Me cuesta entender, cómo con los años los periodistas de VTV pasaron a un segundo plano en su rol de procesar, analizar, interpretar y transmitir información a los televidentes.
Fueron desplazados por una “nueva forma de hacer periodismo en TV”: los ministros y funcionarios de Estado, ahora son prolíficos oradores en una suerte de soliloquio que ahuyenta cualquier audiencia, y donde el periodista queda como una estatua.
Un convidado de piedra, incapaz de preguntar, colocado en una esquina o en cualquier otro espacio para formalizar el pase al ministro o esbozar breves palabras introductorias antes de desaparecer de la escena.
“A esta hora, estamos en la…, a nuestro lado se encuentra el…, quien tiene importantes anuncios que transmitir”, coletillas utilizadas por muchos de los reporteros de VTV cuando reciben los pases desde los estudios del canal.
Conste que es una conducta profesional que lleva por lo menos dos años, y que lamentablemente cada día es común entre los profesionales de la comunicación que laboran en medios del Estado.
Estos pases en vivos, muchos innecesarios, muchos sin pegada noticiosa, obedecen a caprichos de funcionarios, que para cualquier actividad que realicen quieren un equipo reporteril, con microonda incluida.
Esta centrífuga informativa cobró sus víctimas: el pueblo, los sectores vulnerables, los chavistas, que necesitan ser informados de cosas tan sencillas como por ejemplo, operativos de cedulación, de Mercal, de por qué hay interminables colas en los Bicentenarios, cómo abrir cuentas de ahorros en los bancos del estado o cómo adquirir un vehículo por internet o Suvinca.
Informaciones de servicio, del día a día de los ciudadanos, que son olvidadas para dar cabida a peroratas de ministros y funcionarios, que pudieran ser tratadas por otros mecanismos periodísticos, y no precisamente con pases en vivo.
Rubén Marcano/Periodista, especialista multimedia
