El devastador fenómeno del Calentamiento Global

Debemos develar la estrecha relación que existe entre la modernidad como proyecto de dominación concebida como paradigma universal de conocimiento, a partir del cual la modernidad euro-occidental se relaciona con la humanidad en términos de dominación, es decir, su conocimiento, su saber y su ciencia, como si fuera lo único.

Pues bien, si el criterio de la acción racional ha de ser la producción y reproducción de la vida, el concepto o concepción de racionalidad no lo puedo tomar de la modernidad, esto es, no lo puedo tomar de su ciencia y filosofía, porque ellas son las que han hecho "aparecer" la lógica de la acción capitalista y moderna como "racional".

Las consecuencias de esta concepción, cuando son llevadas a la práctica, no han sido solo nuestro subdesarrollo, sino la explotación de nuestra fuerza de trabajo y de nuestra Pachamama.

De lo que se trata es de tomar el criterio de lo que vaya a ser concebido como racional, de la capacidad o potencia de las acciones humanas por producir y reproducir tanto la vida nuestra como la vida de la Madre Tierra.

Hay que tomar conciencia porque el problema no es sólo objetivo sino fundamentalmente subjetivo, es decir, ahora el problema somos nosotros, nuestra conciencia enajenada, colonizada, es decir, modernizada. De ahí lo que debemos hacer es tomar conciencia de lo que hemos llegado a ser, de lo que éramos y de lo que queremos ser, pero no desde la conciencia o cosmovisión moderna, sino desde la conciencia que aún late en el fondo negado de nuestro ser y que aparece un poco en estos lemas como el Suma Qanalam Ñandereco (vida armoniosa), Teko Kavi (vida buena) y Qhapaj ñan (camino o vida noble) y que debemos desarrollar nosotros mismo sin caer en el subdesarrollo.

Sabemos que la idea de desarrollo como la economía, racionalidad y ciencia que ha producido la modernidad son irracionales, porque va hacia el socavamiento de las condiciones de posibilidad de sí misma y de la vida como tal. Por esto es irracional, porque tiende hacia la muerte, no hacia la vida.

Luego, la contaminación del agua, aire y suelo, el calentamiento global, la deforestación, la sobrepesca, los accidentes industriales y nucleares, la pérdida de la biodiversidad, etcétera, son sólo algunos ejemplos de la alarmante situación de crisis ambiental que atraviesa el planeta Tierra.

De manera irracional e inconsciente la especie humana ha explotado los recursos naturales y ha descuidado su empatía por la naturaleza, llegando a una situación límite.

Imperativos para preservar la vida en general

Es por eso por lo que se precisa de leyes específicas que velen por la protección y la recuperación del medio ambiente, sin apartarnos de la corresponsabilidad que tenemos todas y todos en el resguardo para ésta y las futuras generaciones los habitas naturales del globo.

Con el avance científico y tecnológico las personas han intentado dominar la naturaleza rompiendo su equilibrio. Ante la consciencia de lo causado, el Derecho Ambiental y el Derecho Ecológico nacen como medidas reguladoras, tanto en el ámbito interno como internacional, para intentar paliar esta situación de crisis que cada vez se hace más terminal, mediante la regulación de los grandes consorcios industriales y la relación de la conducta humana con la naturaleza a través de la educación.

La política ambiental debe ser la preocupación para el desarrollo de objetivos con fines para mejorar el medio ambiente, conservar los principios naturales y el fomento de un desarrollo sostenible. Tanto en el ámbito público como privado, la conciencia ambiental debe ser creciente. La política ambiental es la preocupación por ayudar a mejorar y cuidar el medio ambiente, conservar los principios naturales de los humanos y fomentar el desarrollo sostenible, a través de objetivos claros a corto y a largo plazo relacionados con todo lo que envuelva el medio ambiente.

Además, se pueden definir las políticas ambientales como las estrategias que se realizan desde las diferentes instituciones, tanto nacionales como internacionales, las cuales a través de la elaboración y aplicación de diferentes normativas ambientales, buscan hacer frente a los problemas ambientales ya existentes.

En el ámbito mundial nos encontramos con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la cual cuenta con un organismo especializado, cuya misión principal es la de fomentar la cooperación internacional en los asuntos relacionados con el medio ambiente, así como evaluar las condiciones ambientales a nivel mundial, regional y nacional en las naciones, elaborando para ello estrategias nacionales e internacionales, este organismo es el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que contribuye a la aplicación del derecho ambiental elaborando normativas y fortaleciendo las instituciones para la gestión racional del medio ambiente, actuando a su vez, como organismo coordinador en materia de medio ambiente dentro de la ONU.

Referente Teórico

Originariamente hubo una sola especie de hombres, que se multiplicó y expandió por la superficie de la Tierra, y que sufrió cambios diversos por influencia del clima, de la nutrición, de la manera de vivir, de las enfermedades epidémicas y, también, por la mezcla variada entre individuos transformado o en vías de transformación.

Por diversas que sean las razas humanas actuales, por diferentes que hayan sido los procesos que desembocaron en cada una de ellas, de los treinta y un órdenes de mamíferos, el hombre pertenece a uno: los Primates.

Es decir, la especie humana, cualesquiera sean las características físicas y psíquicas que los diferencian, pertenecen, desde el punto de vista zoológico, a una sola especie: el Homo sapiens.

