Julio, mes de recuerdos

En el mes que acabamos de dejar, en diferentes siglos y en distintos años, acontecieron importantes hechos para la historia de Venezuela, esta patria que puja por liberarse del capitalismo y dar ejemplo de lucha en el mundo convulsionado de nuestros días, amenazante con poner en peligro hasta la propia existencia del planeta. En el séptimo mes de año, celebramos el nacimiento de nuestro Libertador, la venida al mundo de quien con gesto audacia el 4 de Febrero de 1992, reencendió la llama libertaria de este pueblo, pero también nos recuerda el asesinato de un joven dirigente revolucionario, quien con su silencio ante los torturadores que le cegaron la vida, nos legó su talante de militante comunista. En nuestro último programa del mes de Julio, "El Hacer y el Saber Comunal", por Radio Arsenal 98.1 no podíamos dejar de recordar a Simón Bolívar, a Hugo Chávez Frías y a Jorge Rodríguez y esto fue lo que trabajamos en ese programa el viernes 29 de Julio de 2016, entre las 10 am. y las 12 m.

Bolívar, de Mantuano a Libertador

El 24 de Julio, se cumplieron 233 años de nacimiento del Libertador de Cinco (5) naciones y quien murió a los 47 años, con un sueño no cumplido de crear, a Colombia la Grande y la unidad de todos los pueblos de habla hispana de lo que los europeos llamaron América y nuestros pueblos originarios Abya Yala (Tierra Fértil en castellano). Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar de la Concepción y Ponte Palacios y Blanco, hace 233 años se asomaba a la vida dentro de una familia de las más ricas de la Capitanía General de Venezuela. Su mantuanidad, va a ser dejada atrás para asumir el papel guía de la emancipación de su territorio de origen y de otros que llegó a considerarlos como parte de su patria, la gran patria que con denodados esfuerzos se dedicó a crear.

Si alguien pregunta ¿Porqué esa ruptura con lo mantuano de sus padres?. Para responderle habría que ir no a su origen social de nacimiento, sino al origen de su pensamiento, a la conciencia social, que tal como dijo Marx, es determinada por el ser social y los social no se lleva en la sangre sino se adquiere, y la de Bolívar Simón, se nutrió de las vivencias con sus esclavos, con su Hipólita negra, con sus amigos de escuela en la "Escuela de las Primeras Letras" donde se dejó guiar por el otro Simón, el que tenía 12 años cuando el mantuanito nació.

A los 21 años de Rodríguez, fue ese encuentro del maestro creativo y el niño rebelde de 9 años, quien a los 12 años, deseoso de vivir con su hermana mayor, María Antonia, dice ante los Tribunales "Que los tribunales pueden disponer de sus bienes y hacer de ello lo que quisieran, más no de su persona; y que si los esclavos tenían libertad para elegir amos a su satisfacción por lo menos no debía negársele a él de vivir en la casa que fuese de su agrado". La rebeldía había cobrado cuerpo en este niño.

Como se ve su socialización inicial fue con los esclavos y descubrió sin racionalizarlo las diferencias de clases, conoció la vida de sus juegos con las cosas sencillas, supo de sus inocencias incapaces de comprender tanta diferencia entre el negro y el blanco, de los que están en la gran sala y de los que viven arrinconados en la cocina o colocados en los patios retirados de las lujosas casonas de los esclavistas. Al niño Simón, le dolían los maltratos de los dueños a los esclavos, a quienes los ricos veían, simplemente como sirvientes y como animales de carga y muchas veces como sus instrumentos sexuales. Pero Simoncito, no los vio así, prefirió ir de la mano de su maestro que de los tutores de su clase mantuana. Agarró, "la mala compañía" como dirían los ricos de ayer y repiten los de hoy. Prefirió oír explicaciones de una vida rebelde y sabia, que las orientaciones de los opresores, poco sabias y carentes de frescura.

