Lo fundamental es la Revolución

La práctica de la política es la audacia del pragmatismo. El ejercicio del qué hacer para mantener una línea consecuente con las ideas que enmarcan un proyecto de acción social, estará siempre determinado por las decisiones que debemos tomar en los momentos más inesperados. Decisiones que significan la gloria del triunfo o el infierno de la derrota. En política siempre se estará muy cerca de este flujo ondulante. Y asi mismo, los vínculos que se generan como consecuencia del pico de la onda en que nos encontremos, determinarán el sitio que ocuparemos en la escala del poder y de los que nos acompañarán a nuestro lado. Hoy podemos estar arriba, en estrecha relación con la fuente que dimana ese poder, por lo tanto nos veremos rodeado de supuestos leales; pero, mañana por errores, omisiones o por la misma dinámica de las decisiones, podemos vernos en la caldera del fuego infernal; y asi, aquella lealtad se esfumará. Se desvanecerá por ausencia del halo que genera la fuerza del poder. Entender que es asi el juego político nos conduce a asumir la lucha en términos más serenos. Nada fluye con la lógica que hemos construido en nuestro pensamiento. Todo es resultado de los intereses que prevalecen para mantener la línea ascendente hacia la consecución de las metas propuestas.

Sin embargo existe la nobleza de los principios humanos que, indistintamente del sitio en que nos encontremos dentro de ese flujo ondulante del poder, deben mantenerse vigentes y muy firmes por alcanzar su realización plena. El pragmatismo debe ser lo circunstancial del hecho concreto. Los ideales, los sueños, la lucha acumulada en tantos años de feroz guerra contra el sistema político basado en el capitalismo, debe ser la pauta que defina nuestra verdadera conducta. Y esto debe ser un estímulo constante que nos revitalice para continuar creyendo en el proyecto bolivariano de la revolución venezolana que estamos construyendo por fases y etapas para hacer una patria diferente, más próspera y plenamente socialista.

El talento, la creatividad, la inventiva, todas estas virtudes que siempre estarán de parte de los hombres de buena voluntad y que creen en el bien común del colectivo, tienen que hacerse presente para que podamos cambiar ese flujo ondulante que nos fustiga y nos arrolla cuando la fortuna nos pretende abandonar. El puesto que se ocupe es irrelevante en cuanto a las metas que se buscan por implantar un proyecto de cambio y de verdadera transformación. Cualquier espacio es vital. La derrota no cabe en los hombres audaces que no dan cabida a fracaso alguno, fracaso de ningún tipo, en ningún campo de la vida, sea este el político, el profesional o el amor. La lucha continúa y nunca estará ausente de quienes somos constructores del destino de Venezuela. Esa es la misión que debemos cumplir. Por lo tanto, ni estando abajo o arriba, nada podrá cambiar la fuerza espiritual que tenemos profundamente arraigada en nuestra alma y nuestro corazón. La fortuna ayuda a los audaces.


izarraw@cantv.net


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William E. Izarra

Oficial de las FANB, retirado como Comandante (Teniente Coronel) de la Aviación Militar. Siendo oficial activo logró realizar estudios en todos los niveles académicos del saber universitario obteniendo su título como Licenciado en Educación (UCV); Maestría en Planificación (Harvard University) y Doctorado en Ciencias del Desarrollo (Cendes, UCV). Ha sido miembro del MBR-200, MVR, PSUV, Director Nacional de Ideología del Comando Maisanta, Colectivo Democracia Directa y creador del Centro de Formación Ideológica (CFI). Ha ocupado algunos cargos dentro del Gobierno Bolivariano Revolucionario bajo el mandato de Hugo Chávez Frías, siendo unos de los más relevantes el de Vice-Ministro de Relaciones Exteriores para Asia, Oceanía y Medio Oriente. Ha escrito una serie de folletos y libros para la compresión de los valores y principios socialistas.

 izarra1947@gmail.com      @williameizarra

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