La educación básica en Venezuela no es obligatoria ni gratuita

Creo que en los gobiernos de la Revolución Bolivariana como en ningún otro gobierno de Venezuela el discurso sobre educación ha jugado un papel tan preponderante. Nunca antes el presidente de la República había asumido las políticas educativas de manera tan personal como las asumió el presidente Chávez. Los ministros con competencia en educación básica y en educación universitaria realmente estaban reducidos a ser ejecutores de las ordenes que el presidente Chávez les daba en público principalmente en su programa dominical Aló Presidente. Durante la primera época de los gobiernos de la Revolución Bolivariana fueron implementadas varias políticas púbicas para mejorar el acceso a la educación en todos sus niveles. Estas políticas públicas recibieron el nombre de misiones. Hubo misiones para la alfabetización, la educación primaria de adultos, la educación media y técnica de adultos, la educación para el trabajo (o vocacional) y la educación universitaria. En la primera época de la Revolución Bolivariana, el gobierno invirtió enormes sumas de dinero en la construcción de las aldeas universitarias por todo lo ancho y largo del país. También, el gobierno ha creado diez universidades nuevas, transformó tres instituciones de educación universitaria en universidades y le cambio al nombre a 26 colegios universitarios e institutos universitarios de tecnología a Universidad Politécnica Territorial. Podemos afirmar que durante la primera época de los gobiernos de la Revolución Bolivariana se lograron importantes avances cuantitativos en educación, en especial, en educación universitaria. Otros temas son la calidad de la educación, la obligatoriedad y la gratuidad. En este artículo me referiré a los dos últimos de estos temas.

Con la aprobación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, fue extendida la obligatoriedad de la educación para incluir la educación inicial (maternal y preescolar) y el pregrado universitario. Y se extendió la gratuidad de la educación en instituciones públicas hasta el pregrado universitario. En este sentido los legisladores se quedaron cortos y no se atrevieron a declarar gratuita toda la educación que se ofrece en las instituciones educativas públicas, sin importar el nivel y la modalidad. Dejaron así abierta la rendija para mantener la privatización de los postgrados y los curos de extensión universitaria y para nuevas privatizaciones como, por ejemplo, los cursos a distancia y bajo otras opciones pedagógicas y modalidades. Aunque en al Artículo 102 de nuestra constitución se declara que "La educación es un derecho humano y un deber social fundamental, es democrática, gratuita y obligatoria. (…)", más adelante se limita la gratuidad a la educación básica y al pregrado universitario que se ofrecen en instituciones públicas.

Ahora bien, ese mandato constituciones de gratuidad y obligatoriedad de la educación desde el maternal hasta el nivel medio diversificado (hoy en día Educación Media) y la gratuidad hasta el pregrado universitario que se ofrecen en instituciones del Estado no se ha cumplido. Esta situación es más grave aún en lo que respecta a la educación gratuita y obligatoria desde la Educación Inicial hasta la Educación Media. Estamos todavía muy lejos de alcanzar la obligatoriedad de la educación en el nivel de Educación Inicial. Además, cada día aumenta el número de estudiantes que abandonan las escuelas primarias, los liceos y las escuelas técnicas. En todas las ciudades de Venezuela puede observarse niños, niñas y jóvenes deambulando por las calles en el horario escolar, muchos de ellos incluso trabajando. Si la educación fuera realmente obligatoria, no debería haber ni una niña ni un niño en la calle durante las horas de clases. Todas y todos deberían estar en las escuelas. Las autoridades del Estado, policiales y otras, deberían velar por el cumplimiento de la obligatoriedad de la educación. Si un policía se encuentra un niño o niña por la calle a una hora en que debería estar en la escuela, debería escoltar a ese niño o niña hasta su escuela o hasta su casa y verificar las razones por las que no está asistiendo a la escuela. Los padres y representantes deberían responder ante las autoridades si no llevan sus hijos, hijas y representados a la escuela. Si la educación fuera realmente obligatoria, debería haber un toque de queda para menores de edad durante las horas y días de escuela. Los legisladores deben crear los mecanismos que garanticen el cumplimiento de las leyes.

La gratuidad de la educación que se ofrece en las instituciones educativas del Estado tampoco se ha logrado. Más bien ha habido un retroceso en los últimos años en esa materia. Y en estos dos últimos años, marcados por los efectos de la pandemia por la COVID-19, el logro de la gratuidad desde la Educación Inicial hasta el pregrado universitario se aleja aún más. El Ejecutivo Nacional maneja un concepto muy restringido de gratuidad de la educación, el cual reduce al no pago de matrícula. Pero, resulta que ese es solo un aspecto de la gratuidad. Si bien es ser cierto que en las escuelas, liceos y escuelas técnicas públicos no se cobra matrícula oficialmente, tengo información que piden colaboraciones, de diversos tipos, en esas instituciones para mantenimiento, limpieza e insumos de oficina. Además, las familias tienen que invertir grandes sumas de dinero en uniformes, útiles escolares, alimentación, transporte, insumos para realizar las tareas, conexión a internet, telefonía celular, etc. para que sus hijos, hijas o representados puedan asistir a clases o tener acceso de alguna forma a los educadores. Los gastos en tecnologías y comunicación con fines educativos se han incrementado considerablemente en los últimos dos años. Sumado a lo anterior, la política de salario "cero" y la inflación indetenible contribuyen al encarecimiento de la educación.

Pero, peor aún es las políticas oficiales, algunas veladas, dirigidas a la privatización del pregrado universitario, en franca violación de la constitución. El Ministro de Educación Universitaria Trompiz presentó ante el Consejo Nacional de Universidades (CNU) una resolución para privatizar la llamada educación universitaria multimodal. Esta resolución fue aprobada con los votos de los rectores de las universidades intervenidas y de las universidades creadas por este gobierno. Por otro lado, la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET) comenzó a cobrar desde el año pasado una cuota en dólares a sus estudiantes de pregrado, violando la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Ni el exministro Trompiz no se pronunció en contra de esta medida, ni la ministra Lucena se han manifestado ante esta grave situación. Este silencio es un indicador de que la UNET está siendo usada por el MPPEU como laboratorio para la privatización del pregrado universitario.

En los países capitalistas avanzados se habían hecho avances importantes en cuanto a la gratuidad y la obligatoriedad de la educación. Hay países capitalistas en los que ni siquiera las escuelas privadas puede cobrar matrícula a sus estudiantes. Aunque se ha mantenido la obligatoriedad, en las últimas décadas en esos países han retrocedido enormemente en la gratuidad y avanzado aceleradamente hacia la completa privatización de la educación en todos sus niveles. En los países socialistas se hicieron avances aún más importantes en cuanto a la obligatoriedad y la gratuidad de la educación, donde en esta última fueron incluidas la alimentación, la residencia, el transporte, los textos escolares, etc. Nosotros no hemos logrado ni el grado de obligatoriedad ni el grado de gratuidad alcanzado en los países capitalistas avanzados y socialistas. Es más, creo que más bien tenemos lo peor de ambos mundos. No solo estamos muy lejos de alcanzar la obligatoriedad y la gratuidad de la educación tal como se declara en nuestra constitución, sino que cada vez más nos alejamos de ese camino.



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Julio Mosquera


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