Obviamente, que su posición material de clase no podía ocultarse ya que esta le permitía disfrutar de privilegios propios de las clases dominantes. Pero, no olvidemos que ser mantuano, si bien es cierto, era sinónimo de propietario de bienes, tierras, plantaciones y esclavos, no les daba del todo la posibilidad de equipararse con los blancos peninsulares, como se llamaba a los españoles, nacidos en su madre patria. Para los mantuanos, decir "mi madre patria" era un un simple juego de palabras; para los peninsulares era un hecho real; para los españoles residenciados en España, quienes vivían en las Colonias también eran vistos como de menor jerarquía. Sus títulos, no eran de origen tan noble, el Don que significa De Origen Noble, se les negaba totalmente a los españoles aventureros que vinieron en busca de riqueza y de allí surgieron loa mantuanos. El acceso al poder político, estaba descartado en lo fundamental para los criollos y eso los iba distanciando de los blancos peninsulares y con ellos progresivamente de la corona española.

Los encendidos llamados liberales de la burguesía francesa que culminó con la toma de La Bastilla, habían llegado a estos confines y estos recorrían los pensamientos de los blancos criollos, azuzados no sólo por los franceses, sino también por los ingleses que habían desarrollado su capitalismo con el empuje del oro y de la plata conseguidos con el saqueo de las minas de Abya Yala. Antes, el dolor indígena había resistido al invasor hasta casi su total aniquilación, pero había sembrado en el primer mestizaje su gusanito emancipador. La oscura piel africana desprendida por millones de sus territorios, sintieron que su vida dependía de su libertad y que esta era sólo posible a través de la rebelión contra las cadenas impuestas por los blancos criollos y peninsulares. Es la huella del segundo mestizaje.

Ante este conflicto entre las clases dominantes por la hegemonía política, se sumaba como principal componente, la lucha de clases determinada por la confrontación entre explotadores y explotados, de esclavistas y esclavos. Este escenario, se desenvolvía halado por el capitalismo mercantil de Europa, acelerado hacia el capitalismo manufacturero por la potente fuerza de los metales preciosos y creador de millones de asalariados catapultadores de la acumulación capitalista que se daba en el viejo continente, la cual va a cambiar toda la fisonomía social y económica de países monárquicos como Francia, Inglaterra y Holanda, cuyo impacto se va a sentir en España, país de donde se nutrían de oro y plata, los que producían bienes o controlaban los principales mercados del mundo. Los millones de proletarios expropiados de sus tierras comunales y el acelerador del oro y la plata, dan entrada al capitalismo por la puerta grande de la historia con todos sus avances y miserias propias de este tipo de sociedad.

Ese movimiento se daba, mientras iba creciendo el chiquillo Bolívar y Ponte, se casaba y enviudaba muy joven para reencontrarse con el otro Simón quien se había exiliado luego de haber participado en la conjura revolucionaria dirigida por Manuel Gual y José María España.

Desde el Monte Sacro en Roma, ante Simón Rodríguez jura no descansar hasta ver libre su patria del yugo español.

Los dos Simones se separan en el tiempo y en la distancia, pero no de sus sentimientos y propuestas. Uno el más joven se viene a Venezuela a cumplir su juramento, el otro, se queda en Europa para continuar deambulando entre el aprender y enseñar, entre el invento y el errar.

Simón El Libertador, en la lucha dejó bien lejos su mantuanidad y se vistió con el ropaje de quienes le enseñaron a ser un niño feliz, poco atraído por las cosas, muy deseoso de seguir llevando a su lado, lo que aprendido de lo más sencillo nunca lo va a abandonar: Su amor por la libertad de la América oprimida por España y la emancipación de los esclavos.

Bolívar, insistió en muchas proclamas la libertad de los esclavos y comenzó por liberar a sus esclavos, tal como se lo manifestó al general Juan Bautista Arismendi en 1816, "Yo ordené la libertad de los esclavos" y va a ratificar en 1819 en su mensaje al Congreso de Angostura "Yo abandono a vuestra soberana decisión la reforma o la revocación de todos mis estatutos y decretos; pero yo imploro la confirmación de la libertad absoluta de los esclavos, como imploraría mi vida y la vida de la República".