Valga este comentario para orientar este Ensayo sobre el Cambio Climático, cuyo único corresponsable es el género humano.

Hoy está amenazada debido al calentamiento global toda forma de vida en la Tierra, justamente sobre este fenómeno natural Fidel Castro, dijo:

"No puedo dejar de pensar en un mundo donde más de un tercio de la población carece de atención médica y de medicamentos esenciales para garantizar la salud, situación que se agravará en la medida en que el cambio climático, la escasez de agua y de alimentos sean cada vez mayores, en un mundo globalizado donde la población crece, los bosques desaparecen, y la especie humana que lo habita que emergió hace menos de 200.000 años, es decir 3.500 millones de años después que surgieron las primeras formas de vida en el planeta, corre el riesgo de desaparecer como especie".

Luego, debemos precisar lo siguiente. El aumento del efecto invernadero ocasiona un calentamiento de la Tierra que provoca el cambio climático actual. Sin embargo, es importante tener esta secuencia clara. No es lo mismo efecto invernadero, calentamiento global y cambio climático. Son cosas diferentes unidas por una cadena causal. Esto es relevante porque el cambio climático puede tener distintos orígenes y no siempre provocados por el calentamiento o el efecto invernadero.

Los cambios en la radiación solar, la actividad volcánica, los movimientos de las placas tectónicas, los cambios orbitales y la inclinación del eje terrestres también han generado cambios climáticos.

Síntesis histórica de este fenómeno natural

La particularidad del cambio climático actual es de origen antropogénico, es decir, está provocado por la especie humana. Esta es una característica respecto a los cambios climáticos anteriores. Aunque todos los cambios climáticos, desde que existe la especie humana en la Tierra, comparten una característica: desastres ecológico.

En los últimos 400.000 años ha habido cuatro periodos glaciales, separados por periodos cálidos de unos 10.000 años llamados interglaciales. Tras el último calentamiento y el fin de la última glaciación, las temperaturas se han mantenido relativamente estables. Allí comienza el Holoceno un período que está finalizando en nuestros días para dar comienzo a un periodo marcado por la incidencia del ser humano en la vida planetaria: el Antropoceno.

El homo sapiens pudo desarrollarse en la Tierra después de la última glaciación, durante la cual la temperatura media del planeta era 5 grados más baja que en la actualidad. No parece mucho pero esa diferencia fue la que permitió el inicio de nuestro linaje humano. Las variaciones de la órbita terrestre, con ciclos de 100.000 años, acercaron al planeta al Sol y luego de varios milenios la Tierra se volvió algo parecido a lo que conocemos hoy día.

Los bosques crecieron, la vida prosperó y las mujeres y los hombres tuvieron alimento y un clima acogedor para expandirse. Durante algunos miles de años el clima se mantuvo estable y eso permitió el desarrollo de las sociedades agrícolas.

En la Mesopotamia, entre el Tigris y el Éufrates, la humanidad fue abandonando su nomadismo, comenzó a concentrarse en aldeas y pudo alimentarse cultivando y criando animales. Los telares, la alfarería, el pan y la cerveza nacieron en este buen clima. Las ciudades de Jericó, Uruk y Ur son producto de esta época.

En América, donde los seres humanos ya estaban presentes desde los tiempos de la glaciación, también comenzaron a florecer la agricultura y los asentamientos. La civilización Caral que existió hace 5.000 años descubierta arqueológicamente en 1995, patrimonio de la Humanidad aprobada por la Unesco (2009), tuvo su ciudad en lo que hoy es Perú, al mismo tiempo que aparecían las mesopotámicas.

Mientras la vida prosperaba en varias zonas del mundo, los glaciares se iban descongelando a causa del aumento de la temperatura. Las aguas del deshielo fueron creando un enorme lago entre los glaciares que llegó a ocupar más de 400.000 kilómetros cuadrados. Hace unos 8.000 años, el derretimiento de los glaciares que contenían el lago –al que póstumamente bautizaron Lago Agassiz- provocó su vertido completo a los océanos ocasionando el Diluvio Universal.

El relato de Noé en la Biblia, de Nuh en el Corán, la Epopeya del rey Gilgamesh de Uruk, la barca de Svayambhuva Manu en India, el mito de Gun Yu en China, el Mba’e-Megua Guasu guaraní y muchas otras tradiciones en el mundo, narran la historia del año en el que el mar subió un metro.

Los océanos ocuparon buena parte de las tierras fértiles, la enorme cantidad de agua fría del deshielo vertida al océano dejó un clima más frío y seco en algunas partes del mundo, y los primeros refugiados climáticos corrieron hacia Europa y el sur del Oriente Medio, huyendo de la inundación, el frío y la sequía.

Pueblos enteros quedaron bajo el mar; aparecieron nuevos lagos y nuevas islas. El mapa del mundo cambió por completo.

El Sahara no siempre fue un desierto. Y no siempre lo será. El clima en esa parte del mundo depende de los movimientos del eje terrestre en ciclos que duran unos 25.000 años. Como el cabeceo de un trompo que gira eternamente. Antes que el Sahara fuera como ahora, los vientos monzones llevaron agua y lluvias a lo que entonces eran unas extensas y ricas sabanas.

