"Lo militar" en la revolución venezolana

El título en propuesta es preciso refiriéndose a "lo militar" en el proceso de la revolución venezolana por lo cual sería de necesidad académica describir qué significa el concepto de "lo militar" en un proceso político como es una revolución más cuando nos estaríamos refiriéndo a un proceso revolucionario preciso con es la revolución en curso en Venezuela de carácter bolivariano, nacionalista, obviamente, chavista, en el marco del ideario propuesto por Chávez Frías, y de sustento ideológico socialista pero en considerando un "socialismo a la venezolana".

Explicar sociológico y militarmente el concepto de "lo militar" es de una abstracción que conlleva en su seno conflicto, contradicciones teóricas y prácticas como de sustentos ideológicos profundos pero cuando nos acercamos a los teóricos de la guerra conocemos que todo proceso militar en un momento histórico, en unos espacios geográficos concretos y con actores comprometidos siempre se nutre de militares y civiles independientemente de los nuevos conceptos militares en curso que se expresan actualmente que van desde los profesionales (en algún momento en tierras lejanas conversábamos con Elías sobre "ejércitos profesionales" señalándonos como modelo, el modelo británico) como, por ejemplo, aunque nos parezca tremendista, los terroristas actuales de supuestas concepciones teológicas quienes son una experiencia digna de un muy serio estudio cuando conocemos las propuestas del general norteamericano y ex-Director de la CIA, David H. Petraeus, sobre "lo humanista" en el proceso de control de la sociedad afgana.

Es por ello que para su mejor comprensión nos consideramos prudente caminar a los hechos históricos precisos que nos permitan acercarnos a una comprensión significativa del concepto en propuesta político-ideológico como militar-social de "lo militar".

Abusando de la Historia podríamos incursionar en, por ejemplo, con la incorporación de los calificados como "bárbaros" durante el proceso de confrontaciones en comienzo de la decadencia del Imperio Romano sobre los ejércitos romanos, independientemente del conocido espíritu en socio-religiosidad y de guerra que colmaban los espíritus de esos bárbaros; entonces, en ese discurso podríamos, osadamente, calificar a esos bárbaros como soldados no-profesionales y ajenos a lo conceptual-militar de la doctrina y disciplina militar romana.

Unos siglos posteriores nos encontramos con unos interesantes escenarios durante la época feudal cuando los señores barones o cualquiera fueran sus títulos nobiliarios, utilizando a sus pobladores territoriales adscritos "a sus protecciones señoriales", por supuesto, de carácter feudal, en sus confrontaciones con sus vecinos titulares y, al tiempo, adversarios en la ocupación y la propiedad territorial, fundamentalmente. Uno de los mejores ejemplos lo podríamos extraer de los sucesos históricos en China cuando era el campesinado quienes además de sus lógicas labores de campo, a la vez, eran "soldados a futuro". Otro de los interesantes momentos serían las tres legiones cristiano-católicas que se adscribieron tanto a la protección de los peregrinos como a la protección y defensa de los "Santos Lugares" adversando, curiosamente, a los mismos islámicos que en la actualidad se sienten en cruzada islámica con características curiosas, por demás, cuando conocemos que no son un ejército formal y cuasi-normalizado.

¿Qué nos comunicó Macchiavello? ¿Cómo se ejercía el Poder en aquellos tiempos cuando "lo civil" se convertía en "lo eclesial" y ambos en "lo militar"? Definitivamente, el Renacimiento erogó la conciencia militar feudal más cuando aquel genio (Leonardo) se dedicó a diseñar armas de guerra y cuando la pólvora junto al papel moneda y los espaguetis provenientes de China hicieron su entrada triunfal en la decadente realidad del continente bañado por las aguas del Mediterráneo, claro, excepto por las "ciudades-estado".

El mosquetón y el soldado profesional hacían su entrada en los campos de batalla en obligados diseños estructurados de formación bélica con necesaria y fundamental calidad táctica de esos cuadros formados, disciplinados, alienados y de lentos paceres cuando se mantenía en la Política aquello de que "lo civil" era el factor fundamental en el proceso de "lo militar".

Saltemos hacia la Revolución Francesa complejo proceso histórico que nunca dejará de ser debatido tanto por "lo tradicional" como por "la evolución histórica en permanente perfectibilidad". En ese orden, como ustedes son personas de inquieta intelectualidad, nos arriesgamos a proponer algunas lecturas apropiadas para estas circunstancias cuando, aparentemente, el Poder aún no ha podido captar "lo global" en "lo particular nacional". El primer texto sería el de H. Prosper-Olivier Lissagaray bajo el título: "La Comuna de París" (Monte Ávila Editores. Caracas, 2007, pp. 737) mientras que el segundo texto es particularmente interesante ya que involucra a "lo religioso" en su incidencia sobre dicha revolución. El investigador es Dale K. Van Kley con el título de "Les orígenes religieuses de la Revolution francaise, 1560-1791" (Editions du Seuil. France, 2006, pp. 577).

La mencionada revolución gala es una pieza donde se demuestra como "lo social" se transforma en un amorfo ejército acompañado por profesionales en armas ante la Historia cuando es el pueblo llano, posteriormente, quienes toman la decisión del sacrificio supremo de camino hacia una nueva conciencia socio-política cual sería enfrentada, con ejércitos profesionales, del status quo europeo de "tradicional ideología anquilosada" bajo las directrices del "tutor de Henry Kissinger", Clemente Wenseslao Lotario de Metternich. (Arthur Herman. "Metternich". Colección Crisol, Nº 9. Madrid 1952, pp. 608).

