Con aquella canción del recuerdo que te amé [Y ahora no se ama como antes, porque la violencia hace de las suyas]

Entre canciones, poemas, cartas, flores, dulces… hasta un apasionado beso o sentido abrazo, era la manera más preciosa de declarar el amor hacia nuestro ser amado. ¿Quién no recordará en sus años mozos y en plena década de los 60, 70, 80 y 90, con las canciones de amor que marcaron la pauta en las emisoras radiales, programas en vivo de televisión, discos de acetato, cassettes o conciertos?
El amor se declaraba en cualquier espacio, sea de día o de noche. A través de nuestras amigas [o amigos], hermanas o hermanos, -quienes eran nuestros cómplices y nos servían de puente, para llegar hacia el ser amado-. ¡Y si era a escondidas de nuestros padres, había que actuar con mucho cuidado, con el temor que esa relación de noviazgo fuera descubierta!

¿Quién no recuerda aquellas letras de esa canción de amor –y que tanto se identificó hacia uno mismo/a-, quedaría marcado para siempre en el corazón de los pavos? ¿Quién no recuerda las llamadas que se hacían –o las visitas en las emisoras radiales-, para que en el programa equis, de tal hora, nos colocaran alguna canción de esas, con dedicatoria?

El amor de ese entonces, se vivía a plenitud: sin maldad, sin violencia, sin egoísmo… era un amor único, sincero, tierno… que nos hacía suspirar y seguir soñando con el significado del AMOR.

El amor de nuestros tiempos ha sido ensuciado con las letras de canciones, cuyo contenido incitan a la violencia, a la inmoralidad, al sexo salvaje, a la degradación de los valores del ser humano, a la falta de respeto, etc. Nuestro cuerpo – como nuestro corazón-, lo transforman en una mercancía de venta, de exhibición para ser corrompido innumerables veces. La violencia que emite la música de ahora, destruye a la mujer, a la juventud, en todos sus sentidos: moral, espiritual y sentimentalmente.

Díganme queridas y queridos lectores, si frases o anécdotas como éstas, permanecen vigentes en el ayer y en el hoy:

Ayer te soñé vestida de flores y tu amor era luz en mi corazón. Hoy te veo vestida de golpes, mordidas, insultos… y te tomo a la fuerza para que sientas el "macho" [o la "hembra"] que soy.

Ayer me cantabas la canción de amor que nos unió para siempre. Hoy quiero de ti un "perreo", para que me vuelvas loco [o loca].

Ayer sentí que mi beso te hacía llegar hasta el cielo. Hoy te saco un beso a lo bravo, junto a una mentada de madre o un golpe, como me gusta.

Ayer recuerdo el tŕafico de las autopistas y el chofer del autobús, colocaba canciones de amor, con un volumen exquisito. Los pasajeros nos olvidábamos del tráfico y la cantábamos con gusto. Hoy los choferes de diversas rutas, matan a los pasajeros con un sonido estridente y loco; con vallenatos, reguettones, salsa erótica, rock… y si le pedimos coloquen un volumen moderado o cambien esa música, nos salen con la peor grosería.

Ayer escribimos nuestros nombres, en un frondoso árbol del parque. Así expresábamos nuestro amor sobre la naturaleza. Hoy rayo las paredes recuperadas de cualquier calle o avenida, con un estrafalario graffitti, para mandarte al diablo y decirte que eres detestable.

Ayer me obsequiabas rosas y dulces. Hoy te obsequio indiferencia y más gritos.

Ayer nos esmerábamos a cantar y preparar los platos que más nos gustaban. Hoy inventa qué carajo vas a cocinar, porque esa no es tarea para "machos". De paso, como estoy desempleado, me las ingenio para conseguir algún cigarro o un trago de ron, que me regalen por ahí.

¿Te acuerdas cuándo nos reuníamos con nuestros familiares y amigos, a celebrar un acontecimiento importante? ¡Era un encuentro divertido y juntos entonábamos las mejores canciones de la época! Hoy no tenemos tiempo para compartir con los amigos o la familia. Cada quien anda en lo suyo.

Ayer recuerdo las colas que se hacían y no faltaba alguien que cantara una canción que alegraba el momento. ¡Dígame cuándo la entonábamos en grupo! Se resaltaba la alegría, el buen humor, la cordialidad… nacían nuevas amistades o nacía el corazón de tu vida. Hoy veo las colas para conseguir algún producto que satisfaga mis necesidades, y la violencia se palpa día a día. Estás cansado/a de oír cuantas maldiciones, insultos, burlas, indignación… presencias hasta golpes y amenazas. Ves a alguien armado dispuesto a hacer daño. ¿Quién tendrá la culpa de todo esto? ¿El gobierno? ¿Los empresarios? ¿La oposición? ¿Los comerciantes? ¿La ciudadanía?

Ayer me esperabas con tu sonrisa flor de labios y tu dulce abrazo, me quitaba las tensiones del día. Hoy la risa está muerta, el abrazo no existe o una palabra que salga del corazón… PORQUE YA NO SE AMA Y EL AMOR HA MUERTO.

¡No permitamos que la violencia destruya cada corazón, cada hogar, cada ser vivo…! Rescatemos y compartamos -cual celebración a la vida-, el verdadero sentir del AMOR, bien sea en pareja, en familia, en amistad, en nuestros lugares de estudios o de trabajo, en la cotidianidad, en el espacio que te movilices … Rescatamos y compartamos aquella canción del recuerdo que nos identificó una vez, para vivirla en tiempo presente y transformarla en tiempo futuro.



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Siboney del Rey

Poeta venezolana, activista por la paz y la solidaridad con los pueblos del mundo. Productora Nacional Independiente, Guionista y Reportera. Primera poeta venezolana, en recibir en manos del Comandante Supremo Hugo Rafael Chávez Frías, la orden "Heroínas de la Patria".

 sinfronteras_al@yahoo.com

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