Opulencia, derroche de alimentos y cultura alimentaria

A mediados del año 2007 asistimos a la celebración del cierre del año escolar en una institución educativa en Londres. Después del consabido acto académico-cultural, se sirvió una cena abundante y variada. Finalizada esta, la directora del plantel se dirigió a los presentes para sugerirles que podían disponer de los alimentos que quedaban, ya que por disposiciones legales no se podían guardar o retornar a la empresa de servicios que atendía la recepción. Intrigado por aquello, pregunté a la anfitriona venezolana que nos invitó, quien me explicó que era una norma que se aplicaba en el Reino Unido, y que incluso los restaurantes no guardaban comida preparada. Lo que sobraba se donaba a asilos, refugios o se lo daban a menesterosos y/o desechaban; de manera que estos expendios, conociendo su capacidad de ventas cocinaran lo más cercano a lo que podían consumir sus clientes.


De regreso a Venezuela, navegando en internet me consigo con la información que refiere la cantidad de alimentos que se desechan en Inglaterra sin haber recibido ningún uso. Las cifras, según esa nota alcanzaba al 26% de alimentos desechados en hogares sin niños y hasta 29% en hogares con menores. Les confieso que en diferentes ocasiones me he formulado una reflexión sobre el asunto, me pregunto ¿cómo estamos nosotros en este tema? ¿Llevamos estadísticas de alimentos desechados?
Veo un reportaje en TV española, el 31/05/2013 y se me reanima nuevamente la curiosidad sobre el tema. De acuerdo a las cifras suministradas cada español se deshace anualmente de un promedio de 160 kilos de comida y en la comunidad europea se desprenden de más de noventa millones (90.000.000) de kilos de alimentos sin procesar al año. Leo el 01/05/2013, en el “Correo del Orinoco”, un cable según el cual más de un (1.000.000) de personas pasan hambre en el Reino Unido, como consecuencias de las medidas de austeridad que han tomado en esa nación desde el 2010. La FAO por su parte informa de todas las personas que pasan hambre en el mundo, no forman parte de esos números, los venezolanos.

Me animo a escribir sobre el tema, sobre todo porque como ha reseñado recientemente la prensa que en Venezuela más del 90% de la población come tres o cuatro veces al día, es decir una considerable suma de venezolanos que están bien papeados. ¿Cuánta comida estamos desechando? ¿Qué cantidad de alimentos compramos innecesariamente? ¿Qué tanto compramos por ostentación? ¿Consumismo?

La compra no racionalizada, abundante, de algunos productos perecederos a corto y mediano plazo, tiene una serie de impactos hasta en el consumo energético, en la glotonería, en la salud de los niños, en la cultura alimenticia.

¿Qué llamo racionalizar el consumo? Comprar lo que se va necesariamente a consumir. El mejor ejemplo está en los vegetales para las ensaladas y sopas y las frutas; que las tenemos frescas todo el año y al alcance en cualquier mercado. Atiborramos las neveras con la consabida presión en demanda de energía. Algunos frutos del campo puede estar en temperatura ambiente y se conservan mejor; el frío del refrigerador los chamusca. Observe en una quincena todos los desechos vegetales de los cuales se desprende sin ninguna utilidad. Experimente por un mes no abarrotando la nevera y vea los resultados. Hay guías que explican el uso de los espacios en el refrigerador, la resistencia de los frutos al medio ambiente y hasta el consumo de energía eléctrica.

Hay un pero, el consumismo. Vivimos en una sociedad desaforadamente consumista, aun en este proceso revolucionario; marcada tendencia al tener en vez del ser, que presiona sistemáticamente la psique humana hacia la acumulación de cosas, objetos, utensilios; y por supuesto alimentos y chucherías. Obsérvese comprando en el abasto, observe otros y otras compradores (as) y no notará diferencia, a lo mejor sentirá envidia. Este desenfrenado consumo hace crisis cuanto se alientan campañas de desabastecimiento, acaparamiento y contrabando de extracción. La publicidad ya ha hecho el trabajo de generar necesidades artificiales.

Mi pregunta ahora es saber si el Banco Central de Venezuela, el Instituto Nacional de Estadísticas, el Instituto Nacional de Nutrición, el Ministerio del Poder Popular para la Alimentación manejan estadísticas al respecto. Serían muy útiles y orientadores. Si las hay, me perdonan mi desconocimiento; entonces ¿Por qué medios se difunden para que lleguen a la población? De los que sí estoy convencido es que se necesita educar sistemáticamente en cultura alimentaria, por todos los medios posibles.
Desde la escuela, por los medios masivos, por carteles, actividades culturales diversas; podemos concienciar sobre una alimentación sana, balanceada, preventiva. Podemos estimular la racionalidad en el consumo. Tengo entendido que ya se manejan cifras que promedian el 28% de obesidad en la población venezolana; eso es preocupante. Como observador común me topo a diario con personas muy subidas de peso, y ojo, en alto porcentaje gente joven. ¿A dónde vamos con esto? A una población con afecciones cardíacas, diabéticos y deficiencias renales; además del circulo vicioso del sedentarismo.

No se trata de prohibir nada; Se trata de la salud pública y de la economía familiar. No se trata de decirle a los demás lo que deben o no comer, se trata de educación alimentaria, de orientación ciudadana. Tengo la certeza que una campaña bien orientada nos evitará que en un futuro mediato tengamos que atender a un grueso sector de la población en enfermedades derivadas de una mala alimentación. Sería un fracaso del proceso revolucionario que no lográramos educar a nuestra población en tan importante asunto.

Me atrevo a afirmar que estamos ya tocando la raya de esos problemas que se derivan de una mala alimentación por gula, por consumismo, por “echárselas”; mal pero muy mal modelo para nuestras nuevas generaciones.

¿Qué comemos? ¿Qué desechamos? Recuerden el estudio del Dr. Hernán Méndez Castellano, conocido como Proyecto Venezuela, y que por cierto algunos intelectuales cogieron aChercha. Es hora de repetir esa experiencia y producir un estudio comparativo, que seguramente nos deparará muchas sorpresas. ¡Buen provecho!

ÑAPAS

ÑAPA 1.- El papa Francisco escribió twitter considerando la maldad que encierra botar comida; con lo que se le priva de consumirla a quienes pasan hambre.
Mi mamá decía que “quien mete los pies debajo de la mesa cree que los demás han comido”

ÑAPA 2.-Venezolanas, venezolanos: no nos olvidemos de la gran solidaridad que hemos recibido de la hermana República de Cuba, sobre todo en este momento que es ferozmente asediada. ¡QUE CESE EL BLOQUEO CRIMINAL! ¡LIBERTAD ABSOLUTA PARA LOS 5 HÉROES!

ÑAPA 3.-La diplomacia venezolana se agiganta en el concurso de las naciones como una DIPLOMACIA SOBERANA E INDEPENDIENTE; LEGADO DE CHÁVEZ
Correo: rgustavogonzalezp@gmail.com Twitter: @rafaelgustavogp



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Rafael Gustavo González


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Rafael Gustavo González Pérez

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