Cuando el eje de la Tierra terminó su último ciclo hace 5.000 años, los monzones se debilitaron y apareció el desierto.

Los refugiados climáticos del Sahara se corrieron entonces hacia el delta del Nilo, donde aún había tierras fértiles y abundante agua. Junto al Nilo aprendieron a manejar las crecientes y desarrollaron una nueva cultura hidráulica, se convirtieron en inteligentes ingenieros y levantaron el imperio egipcio. Una de las más grandes civilizaciones de la historia creció en base a la bonanza del clima y logró un largo período de prosperidad.

Pero hacia el año 1200 aC., un nuevo período caluroso asoló las tierras del Mediterráneo Oriental y el Medio Oriente provocando hambrunas y el fin de la larga y próspera Edad de Bronce. La prolongada sequía, el aumento del nivel del mar por el derretimiento de los glaciares y una serie de tsunamis obligaron a los nuevos refugiados climáticos a emigrar. La búsqueda de nuevas tierras para habitar y obtener los alimentos necesarios condujo a una oleada de guerras que duró tres siglos. Parte de estos migrantes conformaron los llamados Pueblos del Mar que llegaron a saquear al rico Egipto, el único que aún tenía tierras cultivables en la región. Egipto logró finalmente vencer a los Pueblos del Mar, pero el desgaste de tantos años de batallas marcó el principio de su final.

Hubo que esperar hasta el año 300 a.C., para que el clima volviera a estabilizarse. La temperatura media aumentó 2 grados y las tierras volvieron a ser fértiles en Europa y el norte de África. Esta bonanza en los cultivos es la base del nacimiento de un nuevo imperio con sede en Roma. Los romanos avanzaron por toda Europa y el clima los favoreció no sólo en su capacidad productiva sino también en su expansión. El deshielo de los Alpes debido a la mayor temperatura hizo posible que los romanos cruzaran una frontera hasta entonces infranqueable y conquistaran a las tribus germánicas. La necesidad de alimentar al creciente ejército romano y sostener la buena vida de su clase dominante impulsó al imperio hasta las puertas del granero de África. Fue la hora de las guerras púnicas y la destrucción de Cartago.

A miles de kilómetros de allí, por la misma época y aprovechando la misma bonanza climática y la abundancia de alimentos el emperador Qin Shi Huang logró unificar China acabando con las divisiones de la época de los Reinos Combatientes. Las energías le alcanzaron aún para construir la Gran Muralla China, desviar el río Amarillo, hacerse una tumba rodeada de lagos y ríos de mercurio y construirse un ejército de 8.000 soldados de terracota que lo acompañaran al más allá.

Unos siglos después, ya en la época en que Cristo nacía, los buenos tiempos se acaban. La radiación solar disminuye, la corriente del golfo se enfría y la temperatura desciende. La otrora fértil tierra del norte de África sufre prolongadas sequías y ya no puede abastecer a los 50 millones que habitan bajo la égida romana. Así se inicia un tiempo de revueltas populares que se vería incrementado por los refugiados climáticos de otras regiones. Los hunos ya no encontraron alimentos suficientes en sus tierras ahora más frías y comenzaron a bajar hacia el sur. Las poblaciones de Europa, Asia Central y Oriente Medio asediadas por los bárbaros, fueron desplazadas y avanzaron hacia el Mediterráneo provocando una ola de inmigrantes hacia Roma. Los ríos congelados, sobre todo el Rhin, favorecieron la invasión del territorio romano y el cruce por sus fronteras. Fue el comienzo del fin del imperio.

El volcán Ilopango en El Salvador que tiene 72 kilómetros cuadrados de superficie y es uno de los "supervolcanes" del mundo, en la primavera del año 536 entró en erupción arrojando al cielo 84 kilómetros cúbicos de roca y cenizas que llegaron a varios kilómetros de distancia. Acabó con buena parte de las ciudades mayas y con la vida de unas 40.000 personas. Con sus piedras se formaron las actuales colinas selváticas de Honduras, Nicaragua y Guatemala, y restos de sus cenizas se encontraron siglos después en los fondos del océano Pacífico.

Pero su efecto tuvo consecuencias para el clima global. Durante meses las cenizas flotaron a 25.000 metros de altura, y el planeta quedó envuelto en su nube. El sol se oscureció, su radiación ya no llegó con la potencia de antes y la temperatura cayó una vez más. Un invierno volcánico de 18 meses transformó a la Tierra en un lugar inhóspito y resultó devastador para los seres humanos. Hubo sequías y hambrunas, durante muchos años y la peste bubónica se extendió por Europa.

Hacia fines del primer milenio después de la era cristiana se vuelve a recuperar un clima favorable para la expansión humana, al menos en el hemisferio norte. Los deshielos de los mares del norte hacen posible a los vikingos salir a explorar nuevas tierras. Ocupan Groenlandia, Islandia, Gran Bretaña y llegan hasta las costas de América. Entre los años 1000 y 1300 la población de Europa se cuadriplica, coincidiendo con el llamado Optimo Climático Medieval que favoreció la actividad agrícola.

En el hemisferio sur la historia fue diferente. Los Incas y los mayas habían vivido una buena época, con lluvias regulares y buenas cosechas. Pero hacia el fin del primer milenio la mayor actividad solar causó sequías que obligaron a las poblaciones a emigrar hacia zonas más altas.

