Donald Trump es un demente pendenciero, guiado por instintos y no bajo análisis donde intervengan los pro y los contra en la búsqueda de una solución. El Departamento de Estado gringo tiene el ojo puesto en Venezuela desde hace 25 años; pero todo arranca cuando Obama declara una "emergencia nacional" por la amenaza "inusual y extraordinaria" a la seguridad nacional y a la política exterior causada por querer ser una nación libre y soberana. Luego vendrían los demás presidentes, unos más y otros menos; hasta aterrizar con el segundo mandato de Trump, que se le despertó algo asi como una obsesión por derrocar o salir de cualquier manera del presidente Nicolas Maduro; utilizando acusaciones balurdas, sin sentido y contradictorias que no se ajustan a un análisis apegado a la realidad. El ofrecimiento de una recompensa de 50 millones de dolares por información que conduzca al arresto del Maduro; luego la presencia de unos buques y un submarino nuclear, en las costas del Caribe listos para una invasión y lo último un peñero bombardeado en las costas del Caribe, todo apunta que es obra de la inteligencia artificial. Detrás de este "operativo" esta la presencia de Narcos Rubio, un archienemigo de la revolución bolivariana, con un pasado no tan santo en el campo del narcotráfico y que ahora enfila sus baterías de mentiras y falsedades contra el gobierno de Maduro; que por lo inverosímil llegamos a pensar que era una acusación unilateral de este señor; pero el mismísimo Trump apareció refiriéndose al peñero, ratificando lo señalado por su acolito: Narcos Rubio, señaló que la lancha disponía de 11 tripulantes, que fueron bombardeados y asesinados y estaban dispuestos a trasladar la droga a los EEUU, cubriendo una distancia de 1.200 kilómetros. No se detuvo a la embarcación, para verificar si lo que trasporta era droga; y solo paraa hacerle creer al mundo que quien gobierna a Venezuela es un narcotraficante.