Nacionalismo: Trump Vs derecha venezolana

El nacionalismo es una ideología y un movimiento socio político que se basa en un nivel de consciencia e identificación con la realidad y la historia de una nación, fundamenta sus ideas en la creencia de que existen ciertas características comunes a una comunidad nacional o supranacional y su sentimiento de pertenencia a la nación se llama patriotismo, que llevado más allá de ese sentimiento se convertiría en nacionalismo. Pero, no todos los nacionalismos son iguales, Vladimir Lenin decía que cuando se trata del nacionalismo no se puede hablar en general, sino que hay que hacer un análisis concreto de la realidad concreta, porque no es lo mismo el nacionalismo de la nación oprimida que el nacionalismo de la nación opresora.

Ejemplo contundente el nacionalismo que impone Donald Trump, presidente del país imperialista que más ha invadido naciones (los EE.UU), para ampliar su capacidad geopolítica y fortalecerlo en el ámbito económico, cerrando las fronteras a los trabajadores inmigrantes y a los productos que vienen de los países colonizados, una medida totalmente reaccionaria, en defensa de sus intereses nacionales, ajena a lo que reclaman los pueblos de este nuevo mundo, los de la nación oprimida. El modelo nacionalista que impone Donald Trump es totalmente distinto al que nos dejó Chávez, cuyo principio fundamental se basó en el respeto, en la autodeterminación de los pueblos y en la reivindicación del sentido patriota de los venezolanos y de América Latina.

No obstante, Trump está defendiendo a su país, se preocupa porque los empleos crezcan, tiene un plan agresivo para reducir la delincuencia, afirma que hará grande otra vez a Estados Unidos, le va a dar contratos solo a las compañías americanas, sacará a las personas y medios de comunicación que considere un peligro para su nación o para su gestión. Trump instaló el vector nacionalista como ordenador de la política estadounidense, ganó porque su proteccionismo hacia su país, hacia sus ciudadanos y la defensa del mercado interno, fueron su bandera.

Paralelo a ello, la oposición cae cada vez más en su anti nacionalismo exacerbado e indignante contra su propio país. Mientras que en Venezuela se siente la terrible amenaza para la supervivencia del neoliberalismo mundial, personificado en la xenofobia, en el rentismo petrolero, en la no extensión del modelo liberador, en el bloqueo económico, en el decreto de Obama que declara a Venezuela "peligro inusual para la seguridad nacional de los EE.UU.", los opositores más radicales apuestan a que Trump ponga las botas yanquis sobre la Patria libertaria de Bolívar. Su apoyo al secretario de la OEA para que aplique la carta democrática al país es otro acto deplorable y repudiable.

Apoyar el cierre del canal de noticias TELESUR (televisora internacional creada por el Estado venezolano para transmitir los sucesos reales en América latina y el mundo) en Argentina, y protestar la medida del gobierno del cierre de CNN (televisora internacional que forma parte de la corporación Time Warner/AT&T, conectados al Fondo Monetario Internacional, forma el tercer mayor conglomerado mediático y de telecomunicaciones y está conectada a la división de operaciones psicológicas del ejército de EE.UU. y la CIA), es una prueba clara de que son parte de esta guerra mediática y psicológica que acecha a Venezuela.

Prefiere la ultraderecha apoyar a los dueños de empresas POLAR, que son parte de la guerra económica, que defender al pueblo que vive una profunda crisis alimentaria. Viajan por el mundo pidiendo la intervención contra Venezuela, bajo la tesis de que vivimos en una dictadura, pero desde el año 2013 hasta hoy anduvieron por todos los medios de comunicación para sacar al presidente Maduro porque era colombiano y el gobierno se lo permitió sin ningún tipo de restricciones. Se han vanagloriado con la derrota del bolívar por parte de DólarToday, de la baja del precio del petróleo y de la guerra sucia por parte de sectores uribistas de Colombia contra Venezuela.

La oposición apuesta ahora a su triunfo con la calificación de narcotraficante que se le ha hecho a Tareck El Aissami, ya que no han podido derrotar al gobierno en ningún escenario, creen que ésta puede ser la oportunidad de oro para que, una vez que invadan a Venezuela con este pretexto, se atrincheren en el poder al mejor estilo de Panamá cuando sacaron a Noriega. Del nacionalismo de Trump y del de la derecha venezolana opto por el de Trump, a pesar de su extremismo, porque el antipatriotsimo de la oposición raya en la locura, calificarle de ignorante de la realidad política del país, sobre su visión idiosincrática, filosófica y política es insuficiente. La defensa de nuestras riquezas territoriales nos incumbe y pertenece a los nacidos en la tierra de Bolívar. Sólo el Pueblo salva al Pueblo, no será Trump, o la Polar, ni la partidocracia bipartidista que quiere resucitar.

(*)esmeraldagarcia2309@yahoo.com



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