Pero nada dura para siempre en materia climática. El siglo XIV volvió a traer un frío parecido al que se vivió diez mil años atrás en lo que se conoce como la Pequeña Edad de Hielo. La actividad volcánica del Cinturón de Fuego del Pacífico y la disminución de la radiación solar se hicieron sentir. Los glaciares avanzaron en Norteamérica. En Europa las inundaciones, tormentas y olas de frío provocaron miles de muertos. La población que había crecido una vez más durante un tiempo de cosechas abundantes se vio de repente sin alimentos.

Con los campos congelados y los molinos destruidos, la hambruna y la peste volvieron a azotar a la población. Y más muertes aún provocaron la Santa Inquisición. La gente creía que todo aquello era un castigo de Dios así que los Torquemada de la Iglesia Católica preguntaban en sus mazmorras a los acusados y acusadas de brujería cómo hacían para provocar aquellas tormentas antes de asarlos en las hogueras. La Guerra de los 30 años ocurrió durante este período.

En Sudamérica el cambio climático de aquellas épocas llevó a los pueblos del sur a buscar mejores temperaturas hacia el norte. Aymaras procedentes de Tucumán y Coquimbo desplazaron a los habitantes de Tiahuanaco que huyeron hacia el Lago Titicaca primero y hacia el Cusco después. Luego de dos siglos de travesías, la última caravana de refugiados liderada por Manco Capac llegó al Cusco en el siglo XV para fundar el Imperio Inca.

Tras cinco siglos de frío, en una Europa asolada por el hambre crecía la agitación social. Las cosechas eran pésimas, el trigo escaseaba y el precio del pan se fue a las nubes. El 14 de julio de 1789 el pan alcanzó su precio más alto. Ese día tomaron La Bastilla.

Un par de años antes de que empezaran a abandonarse las Islas Carteret un grupo de investigadores de Stanford demostraban que, a lo largo de la historia, las fluctuaciones a largo plazo de la frecuencia de las guerras y los cambios de población siguieron los ciclos de cambio de temperatura. Que el enfriamiento periódico impidió la producción agrícola, causando una serie de graves problemas sociales, incluida la inflación de precios, el brote de la guerra, la hambruna y el declive de la población sucesivamente. Las guerras en los últimos siglos han sido impulsadas principalmente por el cambio climático a largo plazo, decían, mientras la Convención firmaba la Hoja de Ruta de Bali, una ruta sin destino.

A principios del siglo XIX, cuando los europeos descubrieron el lago Chad, era uno de los mayores lagos del mundo, ubicado en las fronteras de lo que hoy son Chad, Camerún, Níger y Nigeria, las poblaciones circundantes vivían de la pesca y de la agricultura dependiente de sus aguas. El cambio climático fue uno de los responsables de la reducción del volumen de agua del lago y la disminución de los caudales de sus ríos tributarios. Al iniciase el siglo XXI el lago se había reducido a 26.000 km2, el 10% de lo que había sido en el pasado, las poblaciones se fueron quedando sin sustento y se vieron obligadas a emigrar o encontrar formas alternativas de ganarse la vida.

Para el 2011, el gobierno de Nigeria decretó el estado de emergencia en el norte del país, en las provincias ribereñas del lago Chad, para enfrentar la situación de guerra. El grupo había crecido y se había radicalizado a partir de una creciente población hambrienta que no encontraba otra forma de ganarse la vida. Para ese entonces el lago se había reducido a 1.500 kilómetros cuadrado. Las guerras desatadas por Boko Haram están directamente relacionadas al cambio climático.

Desde fines de la década de 1960, Sudán ha venido sufriendo una serie de sequías pronunciadas y en aumento. Los pastores nómades y los agricultores se vieron enfrentados en innumerables conflictos desde entonces, por hacerse de las pocas tierras fértiles que el avance del desierto iba dejando. En Darfur, al oeste de Sudán el número de muertos de las guerras se estima entre 200.000 y 500.000 y hay 2 millones de personas en campos de refugiados. Los que no encuentran la muerte en las guerras o en el hambre, la encuentran en el fondo del océano tratando de llegar a Europa en unas balsas de goma superpobladas. Sudán es uno de los casos en los que internacionalmente se ha reconocido que el cambio climático está en el origen de la violencia y la guerra civil. Los pronósticos indican que la temperatura seguirá aumentando en el futuro en Sudán y que las precipitaciones continuarán disminuyendo a un ritmo de 5% anual.

El efecto del clima sobre los conflictos fue notorio en los países de Medio Oriente, influyeron en lo que se conoció como la Primavera Árabe entre 2010 y 2012. Según varios analistas el cambio climático está entre las causas principales del origen del conflicto en Siria que comenzó en marzo de 2011. La creciente escasez de agua y las frecuentes sequías llevaron a la pérdida de cultivos durante varios años y una migración masiva de las familias rurales a las ciudades. El rápido crecimiento de la población urbana, el hacinamiento y el desempleo provocaron el origen de los disturbios políticos. El cambio climático fue uno de los factores determinantes en el inicio de las revueltas contra el régimen de Al Assad.