Lo demás lo sabemos, sus compañeros de lucha se volvieron esclavistas y la fractura de la gran patria fue promovida por estos héroes convertidos en mantuanos sin títulos, pero si con títulos de grandes extensiones de tierra, mientras Bolívar se había quitado para siempre su ropaje de mantuano. Los esclavos como propiedad absoluta de su amo fueron liberados formalmente en 1854 y devinieron en esclavos mercancías, esclavos asalariados, siguiendo el desgraciado destino de los expropiados del mundo. La posición de los mantuanos la ocupan los burgueses, rehuyendo a todo pensamiento emancipador surgido de las enseñanzas de Bolívar quien seguirá para siempre vestido de Libertador, sin los privilegios del mantuano, pero adorado e inclusive canonizado por los pueblos que según Neruda, esperan por él cada Cien Años. La lucha hoy continúa y ese Simón Bolívar de 233 años, todavía está presente en nuestras luchas por la total emancipación.

4. Ayer 28 de Julio se celebraron 62 años de Hugo Rafael Chávez Frías

Sabaneta, pueblo que uno deja en el camino cuando va en dirección a Ciudad Barinas, en 1954, un 28 de Julio, sintió nacer a quien 38 años después, un 4 de Febrero de 1992, dejó grabado para siempre el "por ahora" para decirle a sus compañeros que una batalla estaba perdida , pero no la guerra, y para el pueblo, nos dijo contar con él para los años que venían. Dejaba claro su irrenunciable compromiso con la lucha, pero que era mejor evitar derramamientos inútiles de sangre. El sarampión revolucionario lo llevaba por dentro y siempre lo tendría a flor de piel. El bisnieto de Maisanta, iría a la cárcel con los cuentos de Arañero a repensarlos para incorporarlos a sus nuevos cuentos que fueron hilvánandose para conformar la historia de quien sin duda alguna, va a ser uno de los grandes dirigentes de pueblos, los cuales con su sus cinco sentidos saben oler, oír, sentir, pero mejor ver, cuando pueden seguir a alguien que de verdad forma parte de su carne, sangre y nervio. Luego viene la prueba, para corroborar con el gusto que los demás sentidos no se equivocaron. Es la práctica la cual hace verdadero al discurso y en Hugo Chávez el pueblo probó que no se equivocó.

De un proceso de casi 30 años de acumulación fuerzas, muchas veces silentes, surgió un levantamiento militar, hecho para implosionar a las grandes mayorías explotadas y oprimidos para que las esperanzas no tuvieran ubicadas en los tiempos infinitos y se pusieran cerca de quienes ya sabían, aunque sea por intuición, que ya esta sociedad llamada capitalismo no era el espacio social, cultural, económico y político, donde se van a resolver los graves problemas cuyos efectos nos vienen aquejando, desde que los hombres blancos de barbas y arcabuces ,pusieron sus botas opresoras en esta tierra fértil y de gracia, receptora inocente y llena de alegría a los invasores europeos.

Las promesas del Comandante Chávez fueron cumplidas, sin embargo, su mayor promesa de construir el socialismo se vio truncada por su lamentada muerte. Este momento de gran tristeza, dejó mudo a un pueblo. Las sonrisas, sus cantos llaneros, sus cuentos propios de hombre del llano, la fuerza de sus discursos, sus abrazos y caricias tiernas a los ancianos y a los niños, sus entradas y salidas espontáneas cargadas de una dosis de locura ya no estarán con nosotros. Pero, la palabra socialismo quedó sembrada, es cierto, con muchas dudas, porque las palabras son eso, palabras que sólo pueden cobrar vida, cuando guiados por las experiencias propias y de otros pueblos, guían el andar de la palabra al hecho. Ya la palabra socialismo, no asusta a los niños como años antes, a pesar de que la propaganda burguesa, deformando la realidad, siga insistiendo en que el socialismo le quita los niños a sus padres, el socialismo le quitará la propiedad a todos, que el socialismo es una dictadura. Aunque estamos lejos del socialismo, no podemos decir cuánto, son los elementos que bajo el llamado proceso de transición, han dejado algunas señales positivas de los propósitos de quienes promueven el socialismo. Obviamente que dentro de estos propósitos, hay diferencias entre quienes sostienen unos caminos para llegar al socialismo, sobre quién es el sujeto social determinante de la revolución, qué papel juega el partido y el Estado, cuáles son las clases sociales y grupos sociales aliados en las distintas etapas de la construcción socialista, cuales son las estructuras básicas de la socialización de los medios de producción etc. Estas diferencias, nos exigen el debate de las ideas de una manera respetuosa entre todos los revolucionarios.

