Rosales en degradé

Por la boca muere el pez. Si revisamos cualquier hemeroteca del país, en el lapso correspondiente a octubre-diciembre de 2006, será fácil encontrar litros y litros de tinta de periódico con la savia argumental del filósofo Rosales (Manuel actual gobernador del occidental estado Zulia), quien -como era de esperarse- encabezó la sistemática campaña de mentiras y falsedades que las empresas de comunicación privadas pusieron a rodar contra la propuesta de reforma constitucional.

Con su impecable estilo de marioneta teledirigida, que leía megachuletas en cada uno de sus mítines, este hombre preclaro fue uno de los más decididos defensores de aquel manido argumento de la entronización en el poder y el riesgo de vida o muerte que suponía la también supuesta abolición del principio de alternabilidad; ésa peligrosa alternabilidad que ejercieron adecos y copeyanos y que tanto daño hizo al país.

Palabras más, palabras menos, la gloria del Catatumbo advirtió hasta el cansancio que la posibilidad de reelección presidencial continua, planteada por Chávez en su denegada propuesta, sólo respondía a las ansias desmedidas de poder del Presidente, para convertirse en el “rey” vitalicio de los venezolanos. Nunca, explicó bien como es que el tirano se eternizaría en el cargo, compitiendo con otros candidatos y consultando la opinión del pueblo al final de cada mandato, pero eso no importaba mucho. Lo que sí hizo el iluminado fue ganarse “palmo a palmo y tolete a tolete” un sitial de honor en el imaginario colectivo de los venezolanos.

A fuerza de originalidad y verbo ágil, además de su innata habilidad para reformular y actualizar totalmente viejas frases del saber popular. Estos fueron algunos de los cambios más célebres: “No se puede pedir peras al olmo” por “No se puede pedir peras al horno”, “No conviene oír cantos de sirena” por “No conviene dejarse tentar con cantos de ballena”.

Igualmente, se explayó en una serie de razonamientos que han revolucionado el clásico concepto de la mayéutica socrática, al lanzar el célebre silogismo de “si me matan y me muero” y “una isla rodeada de agua”. Como se ve se trata de un líder nato, un hombre hecho para grandes cosas, como dirían en el seno del Iesa, ah! esa cantera de líderes nunca bien ponderada. Además, ya Teodoro lo ha dicho, y si lo dice Teodoro ha de ser cierto: “Rosales en su momento era el mejor candidato”. Sin embargo, hay algo que no esta claro aún ¿Si este paladín, casi deidad, es el predestinado por la providencia para sacar a Venezuela del marasmo socialista, cómo es que le cuesta tanto desprenderse del poder? Ya lo vimos a fines de 2006, sólo aceptó ser candidato presidencial con la condición expresa de que si perdía le permitieran volver a su cambur en la casa de las Águilas.

Siendo un poco complaciente y benévolo eso pudo tomarse como un pequeño desliz, a fin de cuentas aún le restaban dos años de mandato regional y alguien pudiera decir que sabiéndose perdido quería regresar al Zulia a culminar su segundo período. Lo que cuesta trabajo comprender es como ahora ha lanzado su candidatura a alcalde de Maracaibo, con lo cual sigue autodegradándose. En política y en cualquier ámbito de la vida, la lógica es precisamente inversa uno avanza de menor a mayor y no al revés. Es decir si alguien incursiona en la arena política como concejal se supone que debe esmerarse con una buena gestión, para luego aspirar a una alcaldía, después una gobernación o diputación y más tarde la presidencia. El filósofo ahora revoluciona también la política con una degradación progresiva: de candidato presidencial, nuevamente a gobernador, de ahí a alcalde y asumimos que de agotar el período legal al frente de alguna alcaldía, luego se lanzaría a la empresa de conquistar una concejalía y más tarde una junta parroquial y así sucesivamente hasta llegar a junta de condominio.

¿Por qué no espera su turno para lanzarse nuevamente como candidato presidencial en 2013? ¿Qué le impide abrirle paso a nuevos liderazgos opositores en el Zulia? ¿Por qué no se dedica a construir un liderazgo en la calle y desarrollar una propuesta? ¿Tiene miedo de que estando fuera de cualquier cargo político, la gente sencillamente lo olvide, por su poca trascendencia? Sólo Rosales tiene las respuestas a estas interrogantes ¡Pero claro! siendo un hombre tocado por los dioses, nadie puede dudar de que alguna razón depurada explica este indescifrable accionar. Aunque parezca un mollejúo en degradé, Rosales es grande y sabe muy bien lo que hace.


Otros comentarios:

Intervencionismo descarado: El rocambolesco informe de la Interpol, la incursión de 60 soldados colombianos a territorio venezolano, el episodio del avión de combate norteamericano que violó nuestra soberanía aérea, las más recientes declaraciones de altos personeros del gobierno mafioso y genocida de George Bush, son síntomas inequívocos del intervencionismo norteamericano y su afán por desestabilizar este país a como de lugar. La razón es más que evidente: petróleo. Con la certificación de la faja petrolífera del Orinoco ya nuestras reservas probadas pasaron de 100 mil millones de barriles a 130 mil millones y una vez que se complete todo ese proceso seremos el país con las reservas de crudo más grandes del mundo al acumular casi 300 mil millones de barriles. 2 y 2 son 4, dicen por ahí ¿A quién apostará a la oposición? a la soberanía patria o al lameculismo gringo.

¿La carne dejó el pellejo?: El diario Últimas Noticias abrió su primera página del sábado 17 de mayo con un titular alarmante: “La carne dejó el pellejo”. Sin embargo al revisar las páginas internas de ese periódico uno podía leer que tal titular se desprendió de una investigación que sólo tomaba en cuenta la oferta de carne de res en algunos de los principales mercados municipales y privados de Caracas ¿Sólo eso basta para afirmar que la carne dejó el pellejo en todo el país? Pareciera que no, porque Caracas no es Venezuela.

40% de inflación en alimentos: Los sesudos analistas y economistas de toda laya tienen un nuevo ritornelo la inflación acumulada en alimentos sobrepasa el 40% y esto afecta más a los más pobres, porque en ese renglón poblacional se destina 60% del ingreso a la compra de alimentos. Esas cifras son ciertas, sin embargo nadie se preocupa por cotejar eso con los aumentos de salario mínimo anualizados, este año se ajustó el sueldo base en 30% y el año pasado en 20%, ello suma 50% pero nadie menciona eso. Es innegable que por razones estructurales y coyunturales existe un problema grave de inflación en el país, no obstante llama la atención la diligencia de lo medios para magnificar lo malo y minimizar lo bueno.

dcordovaster@gmail.com


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Daniel Córdova Zerpa


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