Hay logros presupuestarios; de la recaudación se puede vivir, y bien

Se confiesa y se demuestra con hechos que sí hay independencia en marcha, que nos estamos despegando del rentismo petrolero, que la factibilidad de recolectar impuestos y distribuirles con acento social es cada vez más viable, próspera y equitativa en pro del todo país y no de cúpulas como se manejó por décadas presupuestarias en la antiqués adeca-copeyana. Que lejos de ser un mal la "crisis" e inicio del malévolo Plan Cóndor 2016, está contribuyendo al crecer de la renovada consciencia colectiva del socializado venezolano, sin importar orígenes y tendencias políticas ideológicas, que es un asunto de neto interés comunal; palabra clave para el renacer de la unión necesaria, que se está entendiendo que la economía es sociológica, es filosófica, es un extracto de la polis, que podemos y debemos vivir con nuestras diferencias y sacar de ellas los mejores provechos, que sí, tenemos que corregir errores de parte y parte, que dialogando llegaremos lejos, a donde tal vez ni imaginamos cuánto congeniemos para abolir los tabús de la no convivencia, que se nos abren puertas de conciliación, que cabemos todos sin tener que amayugarnos por pensar distinto el uno del otro y saber que las ideas pueden coexistir en paz.

Y da en el clavo el camarada Pepe Mujica. "Venezuela abandonó la agricultura y por eso se quedó sin comida". Nos encantó la aruspicina de hipnotismo del chorro de petróleo a borbollones, nos embobó el desacierto de que para una pequeña población hubiese tanto "dinero", que produjo el mínimo de su pago social-económico, de crecimiento y de expansión con los avances de un mundo capitalista neo liberalizado, industrializado y tecnificado, desarrollándose bien a costas de nuestros recursos, entregándonos al consumismo y a los dañinos artificios en tantos años de dócil explotación. Los grandes dividendos se los robó entre el 1er y 2do imperio y los míseros céntimos le fueron dados a las pequeñas oligarquías en turno permanente, y desde luego, que al pueblo, la desapacible miseria. Le hicieron creer del progreso citadino y el éxodo no se hizo esperar, todos desplazados al centro en busca de la fortuna, pero solo consiguieron la desgracia y con ella la de la patria entera. De momento hubo la conformidad de poseer unos centavos y darse el lujo de vivir en la metrópolis era asunto de satisfacer el bobo orgullo, no campesino.

Pasados los años el pase de factura llega con inconmensurables intereses anti-sociales sumados por los densos errores; aun después de ya casi 18 años de revolución, toca enmendar más graves errores, se remendó el capote logrando muy altos dividendos por el precio internacional del crudo, pero otra vez la cabra hala pal monte, los despilfarros crecen, malas inversiones, falta de visión, exagerada confianza en la permanencia de ingresos y sin la perspicacia del actuar enemigo, fue fácil comer a punta e billete y derrochar en plácemes, ahora los sucesos no le permiten sean así de vulgares y de contradictorios.

La Guerra Económica llega oportuna, sirve para hacer despertar a políticos y al pueblo, la necesidad se hace llagar dolorosa, las confrontaciones desempeñan inteligencia y creatividad de ver el panorama bajo la perspectiva de la realidad y se objetiviza que se está sujeto a la dependencia, y que sin el chorro de petróleo, se nos pone el mundo chiquito, aunque hemos hallado cómo iniciar el renuevo desde cero de la producción, de lo primordialmente necesario para sostenerse en pie político y consolidar nuevos horizontes.

Se corre con suerte de que políticas del opositor no fatigan en nada al pueblo dispuesto a la lucha, ¿pero siempre ha de ser así? El momento político tiene que dar frutos de irreverencia ante males que como adheridas niguas chupan de la revolución. Aplaudamos toda iniciativa de independencia; este Logro Presupuestario es evidencia de querer poder, de organizar bien para concretar cambios administrativos y distributivos de los recursos, de dar la gran pelea política. Levantar la producción en todos sus ámbitos, utilizar ingresos por concepto del petróleo para impulsar el Plan de Crecimiento Expansivo, darle valor agregado a esta materia prima y a otras, dando satisfacciones al nuevo Poder Comunal capacitándolo con el saber de la excelencia de producción y de alta calidad, aunado al global empresarial de gran visión nacionalista, regional latinoamericano y de más allá de lo imposible posible, es meta a cumplirse sin menores retrasos burocráticos y demagogos e innecesarios. Sin dejar de ser y de hacer política, póngase la piedra angular para revolucionar cada espacio de participación del pueblo hecho verdadero gobierno. ¡Comuna o nada, es solo eso para triunfar!

 

 

 

 



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Omar Ignacio Pinto


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