Ruralidades

El Pentágono contra Venezuela

Ya los “testigos” del impostor se están movilizando con las decenas de miles de “libros Santos” para tratar de distraer al pueblo con sus monsergas, de manera que permanezcamos desinformados respecto de las verdaderas intenciones del brazo armado del imperio norteamericano, hoy dando los últimos coletazos de monstruo herido con sus mismas garras. Pero al fin, monstruo mutado en hiena a la que no debemos revirar y dejarle flanco vulnerable dada su ristra armamentista con enclave en el mundo entero, valido de su habilidad para caparle las bolas (ojo: ésta no es grosería) a unos cuantos gobiernos como al de Costa Rica, por ejemplo, que no tiene cuerpo armado porque los marines “se encargan de eso”. 

Aquí  en Venezuela, el país más “peligroso” para el coloso del norte según Guillermo Zuloaga, con el “ventrílocuo” Mezerhane tras bastidores, tenemos unos cuantos coristas que ríen en los intermedios, pero de cara al público para tratar que éste se ría de los alertas de Chávez. Alertas que no van dirigidos a los contrarrevolucionarios si ya Hugo Chávez, Presidente, sabe que los burlescos son cómplices de Mezerhane y hasta le entregaron parte de la mesada que les envían del norte para contribuir con el llenado del pote de los 100 millones de dólares para “matar a Chávez”. En todo caso, el camarada presidente Hugo Rafael Chávez  Frías (lo decimos porque aprendimos a conocerlo) quiere de corazón que su alerta llegue hasta las mujeres de la oligarquía, que palpen con preocupación las aventuras de sus maridos y hermanos. Incluida la dama que desgranó la bolsa de arroz contra la cara del camarada Samán y todas aquellas que gritaron “Chávez con mis hijos no te metas”.   

A propósito de “los testigos del impostor” con el que comenzamos este artículo, vamos a ser claros: se trata de los llamados testigos de Jehová, una secta que se encarga de culpar a los árabes por las masacres provocadas a los palestinos por los judíos de Israel. Pues esa misma mentira, cual Goebbels, se la endilgan a Chávez cuando pregonan que este es el culpable si lo matan por su política de “expropiaciones”. Así, con ese cuento, van a las cárceles, a los hospitales, a los barrios pobres con la biblia bajo el brazo. Claro que esta eventualidad la aprovechan otras sectas al servicio de los judíos, para vaciar su fariseísmo acumulado. ¿Es que acaso se pretende un movimiento de facto desde las cárceles, como punta de lanza, sin el cuartelazo con el que no cuentan? ¿Querrá la santa inquisición y sus aliados hacer de Franco contra la República española un resurrecto en Venezuela? 

Así las cosas, pueblo venezolano, tenemos que enfatizar: con Hugo Chávez todo. Sin Chávez la barbarie. La muerte como en Honduras. La muerte como en el Chile de Pinochet; la muerte como en el Caracazo de Carlos Andrés. Y no olvidar las 48 horas de Carmona con trescientos muertos que Bustillos asesinó. Altamira con el ojo de hiena González González, con los muertos de Gouveia en sus hombros si es que conciencia no tiene. Es solo un criminal que de vainita se le salvó Tarek William Saab. Pero si volviere ¡Ay! 

Ah, ¿será que ya Ramos Allup, Ledezma, Julio Borges, Teodoro Petkoff, los “peruanos” de Rosales están bailando en pareja?.. No lo creemos porque son miedosos. Al contrario, deben estar preocupados, no sea que al Anders Rasmussen se le ocurra escuchar las “acusaciones” del mamita Machado de Globovisión y pretenda meterse   pa’acá con su OTAN con todo y marines. Si así fuera ¿qué haríamos nosotros contra un pueblo arrecho y un pueblo armado?, se preguntarán. 

Es que esos tipos no pasan de ser oportunistas. Prefieren que los dólares del pote se pierdan y no ellos la vida. Que se los coja Mezerhane.

Patria, Socialismo o barbarie.

 pedromendez_bna@yahoo.es



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1924 veces.



Pedro Méndez (*)


Visite el perfil de Pedro Méndez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Pedro Méndez

Pedro Méndez

Más artículos de este autor