El 07 de diciembre de 1941 es uno de los hitos históricos más importantes del mundo. Ya la Segunda Guerra Mundial estaba en su segundo año, y aunque el Big Brother no había entrado a la guerra porque la opinión pública gringa no quería, a pesar de que estaba participando en la provisión de aviones, tanques de guerra, cañones, armas, provisiones y medicinas.
Ese domingo, Japón atacó la base naval de Pearl Harbor, ubicada en la isla de Hawaii en el Pacífico. Fue un ataque impresionante, que supuestamente tomó por sorpresa a los estadounidenses. Japón logró destruir 5 acorazados y 3 destructores, que eran casi la mitad de la flota naval estadounidense en el pacífico. Y esa fue, según la historia, la razón aparente para que Estados Unidos entrara en la guerra, que desde hacía tiempo estaba siendo presionado tanto por Inglaterra, como Francia ya ocupada, aunque sus dirigentes estaban en Inglaterra, y por la unión soviética.
Pero la razón siempre fue otra. Estados Unidos necesitaba entrar en esa guerra, para ser los triunfadores. Y resulta que los estadounidenses ya habían descifrado los códigos japoneses. Y cuando descubrieron que Japón planeaba atacar la base naval, se callaron la boca y esperaron el ataque, porque era la excusa perfecta para motivar al pueblo gringo al odio de venganza. En la base naval había cuatro portaaviones que fueron retirados el 6 de diciembre a otra base en el pacífico. Los sorprendidos fueron los japoneses porque no encontraron los portaaviones. Lo que realmente le importaba al gobierno gringo, eran las muertes que allí se produjeran, pero que servía perfectamente a los intereses del gobierno gringo. La indignación del pueblo gringo fue total, y acudió por millones, de forma espontánea a los centros de reclutamiento para ofrecerse a ir a combatir. No sólo eso. La nobleza del pueblo estadounidense, alcanzó para que recolectaran todo lo que en sus casas tenía metal o cobre, que sería materia prima para fabricar armas. Hay fotos de montañas con millones de tenedores, cucharas, cuchillos, ollas, y sartenes, aportados por el pueblo para que sus muchachos fueran a combatir con las mejores armas.
El 8 de diciembre, millones de gringos en todo el país, hacían colas para alistarse e ir a combatir. Las industrias se convirtieron en fábricas de tanques, vehículos militares, bombarderos y aviones de combate. No fue la primera mentira del imperio, pero fue una más…