En Estados Unidos (EEUU) hay mucha preocupación por la inmigración ilegal desde México y Centro América, cuya causa principal es el cambio climático. Los niveles de lluvia en el sur están directamente relacionados con la migración hacia el norte: un 20% más de lluvia sobre tierras mexicanas reduce un 10% la cantidad de migrantes hacia EEUU. A su vez, una reducción del 10% en los rendimientos de los cultivos llevaría a un 2% adicional de la población a emigrar.

La Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional, prevé que en los países del triángulo norte de Centro América habrá disminución de lluvias y sequías prolongadas. En Honduras, las precipitaciones serán escasas en las áreas donde se necesita, pero en otras las inundaciones aumentarán en un 60%. En Guatemala, las regiones áridas avanzarán hacia las áreas agrícolas actuales, arruinando a los agricultores. El Salvador perderá entre un 10% y un 28% de su costa antes de finales de siglo.

Junto con el fin de la Pequeña Edad de Hielo vino la Revolución Industrial. Y con ella un nuevo tipo de cambio climático, uno que nunca antes había existido: el antropogénicos. Ni el primer sapiens, ni ninguno de sus sucesores hasta ahora, habían tenido conciencia de la existencia del cambio climático. Este nuevo sapiens, el sapiens industrial, ha conseguido algo notable: ser el primero en crear un cambio climático y ser el primero en ser consciente de su existencia.

Ni los primigenios habitantes que sobrevivieron a la última glaciación, ni los antiguos romanos o mayas, ni los enfermos sobrevivientes de la peste negra tuvieron conciencia del cambio climático. Sólo lo sufrieron. De la misma manera que las especies extinguidas, los bosques arrasados por las lavas volcánicas o las arenas inundadas por el mar, no tuvieron conciencia de su transformación. No al menos de la manera que nosotros entendemos la "conciencia". Y por eso a esta nueva era se la llama el Antropoceno: porque el ser humano ha llegado a ser capaz de modificar los ecosistemas terrestres al punto tal de cambiar las condiciones de la era geológica. Y ha sido capaz también de ser consciente de la diferencia.

Lo que hemos aprendido de la historia de los cambios climáticos, es que resultan un desastre para la humanidad. Con nuestra conciencia actual podemos ver, evaluar y entender los sufrimientos humanos que producen. Que siempre conllevan guerras, hambrunas, muerte y dolor a donde quiera que ocurran. Lo novedoso de este cambio climático que literalmente ha colocado la especie humana en jaque es que es antropoceno, un cambio climático suicida.

Los expertos analizan escenarios al 2030 o al 2050 pero no hace falta ir muy lejos. El cambio climático del antropoceno ya está aquí y sus efectos están a la vista.

Hoy también sabemos que el imperialismo no es más que el control que unas empresas sumamente poderosas ejercen sobre los países del llamado "tercer mundo" o en vías de desarrollo a través de manoplas y mecanismo hegemónicos bien visibilizados y que van desde el Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), pasando por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), incluyendo la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y los organismos financieros como el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo Monetario Internacional (FMI), etcétera, así como las multicolores ONG que fungen como representantes de la salvaguarda de la humanidad.

Un breve inventario de las instituciones globales revelan que en su mayoría no tienen ningún valor para escapar de los peligros que acechan y son peor que inútiles en tanto que se ocupan de transmitir una falsa sensación de seguridad, cuando sabemos que vivimos en un mundo trágicamente mal gestionado. La ONU es útil porque es el foro que ofrece a los miembros más pequeños y débiles de la "comunidad internacional" la ilusión de que tienen voz en la gestión de los asuntos mundiales.

El BM y el FMI, estos gemelos que surgieron al término de la Segunda Guerra Mundial, se han ocupado de asfixiar las economías en el hemisferio sur sin desestimar otras latitudes. Operan bajo la égida de dar la mayor libertad para que el mercado opere sin restricciones de ningún tipo.

Las naciones, gobiernos o Estados, independientes, libres y soberanos, en aras justamente de su autodeterminación como pueblos en los que prevalece lo social por encima del armamentismo, los monopolios y los oligopolios, tropiezan con los intereses criminales y el terror que ha generado el imperialismo.

Es de ahí que la guerra (invasiones, guerra sucia, satanización cultural, guerra mediática y cuatro hojas más de etcétera) se ha convertido en la justificación del hambre imperial por el petróleo y los demás recursos naturales.

EEUU califica de "enemigos de la libertad" a los gobiernos o Estados que no entren en sus planes y no sirven a la creciente voracidad de sus intereses; esa libertad inventada para justificar sus planes satánicos que tiene clara expresión en la neoliberal globalización de las despiadadas recetas económicas orientadas a estrangular a los pueblos que aspiran un mundo en paz humanizado.

El consumo mundial va en aumento y el capitalismo salvaje no va a cambiar su modelo autodestructivo. Los complejos y destructivos sistemas creados por el capitalismo salvaje en su vorágine mercantilista e inseparable del consumo desmedido, modelo del que dependemos como especie y de los que dependen todas las demás especies, no podrán soportar en el corto plazo una mínima tensión significativa. El tiempo se nos acaba y es un imperativo de la humanidad reaccionar ante esta barbarie que nos concierne a todos. Ahí está el devastador fenómeno del calentamiento global.