El Comandante Chávez, en ese debate a su interior y en medio del debate externo, se fue dando cuenta y fue decantando su pensamiento de una manera tal que pasó de promover la lectura del Decálogo del Guerrero, propio de un militar, a recomendar la lectura de Carlos Marx, ya que este revolucionario expone científicamente la lógica operativa del sistema capitalista, la cual es precisamente la que hay que desmontar para llegar al socialismo.

El Comandante Chávez, fue avanzando, descubriendo y redescubriendo, en un continuo preguntar a la realidad y a la experiencia, y principalmente, a tratar de encontrar las respuestas en la observación minuciosa de lo empírico para ver su desenvolvimiento, la manera como lo ven los demás, y también a revisar los estudios generales y particulares que desde una óptica científica se han realizado. Sentía placer y alegría cuando descubría en un texto, la explicación a algo que se le dificultaba encontrarlo e inmediatamente en sus conversaciones y en el "Aló Presidente" lo daba a conocer. Creo que eso fue lo sentido por él, cuando en el libro de István Meśzáros " Más Allá del Capital" descubrió a la Comuna como ese espacio que permite superar los parámetros estructurales de la toma de decisiones en forma jerárquica, dominantes en el capitalismo, lo cual como dice Meśzáros "condena al proyecto socialista, en el mejor de los casos, al estancamiento si no a la recesión y la involución" y sigue el autor húngaro, con respecto al problema de la división del trabajo, ya "... que el patrón de medición de los logros socialistas es hasta qué grado las medidas y políticas adoptadas contribuyen activamente a la constitución de y consolidación bien arraigada de un modo sustancialmente democrático (es decir, verdaderamente no jerárquico en su modo de operación en todas las esferas) de control social y autogestión general.". Sin duda, a cualquier lector de este texto, se le viene a la mente lo dañino de la burocracia en un proceso emprendido para liberarnos del capitalismo para construir la sociedad socialista. Estamos seguros que el Presidente Chávez tenía esto en su cabeza, y al descubrirlos arremetía con todos los hierros contra la burocracia. Recuerdo el "Aló Presidente", cuando se mostró leyendo este libraco "Más Allá del Capital" de 1.141 páginas en letra 8 o 9 tal vez. Era el presidente preocupado por aprender para enseñar, descubrir mejor el comportamiento de la realidad y su lógica.

Estas ganas, lamentablemente se vieron truncadas por la muerte, pero nos dejó la impronta por donde debemos seguir, con su morral exigente de la crítica y la autocrítica. La celebración de los 62 años del Comandante Chávez, debe ser para asumir esta actitud profundamente revolucionaria, es el mejor homenaje que le podemos rendir, a quien dedicó la mayor parte de su tiempo al proyecto revolucionario, tiempo dedicado a estudiar los problemas de la coyuntura, sin olvidar los objetivos históricos del proyecto, además, le adicionaba a esto el contacto directo con el pueblo, no sólo en su programa de todos los domingos, sino a ir directamente a los escenarios, muchas veces de sorpresa e incógnito, para observar con sus propios ojos, el desarrollo del proceso con los respectivos proyectos con el cual se iba desarrollando para el logro del Plan de la Patria.

No podemos negar que sin su presencia física se perdió la principal "locomotora" de la revolución, sin ánimo de compararlo con esta maquina. Se siente su ausencia y esta no se sustituye por tratar de elevar al Presidente Maduro, al sitio donde había llegado el Comandante, porque son dos personas distintas, con diferentes carismas y con maneras de rozarse con la población, aprendidas en las experiencias que cada uno de ellos tuvo. No podemos calcar, debemos ser auténticos, tal como el Comandante lo fue. A Chávez y a cualquier dirigente revolucionario, sólo lo suplanta el pueblo organizado; la necesidad de este pueblo de construir el intelectual colectivo; protagonizando en la conducción de la revolución hacia el socialismo y con su participación directa como pueblo organizado. La orientación fundamental, COMUNAS O NADA.

