En Barinas, aunque sucedió en casi todos los estados sedes de la Copa América, precedió una canina e incisiva campaña en los medios de voceros opositores en contra de este magno evento que transcurre, para el beneplácito de los venezolanos, haciendo historia, rompiendo récords, derrochando emociones y con la mayor receptividad en noventa años, según las propias palabras de Nicola Leo, presidente de esta competición.
La copa a saltado todos los obstáculos, gobiernos, dictaduras, fronteras y amenazas. Su fortaleza está en su misma esencia de sueños de libertad, de hermandad, de solidaridad, de unión y de motivación para que cada día nuestras sociedades americanas sean más sanas. La copa en noventa años no se ha roto. Conserva intacto ese elixir Divino que se cata y degusta en pasión.
Pese a las voces ya sórdidas de la oposición, quienes albergaban en sus rancios corazones que todo fuese un fracaso, la copa está llena, la copa derrama el buen vino de alegría y en cada cotejo sobre los engramados se sepultan sus macabros deseos que todo hubiese sucumbido en desordenes e irregularidades.
Los enfrentamientos, ya en el ámbito deportivo, han mostrado un buen fútbol. Salvo algunas excepciones, los encuentros han sido candela pura, paridad competitiva. Todos los combinados mostraron en su primera fase el talento que ha caracterizado a esta región en competiciones mundiales. Un buen juego, un dominio asombroso, toda una muestra aquilatada de fútbol para todos los gustos.
Venezuela, en tema deportivo, pues, también salió airosa. Por primera vez avanzó a una siguiente fase. En la clasificación se paró ante sus similares sin complejos, despojándose para siempre de aquel incomodísimo remoquete de “Cenicienta” en el fútbol regional y esto ya es un gran avance. Al redactar, Venezuela, se alistaba para su compromiso en la siguiente fase…, un mar de suerte.
Con esta copa todos hemos ganados, en especial, los nueve estados donde se construyeron las nueve sedes que servirán de casa para motivar y entrenar a las nuevas generaciones de futbolistas que seguirán el ejemplo de tesón, gallardía y pundonor que hoy llevan los muchachos de la vinotinto.
“Cantinero, sírvame otra copa”…, que esto se pone bueno!
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