Ni las empresas gigantes ni las personas acaudaladas (burgueses, ricos, millonarios y multimillonarios) podrán, con independencia de los bienes que poseen, librarse de las consecuencias de la conclusión de toda forma de vida en nuestra Madre Tierra, fatalidad que ellos mismo en su afán de lucro y ansias de poder, han creado.

Sea cual fuere la retórica dominante en la senda capitalista el mercado global no actuará a favor del medio ambiente ni a favor de los trabajadores y las trabajadoras del mundo hasta que se hagan sentir contra toda forma de opresión. Es insostenible el sistema liberal de libre mercado y al mismo tiempo seguir tolerando la presencia de miles de personas sufriendo sin esperanza alguna la vorágine capitalista que avanza inconteniblemente hacia una quiebra ecológica y la anarquía social.

Actualmente el sistema capitalista basado en el mercado y el consumo irracional no proporciona la felicidad, ni el consuelo ni un cierto grado de seguridad alimentaria, trabajo, educación salud, etcétera, a la inmensa mayoría de seres que conforman la humanidad, tampoco y obviamente lo hará en el futuro inmediato, no hay futuro, pues murió. Son datos conocidos y debemos admitirlo. He allí la criminal cara imperial.

A propósito del cónclave "París 2015" en el que 196 países abordaron la amenaza contra toda forma de vida que representa el calentamiento global de la Tierra, el entonces presidente Hugo Chávez, a propósito de los cinco grandes objetivos históricos elaborados durante su gestión, justamente en el 5º, precisó:

"Este quinto gran objetivo histórico, convoca a sumar esfuerzos para el impulso de un movimiento de carácter mundial para contener las causas y revertir los efectos del cambio climático que ocurren como consecuencia del modelo capitalista depredador". Allí hizo un alerta sobre el esfuerzo que debemos hacer todos y todas por cambiar el modelo de desarrollo destructor que el capitalismo le ha impuesto al mundo en los últimos siglos mediante la amenazante extensión de la voraz economía de mercado.

Estamos montados en un modelo de autodestrucción donde están en peligro todas las formas de vida en la Tierra. Vivimos en un mundo preñado de riesgos irreversibles. Siglos de explotación colonial han dado lugar a un sindicato de países ricos y superdesarrollados agrupados en la OTAN que coexisten con otros inmensamente pobres que suministran materia prima y fuerza de trabajo.

Hay un historial. Sobre Hiroshima y Nagasaki, dos ciudades indefensas, en las que EEUU lanzó y probó los efectos de dos bombas nucleares, donde murieron en su mayoría niños, mujeres y ancianos japoneses.

Hollywood ha hecho de EEUU una suerte de juez supremo de los valores democráticos y los derechos humanos. Y porqué su cine no devela los golpes de Estados y las intervenciones en Centroamérica, Panamá, Santo Domingo, Granada, Honduras, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Chile, Paraguay, Uruguay, Perú, Argentina, etcétera, y otros planes sangrientos, incluyendo la amenaza golpista contra Venezuela.

Su poderío militar no es una necesidad del mundo, es una exigencia del sistema capitalista que alimenta el mayor mercado de drogas en el planeta. Sus planes están asociados a las millonarias sumas de dólares asignadas a los medios de información privados para mentir y desinformar.

EEUU goza de la total complicidad de la oligarquía, la burguesía y la derecha intelectual. La patria del Libertador Simón Bolívar es hoy la que más le preocupa, por su papel histórico en las luchas por la independencia de los pueblos de NuestraAmérica.

Chávez cristalizó para contener la amenaza del exterminio total:

"Esto solo será posible desde el socialismo como única alternativa al modelo depredador capitalista que ya ha fracasado".

El cambio climático provocado por la actividad de la especie humana es al menos diez veces más rápido que los producidos en los siglos anteriores, alertan científicos.

La presencia de partículas finas procedentes de la actividad industrial y del transporte provocan más de 2,1 millones de muertes al año, siendo el cáncer y otras enfermedades respiratorias las causas más frecuentes. Luego, tenemos como agregado en esta era apocalíptica que el principal responsable es el modelo capitalista depredador y criminal.

Hay 2.000 millones de personas que sufren de una o más deficiencias de micronutrientes, mientras que 1.400 millones tienen sobrepeso, de los cuales 500 millones son obesos. Un 26% de todos los niños menores de cinco años sufren retraso del crecimiento y el 31% sufre de deficiencia de vitamina A. El coste de la desnutrición para la economía mundial en pérdida de productividad y gastos de atención sanitaria es "inaceptablemente alto". 870 millones de personas pasan hambre en el mundo. Esto es tan solo una parte de los miles de millones de personas cuya salud, bienestar y vida se ven malogradas por la malnutrición.

En términos sociales, la desnutrición infantil y materna sigue reduciendo la calidad de vida y la esperanza de vida de millones de personas, mientras que los problemas de salud asociados a la obesidad, --como las enfermedades cardíacas y diabetes--, afectan a otros millones también.

El cambio climático resultante pone en peligro la seguridad alimentaria y los ecosistemas. De aquí al año 2050, la población mundial crecerá un tercio. La mayoría de estos dos mil millones de nuevos habitantes vivirá en países en desarrollo. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), estima que si persisten las tendencias actuales de crecimiento de ingresos y consumo, la producción agrícola tendrá que aumentar un 60% para 2050 con el fin de satisfacer la demanda esperada de alimentos.

