El pueblo dictaminó, el pueblo dijo no, el pueblo sepultó al andamiaje adeco-copeyano, frustró pretendidas acciones de entregar la patria a los yanquis y el pueblo barrió antes el zaguán político con la escoba anti-enchufados; por ahí andan, desesperados dando brinquitos y asustados porque el pueblo les puso al escarnio público, él les dijo sus cuantas vainas en actos de celebración a donde se atrevieron ir después que jugaron pa tras en la campaña y tiraron la burra pal monte; tenían dos escenarios de tarima, pero apostaban más al contrario y no pudieron con el pueblo quien se las arregló con la logística y movilización para dar al traste con la conspiración interna y el cogollismo se cayó de nalgas con sus infuncionales salas, ¡vaya que sí es un descaro!
Y ahora se la quieren dar de Pilatos y de nuevo venir a lavarse las manos en la fuente revolucionaria; pero pa mí, que saltan la talanquera, comprometieron mucho con la contra y ahora no hayan como saldar la deuda política, están fregados; mal paraos con el pueblo y endeudados hasta los tequeteque con la canalla que perdona fracaso y que en su momento les pasará factura; vale aquello: de que el que se mete con la revolución se seca. Pero de todos modos, nunca han sido gente revolucionaria y en realidad han hecho un gran favor a la revolución, evitaron la desagradable molestia de echarlos a patadas limpia.
E hicieron como chacumbele, la pusieron bombita, porque ahora hay un solo padrino: El Pueblo que pre-factura cualquier felonía, que no apaga un ojo, está en vilo constante y permanente.
Se les recomienda a los traidores renuncien para que eviten que el pueblo los abuchee en venideros actos público y les diga sus 4 vainas. Este escrito no hace alusiones personales; el que se sienta aludido, chupe hijo.-
