“¿Cuándo va haber una empresa ofreciendo cultura gratis?”

70 años del Grupo Polar y Melesio

Nemesio comenzó a trabajar de caletero (descargaba camiones) en una empresa fabricante de cerveza por Boleíta norte, todas las tardes después que terminaba su labor se encaminaba junto con otros obreros hacia un lugar donde la empresa les ponía a su alcance algunas botellas de cerveza de una nevera para que se las tomaran y luego se fueran. Nunca más de seis tercios. A Melesio se le fue formando una tripita que le pedía alcohol.

Comencé a notar la ausencia de mi excelente camarada Melesio de la plaza Cristo Rey cerca de donde vota el Comandante en la cual hablábamos de política y arte popular.

Decidí ir a su apartamento una noche. Me abrió su madre. “ Ay mijo, ya Nemesio no sirve paná” y me lo mostró tirado sobre el viejo y desvencijado sofá del humilde apartamento. En efecto Melesio dormía la borrachera y por lo que me contó su madre, “eso es todos los días, Ángel”.

Le dije que hablaría con él un día cualquiera y me fui. No lo hice porque me mudé de El 23. Pasaron los años. Un día al caminar por la esquina de Solís lo vi., sí, era él. Estaba tirado cerca de la santamaría de una farmacia. Su rostro era inolvidable para mí. Sus facciones de joven inteligente, de poeta humilde, de pintor de paredes y murales se hicieron presentes. Lo escuché bromear, con esa gracia que sólo la gente del pueblo posee y… ¡dios! No pude aguantar que mis ojos vomitaran sendas lágrimas y observaran la realidad. Un hombre lo escupió y rió, otros celebraron…”coño Julio no le hagas esa vaina a ese pobre borracho”, musitó y se fueron riendo. Como pude lo hice despertar. Olía terrible. Su ropa estaba muy sucia. Melesio era un borrachito, un alcohólico. Le pregunté que si me recordaba, pero lo que hizo fue pedirme un trago…

Supe después que estuvo trabajando en la empresa cervecera durante 20 años y que cuando ya no podía sostenerse de pie, lo echaron. El dinero lo había derrochado en farras con sus amigos de la misma pobreza. Su madre había muerto y en el apartamento su hermana no lo quería “porque le daba malos ejemplos a sus hijos” (los de ella). Melesio abrió el génesis a sus borracheras con cerveza y ahora tomaba de todo. El 90% de seres humanos en Venezuela que llega al alcoholismo comienza con CERVEZA.

Esta historia es cierta. Melesio apareció muerto una mañana cerca del río Guaire por Quinta Crespo apuñalado por otro borrachito. Así como Melesio miles de hombres y mujeres venezolanos se han entregado a la cerveza. Centenares de hogares se han venido al suelo, miles de crímenes se han cometido. En los barrios, en los bloques, en las aldeas, en los lugares más pobres de Venezuela la cerveza semanalmente rueda en un gigantesco tobogán de juego, droga, adulterio e irresponsabilidad, promiscuidad…

Los medios privados, la publicidad malsana, les han metido en el cerebro a los venezolanos que la vida es mondongo cerveza y cu… Tan es así que en meses pasados cuando se habló de restringir la venta de cerveza en los barrios, el eco fue rotundo: ¡Con mi cerveza no te metas! Empero, ¿cuántos camiones de cerveza ve usted semanalmente recorriendo por el Country Club, La Lagunita, y otros sitios de la “jaisociety? Miles de Nemesio caen víctimas de esta aleación demoníaca que para perturbar los ojos ahora nos llega en botellas de varios colores.

Quisiera preguntarles a los Nemesios de mi juventud por qué ahora son barrigones, calvos, descuidados, incoherentes, irresponsables, ajenos al hogar (pasan horas fuera de él), olvidadizos, quisiera preguntarles, si no se han dado cuenta que a ninguno de los fabricantes de esa cerveza los han encontrado en alguna esquina de la ciudad delirando, temblando, sufriendo, llorando, abandonado y triste. A ninguno de ellos les ha dado lo que produce esa solo mata pobres: el incurable ACV.

Al ver la publicidad del señor que sale por los 70 años de esa fábrica y de los que se unen a él (qué triste deportistas que un día admiramos) para decir que esa empresa (el fondo es la cerveza) ha ayudado a alguien a ser una persona sana, ejemplar y patriota, no me queda más remedio que recordar a mi amigo Melesio. Una pregunta: ¿los deportista que salen en la cuña eran bebedores de cerveza o nos engañaron dándonos ejemplos?

aenpelota@gmail.com


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

 legavicenta@gmail.com      @legavicenta

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