Por tanto, la agricultura debe transformarse para alimentar a la creciente población mundial y sentar las bases para el crecimiento económico político y social lo que incluye la reducción de la pobreza.

El cambio climático hará más

difícil esta tarea en un escenario sin cambios, debido a los impactos adversos sobre la agricultura, que requerirán esfuerzos de adaptación vertiginosa y costes asociados cada vez mayores. El cambio climático ya está influyendo en la agricultura y la seguridad alimentaria por la mayor frecuencia de fenómenos extremos y por la impredecibilidad de los patrones meteorológicos.

Mejorar la seguridad alimentaria a la vez que se contribuye a mitigar el cambio climático y a preservar la base de recursos naturales, los servicios vitales y los ecosistema requiere la transición a sistemas de producción agrícolas que sean más productivos, que usen los insumos de forma más eficiente, cuyos rendimientos tengan menos variabilidad y más estabilidad, y con una mayor resiliencia a los riesgos, las crisis y la variabilidad climática.

Una agricultura productiva precisa un cambio fundamental en la forma de gestión de la tierra, al igual que del agua, los nutrientes del suelo y los recursos genéticos, para asegurar que éstos sean empleados más eficientemente. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero por unidad de tierra y/o producto agrícola e incrementar los sumideros de carbono, contribuirán significativamente a la mitigación del cambio climático, advierten los especialistas.

Pero, al mismo tiempo en esos críticos escenarios, la economía de mercado está en bancarrota, literalmente. A mitad de año, como viene sucediendo desde el estallido financiero, organismos multilaterales como el FMI y centros de estudios económicos han rebajado los vaticinios económicos: el relativo optimismo de principios de año (2018) no resiste el embate de la realidad. En otras palabras: la economía mundial no termina de salir de la crisis económica y financiera que se inicio en 2008.

Por tanto, los pueblos rebeldes y rebelados, los herejes, los obreros, campesinos, pescadores, trabajadores todos y todas, porque son los portadores de la cultura del trabajo, debemos articular una cosmovisión integral que contribuya al respeto en la integración hombre-mujer-naturaleza. Las operaciones de rescate del sistema o modelo capitalista no parecen capaces de atacar las raíces de la crisis, es decir, las contradicciones antagónicas del capitalismo.

La senilidad del capitalismo no ofrece salida. La salvación de la humanidad lo encarna de una u otra forma el ideal de transformación. Debemos ahuyentar lo que ya tenemos tras nosotros: la barbarie. Aquí no hay subjetividades ni adjetivaciones. Esta es la realidad.

Es la historia la testigo que narra cómo la expansión y dominación de los capitales industriales y bancarios de EEUU dieron forma a un sistema económico controlado por el capital financiero y sus hambres de progreso supranacional.

Vorágine destructora que para materializarse necesita de una agresiva geopolítica injerencista e intervencionista que fue asumida como doctrina por el capitalismo salvaje y se extendió en el hemisferio latinoamericano.

EEUU promovió y promulgó su agenda excluyente de América Latina y el Caribe a través de tres aberrantes doctrinas:

La doctrina Monroe que pregona la categoría de "América para los americanos"; la doctrina del Destino Manifiesto que se basa en la justificación para invadir e intervenir Nuestra América, calificada de países inferiores en lo moral, en lo político y militarmente "al gran pueblo americano"; y el Corolario Roosevelt, que es la justificación absoluta de las dos doctrina mencionadas por tratarse de pueblos (los que conforman el hemisferio) "menores".

Esta simbiosis que no es más que una locura imperialista que presume estar por encima del mismo Dios.

Deformaciones depravadas que le han permitido la conformación y promoción de una especie de moral universal más allá del bien y el mal.

Había instalado un dominio colonial que se mantuvo prácticamente inmutable por casi dos siglos y hoy hemos tomado conciencia por la lucha de una independencia integral e integradora que no es un proyecto del capricho de nuestros pueblos a quienes se les había arrebatado su libertad.

Bien vale la pena dedicarse de vez en cuando a meditar sobre estos temas recogidos en este texto; con seguridad no dejaremos por ello de soñar y tomar las cosas con su debida serenidad y acerados nervios; es el deber de aquellos que escogieron el oficio de políticos y el noble e irrenunciable propósito de una sociedad hermandada, solidaria y justa, donde el camino sea la democracia verdadera y sea la justicia social el medio para alcanzar la utopía de la paz, mirar hacia el futuro inmediato ante el fenómeno que representa el calentamiento global.

La Madre Naturaleza no es un bien económico, somos parte de ella. Igualmente a tantas amenazas debemos agregar que en Venezuela las principales corporaciones del poder mediático controlan casi todo el espectro televisivo, radioeléctrico, internet (redes sociales) y los principales tirajes de medios impresos.

Están bajo las directrices del imperio. El poder mediático pretende una movilización masiva de la población en un antagonismo integral contra un supuesto enemigo que han creado en las mentes disociadas y su único objetivo es alcanzar el control político para disponer de nuestras riquezas naturales.

Venezuela es el principal país con más reserva de petróleo en el mundo, a lo que hay que incluir el arco minero, entre otros recursos por su estilo. La guerra psicosocial librada por el imperio para expandir su hegemonía, siempre ha ganado equipos sofisticados de comunicación e información y lo que tenemos ahora es una guerra cibernética psicosocial.

