nicaragua a Juan Bautista Sacasa y proceder a retirar las tropas de ocupación del país centroamericano, en enero de 1933, tal como lo venía exigiendo Sandino. El impuesto gobierno del liberal Presidente pro-norteamericano decidió, a instancia de las autoridades green-go, designar “…una “misión de paz”, que invitó a Sandino a la capital (Managua) con el propósito de discutir los términos de un acuerdo nacional…” (Prieto, A. p. 17). Cesar A. Sandino aceptó la invitación: “…la llegada de Sandino a Managua, el 2 de febrero de 1933, fue apoteósica…Pocas horas después firmaba el convenio pacificador, que, además establecía el desarme total del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional. Así, mientras Sandino emprendía el regreso a sus montañas…empezaron a llegar interminables columnas de hombres disciplinados, cubiertos de polvo, sin zapatos, sudorosos, con la bandera roja y negra al frente, que entregaban sus armas para cumplir el pacto acordado.” (Idem, p. 18). La represión en contra de los guerreros “sandinistas” no se hizo esperar como tampoco la reacción de Sandino que decide regresar a Managua a protestar ante la Presidencia de Sacasa las persecuciones a sus hombres sabiendo que lo iban a asesinar: “Yo de un momento a otro muero. No cumplieron los compromisos del arreglo de paz. Nos están asesinando a nuestros hermanos en todas partes. Voy a Managua: o arreglo la situación o muero, pero esto no es de quedarse con los brazos cruzados.” (Ibidem, p. 18). Efectivamente, Sandino, el 21 de febrero de 1934, fue asesinado, después de entrevistarse con el Presidente impuesto por los Estados Unidos de América, Juan Bautista Sacasa.

El Partido Comunista Chino-PCCh-, se funda el 27 de julio de 1921. Mao Zedong, en representación de la provincia de Hunan, es uno de los presentes. Después de llegar a un acuerdo con los representantes europeos del COMINTERN, el PCCh y el Guomindang-GMD-, partido nacionalista, formaron el Frente Unido, en 1924, para llevar a cabo la revolución democrático-burguesa y nacionalista. Con el asesoramiento del ejército ruso-soviético, se funda la Academia Militar de Whampoa, al sur de China. El presidente de la academia militar fue Chiang Kaishek y el secretario político, Zhou Enlai. Uno de los profesores fue el propio Mao Zedong. El Gobierno Frentista hizo un llamado a la población a inscribirse en la academia para la formación de los nuevos y “revolucionarios” oficiales de la futura “guerra revolucionaria”. De los más de 15 mil hombres que solicitaron la inscripción, solo se escogieron unas 1.500 personas. En conversaciones sostenidas, en Beijing, con uno de los sobrevivientes militares que fungieron como profesor en la Academia militar de Whampoa, perteneciente al ala izquierdista del Partido Nacionalista, nos informó que Mao Zedong había dado clases sobre la “realidad campesina” de China; pero que, solamente, lo había hecho en tres (3) diferentes ocasiones. Al explicarnos del porqué de la actitud de Mao de retirarse de la Academia como profesor, nos comentó que Mao Zedong percibió la condición de clase de los integrantes a futuros oficiales del nuevo ejército popular que procedían de la burguesía, pequeña-buguesía e hijos de terratenientes, nacionalistas y revolucionarios, pero muy distantes de las realidades sociales que existían en China en los mas de 400 millones de habitantes con un sector campesino en la “pobresía” de mas del 90% de la población total. La praxis político-militar le dio la razón a Mao Zedong en su actitud y en su análisis del carácter de la revolución china. La burguesía nacionalista traicionó la revolución en abril de 1927 y Mao comenzó a desarrollar la “Revolución Campesina China” con el “Levantamiento de Otoño” en 1927.

Las actitudes y decisiones recientes de carácter revolucionario-nacionalistas de actores políticos y militares en retiro de reciente fecha nos dejan lecciones que se deben analizar con detenimiento, dejando de lado el pragmatismo militante y ver la realidad real de la Venezuela actual en su contexto social.

Tanto los actores políticos de la izquierda-burguesa como los militares comprometidos con el proceso de cambios profundos de carácter nacionalista han actuado acorde con sus principios de clase pequeño-burguesa y nacionalista-militarista. No por ello, consideramos, debemos execrarlos del proceso revolucionario. Todo lo contrario. Cuando el proceso de cambios muy profundos continúe su desarrollo dialéctico y las contradicciones afloren a su máxima expresión, ellos mismos definirán, realmente, en que lado del proceso político desean ubicarse: en la revolución al socialismo del siglo XXI o en la contra-revolución burguesa-entreguista como sucedió en la Nicaragua de Sandino.

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Miguel Angel del Pozo


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