El crápula Teodoro

Corría el año sesenta y uno por allá por Ciudad Bolívar, para ser más exacto en el barrio La Alameda donde finalizaba la calle San José y comenzaba la Bolívar, en la esquina de los Cumana, en una cuadra que le hacía fachada a la laguna “El Porvenir”; nosotros, niños de entre ocho y once años, jugábamos “cuarenta matas” descalzos y con el torso desnudo, no sospechábamos que ese catire alto y nariz aguileña que llegó junto al gordo Cachutt y quien por su osadía al no hacerle caso a una comisión de la Digepol que lo conminaba a suspender un acto del Partido Comunista al frente de la casa de Luisa Lameda sería, cuarenta y siete años después, una horrible caricatura de aquel elemento que alguna vez en nuestra infantil memoria consideramos una especie de héroe, al verlo enfrentar con aquella decidida actitud a los esbirros adecos de aquella viruela que se llamó Rómulo Betancourt y que tanto dolor causó a innumerables familias venezolanas.

Esos adecos y digepoles se convirtieron nada más y nada menos que en sus aliados de hoy, ante los cuales se arrastra de la forma más vil y con una “jeta” −como dicen los españoles− más dura que el acero. Algunos desprevenidos llegan a creer que Teodoro se “convirtió” a raíz de su ruptura con la dirección del Partido Comunista y la publicación de aquellos libracos sobre Hungría y Checoslovaquia; pero estoy convencido, sin lugar a dudas, de que este farsante había sido tocado por la varita mágica del Departamento de Estado mucho antes de esos acontecimientos, incluso, me atrevo a pensar y cada día me convenzo más de que este carajo fue inoculado por la CIA en el movimiento revolucionario desde el mismo momento que dio sus primeros pininos en la escena política venezolana.

Todo coincide, las preguntas que hay que hacerse son: ¿Por qué este “peligrosísimo” guerrillero siempre estuvo al alcance de los organismos de seguridad, paseándose por Caracas y medrando alrededor de la “elite cultural” de la burguesía? ¿Por qué siempre salió sin un rasguño cuando lo capturaban o en sus “acciones guerrilleras”? ¿Por qué de Douglas Bravo y otros jefes guerrilleros hay testimonios gráficos en la montaña y de Teodorito no? En El Código Petkoff, libro de Armando Guerra, hay infinidad de respuestas a estas interrogantes que por falta de espacio no voy a referir; de todas maneras amigos lectores les recomiendo busquen en Internet el sitio web www.talcualidad.com, donde se encuentran muchos datos sobre este inmundo personaje.

En el mencionado web site, podremos conseguir información sobre la extraña “resucitación” y posterior re-muerte de la madre de este cínico personaje, para cobrar junto a su hermano Luben una herencia del padre. Mario Silva dijo varias veces en La Hojilla que tenía estas pruebas, y por eso el visceral odio hacia el candidato a la Gobernación de Carabobo por parte del “héroe del jardín botánico”.

Este domingo en el extraordinario programa de los Roberto: “COMO USTEDES PUEDEN VER”, pude observar a este personaje con la “sindéresis y la bonhomía” que lo caracteriza, calificando a William Lara de bobo y a Mario Silva de crápula, con un desparpajo tremendo; los comentarios que yo pueda hacer ya están dichos magistralmente por este par de humoristas, en ellos queda perfectamente reflejada mi opinión. Sólo puedo agregar algo y tiene que ver con la opinión que debe tener Teodoro de su entrevistador, porque con la facilidad con que califica de boba a la gente, es de suponer que la cara y la trayectoria de ese otro tipejo se retrata perfectamente en el epíteto que tanto usa el gángster de Talcuál, no es que le tenga ojeriza, pero cara de bobo y de bolsa tiene el cómico que lo sustituye en su editorial los viernes en el pasquín que dirige el otrora catire revolucionario de mi recordada calle San José, en el barrio La Alameda de Ciudad Bolívar.

Para finalizar, consultando la pagina Web del Word Reference.Com, nos da la definición de Crápula: “Hombre que lleva una vida de vicio y libertinaje” y los siguientes sinónimos: Calavera, Desenfrenado, Disoluto, Impúdico, Libertino, Libidinoso, Licencioso, Obsceno, Perdido, Sensual, Vicioso y otros, ¡verga Teodoro! ¡Tu retrato!


msilva69@cantv.net


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Manolo Silva

Comunicador comunitario

 manolitosilva27053052@gmail.com

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