Crisis de hegemonía en Venezuela

La segunda década del Siglo XXI en Venezuela ha estado signada por una crisis de hegemonía, que puede ser descrita al considerar diferentes fases, períodos, momentos, por los cuales sigue atravesando el país, hasta llegar a lo que vivimos en la actualidad a finales del año 2019.

Una primera referencia, tomada como punto de partida para el análisis, se presenta como antecedente previo a la aparición de la enfermedad, como hecho público y notorio, de lo que le ocurrió al Presidente Hugo Chávez, a principio del año 2011, cuando en un viaje desde el exterior, mostraba la presencia de un apoyo requerido para poder caminar. A partir de allí, las visitas a Cuba se hicieron cada vez más frecuentes, lugar donde decidió tratarse la enfermedad que lo aquejaba.

De manera dramática, luego dio declaraciones el 30 de junio del año 2011, cuando anunció que había sido operado dos veces en La Habana. Es de suponer, para lo cual se podría formular diferentes hipótesis, de cómo se llegó a esa situación, con un período previo a dicha manifestación pública, como gestación de inoculación de la crisis de hegemonía, y de dicha enfermedad, situación esta última, sobre la cual aún se mantiene un clima de reserva pública.

Una segunda fase de la crisis de hegemonía, podría postularse como fase de cooptación, por parte de un grupo de personas con mayor nivel de información acerca de la naturaleza de la enfermedad, de sus causas, de su pronóstico y posible desenlace.

Esta información de quienes conocían la situación y la gravedad de la misma, dio razón para la constitución de un grupo de cooptación, que cercano al Presidente Chávez, tuviese la posibilidad de influir, de sacarle provecho personal, grupal, político, a lo que vino luego a la luz, de manera dramática, trágica, con los eventos posteriores, como dos hechos determinantes, primero, el anuncio de diciembre de 2012, con la nominación por parte del Presidente Chávez, de ocurrirle a él una situación sobrevenida, lo cual en nuestra opinión, constituyó un grave y determinante error de su parte, y lo que desafortunadamente ocurrió después, con su siembra definitiva el 5 de marzo del año 2013.

Con esa fecha del marzo, y las elecciones de abril de ese mismo año 2013, se inicia una nueva fase que denominamos de agonía, fase que perdura hasta nuestra actual situación a finales del año 2019, con la presencia de un desgobierno, a partir del cual la crisis de hegemonía se hace más que evidente, a través de una ingobernabilidad reinante y corrosiva, producto del ejercicio de una camarilla en el poder administrativo del Estado venezolano, que pretende continuar sin límites ni restricciones, como si fuese eterno, sostenido por una casta pretoriana, basada en sacarle el máximo partido personal, grupal, a la mermada renta de los hidrocarburos, a base de una creciente represión generalizada, junto a un proceso de prostitución institucional lacerante, acompañado de una anomia social, con una emigración masiva, constante, nunca vista en la historia republicana de Venezuela, y un nivel de pobreza generalizada en la mayoría de la población que depende de un ingreso salarial.

Con el agravamiento de esta situación se ha iniciado, dentro de la fase agónica, la necesaria e inexorable fase de desenlace, de la crisis de hegemonía, con la presencia inevitable de diferentes escenarios que no explicitaremos aquí, como hipótesis, opciones a futuro con sus diferentes probabilidades de ocurrencia, teniendo cada una de ellas un sustento económico, social, político, de fuerzas, organizaciones sociales y políticas, a su vez relacionadas con la constante y persistente actuación de un actor importante como lo es la del actual inquilino de la Casa Blanca.

Fase de desenlace, en pleno desarrollo con diferentes mediaciones, acciones, por parte de algunos actores en juego, presenciados por una permanente y cada vez agravada frustración de la mayoría del pueblo venezolano.

Situación a la cual, sin poder precisar su cronología futura con exactitud, seguirá de manera necesaria, casi inexorable, otra fase de Emergencia nacional, de mediana duración, para poder restablecer los equilibrios perdidos, y más si se pretende la construcción de alternativas radicales fundadas en una lógica del metabolismo del trabajo, más allá del contexto en que se desenvuelve la actual crisis de hegemonía, esto es, por un lado, el llamado colapso rentístico, y por el otro, la dimensión global de una crisis estructural del metabolismo de la lógica del capital.

Bajo tales dimensiones del colapso rentístico, y la crisis estructural del capital, como síntesis, consideramos como fases que sigue atravesando la crisis de hegemonía venezolana, las siguientes,

  • Inoculación, previa al año 2011
  • Cooptación, años 2011 y 2012
  • La presencia de dos hechos fundamentales: la decisión del Presidente Chávez en diciembre del año 2012, y su siembra definitiva el 5 de marzo de 2013.
  • Agónica, desde abril del 2013
  • Desenlace, actualmente en curso, finales del 2019
  • Emergencia nacional, preñada de futuro con diferentes opciones.

Como hemos afirmado en varias oportunidades anteriores, la salida a la presente crisis requiere, de manera urgente y necesaria, la conformación de un nuevo bloque hegemónico, que se sustente en un liderazgo político popular colectivo revolucionario y el de una Fuerza Armada Bolivariana, bajo los preceptos de la Constitución de la República, aprobada masivamente en diciembre del año 1999.



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Jorge Giordani

Ex-ministro de Planificación.


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