En esta guerra cibernética o guerra robótica, el arma más poderosa es la palabra. El neoliberalismo ya había descubierto esto y convirtió la palabra en otra mercancía. La información siempre ha sido poder.

El dominio de la información por los medios hegemónicos, transformado en un portavoz de la dictadura del capital financiero, convierte la palabra en un producto para ser vendido. Incluso el sistema educativo privado, apropiado por los grandes grupos transnacionales, está transformando la educación en una especie de mercancía, en un sistema para obtener ganancias para los grandes inversores.

Educar es usar palabras y se están utilizando para consagrar el pensamiento único impuesto por el capital financiero. Nosotros, las víctimas de esta guerra, tenemos que tener mucho cuidado.

El enemigo es inteligente e incluso utiliza inteligencia artificial, esto es, algoritmos que lo ayudan a elegir qué palabras usar para influir en cada grupo de intereses diferentes. Además, dan a las palabras otros significados, no casualmente contrarios al significado original.

Asimismo, para ir más allá del capitalismo no basta con hacerle la crítica, sino que también hay que criticar la modernidad, que es el proyecto cultural y civilizatorio propio de la burguesía moderna y eurocéntrica, pues por ello el capitalismo pudo desarrollarse al interior de la modernidad. Es un proceso conjunto, paralelo e inescindible.

Si para ir al socialismo nos limitamos solamente a criticar al capitalismo y no la crítica de su fundamentación cultural e histórica, lo más seguro es que entremos en lo que estamos cuestionando. Debemos digerir que pensar con categorías provenientes del pensamiento europeo u occidental, es una tarea condenada al fracaso.

Por eso debemos producir categorías y conceptos propios pensados desde NuestraAmérica.

Los contenidos de los conceptos y categorías de la ciencia social y la filosofía moderna, contienen una visión de la realidad que tienen los países del primer mundo, con el agregado de que nuestras concepciones están literalmente al margen de su categoría.

Hoy también está en crisis la forma de vida que ha producido la modernidad o el capitalismo. Ha sido un sistema que desde hace más de 500 años ha generado una concepción del bien, o si se quiere de justicia, que lo justifica y los hace ver a ellos y sólo a ellos como los buenos, a tal extremo que es un hecho natural concebir que la modernidad es el único horizonte histórico, más superior, racional y bueno que la humanidad jamás haya producido.

Si esto fuera así, no tendría por qué existir tanta injusticia o maldad y miseria en el mundo.

El problema está en saber porqué presentándose el capitalismo o la modernidad como buenos o racionales, existe la injusticia a granel, pulula el hambre y la miseria; ahí está igualmente la destrucción de la naturaleza.

Debemos repensar desde la perspectiva histórica de los pueblos no modernos ni occidentales, para descubrir que la supuesta racionalidad de la modernidad, en el fondo es irracional, inhumana y dominadora. Ir hacia nuestra historia y nuestra cultural negada sistemáticamente por la modernidad durante estos 500 años. He aquí otra de las tareas transformadora.

En el curso de la historia del pensamiento económico la corriente liberal ha desarrollado diferentes modelos teóricos, que han sido objeto de cerradas críticas. El primer inspirador del liberalismo económico fue el escocés Adam Smith, considerado por muchos como el fundador de la escuela clásica y la economía política. Según la teoría de Smith, la aspiración del mercado como mecanismo de interacción social depende de la posibilidad de conseguir resultados sociales que van más allá del diseño consciente de cada uno de los individuos en particular. El individuo que persigue únicamente sus intereses en el mercado, afirma Smith, es conducido por una "mano invisible" que lo lleva a promover objetivos sociales que superan sus propias intenciones. La mencionada anarquía de los mercados no es pues, manantial de desorden económico, como se podría pensar, sino el verdadero motor del crecimiento económico y social.

Desde el siglo XVIII hasta hoy día el pensamiento liberal clásico ha sido objeto de encendidos debates. La crítica más fuerte ha sido la de Carlos Marx, elaborada por el genio alemán en el siglo XIX y desarrollada posteriormente por diferentes intelectuales, bien sea en el pensamiento económico como en el filosófico y político. La crítica de Marx al sistema capitalista y la representación que provee de la economía burguesa no tiene una dimensión puramente económica. En el capitalismo, como en cualquier modo de producción, la esfera económica está ligada íntimamente a las esferas social, jurídica y cultural. En una relación dialéctica entre las diferentes formas de comportamiento social, el capitalismo, según Marx, se caracteriza por la creciente importancia de la dimensión económica, con la consiguiente imposición de la lógica de la acumulación económica sobre las otras esferas de la vida social. La teoría marxista no es por tanto una teoría económica en sentido estricto: ella es por el contrario, una concepción de la historia de la sociedad en su totalidad.

Vale subrayar, la anarquía de los mercados, que es fuente de crecimiento económico y social para Smith, para Marx es la profunda causa de las contradicciones internas del capitalismo. Elevando la búsqueda del beneficio a un verdadero y único objetivo económico, pues la ley del mercado impide la organización del sistema económico en función de las necesidades de la población y en cambio la somete a las necesidades de reproducción y valorización del capital. ¡Salud!



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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@gmail.com

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