CHÁVEZ VIVE, LA LUCHA SIGUE.

Jorge Rodríguez y la Historia que vivió

En este programa del "El Hacer y el Saber Comunal", estamos recordando dos nacimientos en el mes de Julio, Nuestro Libertador el 24 de Julio de 1783 y el Comandante Chávez el 28 de Julio de 1954. Son dos épocas separadas por 171 años. Pero en el ínterin de estos años también nació y murió Jorge Rodríguez, mártir de la revolución venezolana. Había nacido el 16 de Febrero de 1942 en Carora, Estado Lara, era maestro normalista graduado en Escuela Normal Rural Gervasio Rubio, en Rubio, Estado Táchira, la cual, por cierto, había sido creada en el gobierno de Medina Angarita siguiendo el ejemplo de las escuelas de este mismo tipo en México. Fue asesinado a golpes el 25 de Julio de 1976. "Carorita" como le decían en la Escuela Normal, con su cara de niño permanente, su caminar erguido, de saludo afable, lo cual dejaba ver los sentimientos de quien carga por dentro y por fuera la alegría de ser un revolucionario, de ser parte de ese contingente de hombres y mujeres que no sienten lástima por el oprimido y el explotado, sino que se enrolan conscientemente a la lucha por echar abajo las estructuras sociales, económicas y políticas en las cuales se fundamentan la opresión a la explotación. Jorge, portaba en ese cuerpo larguirucho y delgado, la madera del revolucionario quien no tiene otra forma de vivir sino la del revolucionario. Su compromiso, fue siempre con los de su clase, no dudó nunca del papel obligado a jugar por reconocerse como esos seres que marchan adelante, pero no porque son vanguardia, sino porque les tocó iniciar el camino junto a otros que van halando a quienes no han entendido la realidad que los oprime, van estimulando a quienes tienen duda de comprometerse con aquellos procesos que no le aseguran la victoria inmediata, y dan orientaciones sabias a quienes se han decidido a sumarse a la corriente historica por cambiar el mundo que vivimos, a luchar por otro mundo donde la felicidad entre en la vida de todos y no sólo en la vida de un grupo, expropiadores de los instrumentos de trabajo para producir riqueza, y con ellos, explotar y oprimir a quienes directamente la producen.

Particularmente, tengo muy buenos recuerdos de Jorge Rodríguez, en mis años de militancia juntó a él. En el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, hicimos muy buena amistad, aunque ya nos conocíamos cuando el Jorge adolescente estudiaba en la Escuela Normal de Rubio, yo más joven que él, veía a los jóvenes normalistas darle vida a ese pueblo, aún reducido a unas pocas manzanas en su casco central y algunos barrios humildes en sus alrededores. Jorge, destacaba ya por su verbo, y despuntaba como el dirigente revolucionario que posteriormente fue. Iba a mi casa porque estudiaba con Jorge, mi hermano mayor, quien al igual que otra de mis hermanas, Blanca, se graduaron de maestros rurales en la misma Normal de Rubio.

Sentí mucho orgullo, cuando vi, aún yo niño, a Jorge aparecer en la prensa nacional como dirigente estudiantil y miembro de la Dirección Nacional de la Juventud del MIR. Al venirme a Caracas a estudiar Ingeniería en la UCV, inmediatamente me incorporé a la Juventud del MIR de la Universidad, organización con la cual yo militaba desde su propio nacimiento en 1960. Jorge sintió mucha alegría cuando me vio en una de las reuniones de la JMIR, donde el hacía de orientador de la reunión. Siempre le escuché con atención, como maestro sabía como llegarnos a quienes eramos revolucionarios sin mucha formación, pero con muchas ganas de aprender. Los más jóvenes, un poco menos que él, sentíamos, y sentimos por supuesto, mucha admiración por Jorge Rodríguez. Yo por sentir más entusiasmo por la militancia en los barrios y con los trabajadores me fui vinculando más con estas experiencias, pero, como estudiante universitario, siempre estuve en contacto con las actividades políticas de los estudiantes de la universidad y de educación media y esto me mantuvo en contacto permanente con Jorge .