Evidente, "lo militar tradicional" regresivo y cultivador por y de las "testas coronadas" alcanzó el control en ese amplio proceso de cambios profundos, temporalmente, para, únicamente, producir, inevitablemente, la profundización de las contradicciones de clase e independientemente de las diferentes etapas social-militares que se irían desarrollando hacia el proceso global de cambios profundos. Es probable que en las actuales circunstancias mundiales se pudieran estar expresando paradigmas conservadores parecidos en los comportamientos sicológico-del-Poder-mundial contra procesos revolucionarios que se vienen gestando en América Latina.

Pero lo importante para nos, en estas líneas, es el propio proceso de la conjugación en conciencia de "lo militar" conjuntamente con "lo social" cuando desarrollan un nuevo tipo de revolución profundamente diferente a procesos históricos precedentes con lo cual ello ha obligado a la intelectualidad al nuevo diseño geo-estratégico sobre las bases de cambios de la estrategia, la táctica precedentes en función de poder alcanzar la nueva visión del Poder constituido revolucionario.

Ese amplio espectro histórico con los lógicos vacíos en la presente presentación cambió las realidades de "lo militar" junto a la realidad de "lo social". Esos cambios fueron los que produjeron análisis de socialistas, liberales y, evidente, marxistas. Es, en esa línea de pensamiento, cuando nos trasladamos a la Revolución Bolchevique como paradigma referente y obligante históricamente. Todos y todas conocemos que "el regreso a casa y derrotados" de aquel ejército tradicional de "obreros y campesinos rusos" convertidos en soldados fueron el factor catalizador que provocaría, irremediablemente, el proceso de los necesarios cambios profundos sobre el poder establecido y representado en la dinastía de los Romanov.

Pero ese proceso tuvo un nuevo e interesante factor que cambió las reglas del juego del ajedrez nacional e internacional. Sería "lo político", por cierto, no "lo militar" ni "lo social", quienes tomaron las decisiones pertinentes, eminentemente, políticas, para, en sencillas palabras, poder asumir el Poder conjuntamente con la consolidación de "lo político" como factor fundamental de transformación política, socio-económica e ideológica en aquella Rusia, aparentemente, atrasada. No olvidemos que sería León Trotsky el hacedor de un ejército revolucionario bolchevique.

Aquel proceso donde "lo militar derrotado" junto a "lo social arruinado" se conjugara sirviendo como ejemplo revolucionario en un novel proceso político con las novedades de "lo político" junto a paradigmas ideológico-nacionales con el profundo análisis de "lo internacional" como factor presente contra-revolucionario.

Aquel proceso de cambios profundos en nuevas realidades políticas se transformaría en una realidad internacional que influiría en países alrededor del mundo, fueran esos países independientes, colonias y semi-colonias, según sus propias realidades internas.

A partir de aquella realidad histórica, el mundo ha vivido una confrontación permanente de carácter ideológico encontrándose aún inmerso en ese proceso de cambios conceptuales. Esa realidad se ha venido expresando a través de las diferentes manifestaciones bélicas que van desde el anarquismo, guerras, guerrillas, y realidades extremistas tan de moda en los actuales procesos políticos globales.

Estos procesos en cambios permanentes sociales, sicológicos, ideológicos, económicos y políticos en el marco del propio desarrollo global del sistema capitalista han impactado profundamente tanto en la estrategia como en la táctica militares.

La dialéctica que se ha venido expresando con la expansión mundial del sistema capitalista desde la Revolución Industrial, fundamentalmente, no ha dejado de lado la realidad de "lo militar" no solo en lo sociológico sino en lo tecnológico cual ha obligado, como lo expresamos más arriba, a rediseñar lo estratégico junto con lo táctico de lo significativo de la presencia de "lo militar" en espacios ajenos a "lo nacional" con una curiosa presencia de "lo empresarial" en las conformaciones de "ejércitos privados" como lo conocemos en la propia historia de la Compañía Inglesa de las Indias Orientales ( Brian Gardner. "The East Indian Company". Barnes & Noble books. New York, 1971, pp. 319).

Es, en ese orden de ideas, de toda lógica, la praxis necesaria para las invasiones, directas e indirectas, sobre países como Afganistán, Iraq, Siria, Libia, el Cuerno de África, y la praxis del desarrollo de la política de Estado norteamericana que se sustenta en "lo humanitario" contenida en las bases fundamentales que definen la "nueva política Obama" (JVR dixit). Ello significa, en el marco de lo expuesto ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE, siglas en inglés) por el representante norteamericano, Tom Malinowski, sobre la "política terrófoga" cual supuestamente desarrolla Rusia en contravención a los contenidos del Hensinki Final Act (Helsinki, 1975), una expresión de "cinismo político-estratégico" norteamericano en considerando las realidades ejecutadas en los mencionados países en referencia por la política imperial-imperialista de Washington.

Es decir, en el campo de las ideas en exposición en el texto, cuando la participación de "lo social" en "lo ideológico-militar" como "guerra política" es supremamente fundamental como paso previo a la intervención de "lo militar" en escenarios específicos y obligantes cuando la presencia de "lo económico" es lo fundamental para la permanencia y pervivencia del sistema capitalista mundial en las actuales realidades globales.

En esa misma línea de pensamiento, lo significativo del contenido del "Decreto Obama", es lo inmediato necesario para el Poder norteamericano para la supervivencia referida del sistema capitalista no solamente nacional-estadunidense sino global-mundializado por lo cual, en la actual etapa revolucionaria venezolana se convierte en imprescindible la necesaria conjunción de "lo militar y lo civil" para la conformación de la "unión cívico-militar" como base fundamental en el propio proceso revolucionario junto a los contenidos significativos del "Plan de la Patria".



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1887 veces.



Miguel Ángel Del Pozo


Visite el perfil de Miguel Ángel Del Pozo para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Miguel Ángel Del Pozo

Miguel Ángel Del Pozo

Más artículos de este autor