La actividad revolucionaria fue bajando su intensidad por las derrotas y las deserciones de la militancia que desmoralizada prefería dedicarse a su vida exclusivamente personal y en especial, los universitarios, a culminar sus estudios. Sin embargo, Jorge estaba allí con la misma fuerza, empujando, haciendo balances críticos y halando juventud y partido como un todo, porque en el partido era donde más se sentía la pérdida de fuerzas, y Jorge, junto a otros dirigentes, con su fuerzas impulsaban a quienes íbamos quedando en la militancia.

Vino la fractura en 1969, luego de discusiones de las cuales no me sentí ni me siento muy contento. Una derecha, agrupada fundamentalmente en el partido, mostraba su cansancio y las ganas de abandonar los compromisos con la lucha armada en la cual estábamos comprometidos jóvenes estudiantes y algunos campesinos quienes habíamos sido ganados para este tipo de lucha, por los discursos encendidos y heroicos de quienes luego se planteaban la retirada. Sin poderlo entender hasta hoy, surgieron tres grupos que van a dar origen a tres organizaciones distintas: El MIR que se quedó con el grupo encabezado por Moisés Moleiro y Américo Martín; la OR (Organización de Revolucionarios) con los dirigentes de la Juventud del MIR, Julio Escalona, Jorge Rodríguez, Marcos Gómez, Luis Martínez, José Enrique Mieres, Fernando Soto Rojas entre otros, y el Movimiento Bandera Roja (luego Partido Bandera Roja) donde se agrupaban los jefes y guerrilleros del Frente Guerrillero Antonio José de Sucre el cual encabezaban Carlos Betancourt, Gabriel Puerta, Américo Silva, Jesús Márquez Finol, El Motilón", Pedro Reyes, el Gordo Cova Mata y otros.

Allí nos separamos Jorge y yo, porque mi decisión fue quedarme con el Movimiento Bandera Roja, el cual lamentablemente luego de asesinados sus mejores cuadros, fue retrocediendo en sus posiciones revolucionarias hasta llegar a lo que es hoy, aliado y actuando al lado de los grupos que promueven la contrarrevolución. Esta separación no hizo nada contra la amistad entre Jorge y yo, y juntos tratamos de que se dieran acercamientos entre los dos grupos donde militábamos cada uno de los dos. No fue posible por el sectarismo reinante entre las partes, pero siempre seguimos insistiendo en la unidad de los revolucionarios, invitando a esa unidad a los camaradas del PRV- FALN. Nuestro último encuentro fue el 17 de Junio de 1976, cuando me comunicó con mucho dolor la caída y posible asesinato de Tito González Heredia, mutuo amigo y camarada. Un mes después, tuve la triste noticia del asesinato de Jorge Rodríguez y sentí con mucho dolor, que con él la revolución perdía a uno de sus mejores hombres y yo perdía a un gran amigo y camarada.

Sus asesinos, no podrán dormir tranquilos y sus angustias sólo cesarán cuando su muerte les llegue, la cual con seguridad será sin amigos, y como aniquiladores del futuro, formarán parte de la triste historia de todos los traidores, sin nadie que los recuerde, ni flores que les ilumine con colorido sus sitios de entierro. Mientras Jorge Rodríguez estará con Tito González, con "El Motilón, con Fabricio Ojeda, Argimiro Gabaldón, Víctor Soto Rojas, Honorio Navarro, Américo Silva, Pedro Centeno, Ponte Rodríguez, Alberto Lovera, Noel Rodríguez, Nicolás Hurtado, los caídos en Cantaura y en Yumare, con todos quienes heroicamente cayeron en la lucha, y estarán sembrados para siempre en el corazón de los pueblos, los cuales al alcanzar la victoria definitiva contra el capitalismo, los llevarán al panteón de la historia universal de quienes lucharon sin descanso, por la emancipación de los pueblos y por la superación de la pre – historia humana.



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José Bonilla A.


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