Respecto a mi artículo, "Venezuela: ¡Sin teoría, sin partido político,
sin vanguardia de la revolución! ", publicado originalmente en Inglés
por VHeadline el 6 de abril de 2006, en la volátil situación actual,
llega a ser más y más claro que en la etapa actual de nuestro proceso
histórico de la Revolución Bolivariana se hace necesario urgentemente
un partido político de vanguardia de los trabajadores, ligado
íntimamente a los trabajadores a nivel global.
http://www.vheadline.com/readnews.asp?id=53077
Muchos camaradas nos han escrito, nos han telefoneado y han expresado
su deseo de aprender más sobre la construcción de un partido de
vanguardia de los trabajadores para la Revolución Bolivariana. Por
supuesto, en este breve análisis podemos apenas tocar muy generalmente
algunas de los principales asuntos de importancia revolucionaria.
Primero, tenemos que tener muy claro qué tenemos en mente con respecto
a democracia "protagónica", participativa, el "proceso", la "revolución
dentro de la revolución" dentro del capitalismo, también, con respecto
a "profundizar" la revolución en un hábitat reformista y en las
estructuras burguesas heredadas de un aparato estatal neocolonial. Por
otra parte, científica y filosóficamente, solo hay una manera de
entender al socialismo moderno; que es exactamente lo contrario al
capitalismo... a la explotación económica, a la dominación política, a
la discriminación social, a la militarización genocida y a la
enajenación inhumana. Es decir, es la negación dialéctica del
capitalismo. Como mínimo, cualquier cosa que está en proceso, que
existe en nuestro mundo universal tiene dos lados, una afirmación y una
negación. Tenemos dos ojos, dos oídos, fosas nasales, dos lóbulos
cerebrales, precisamente para pensar, razonar, para ver ambos lados de
una cosa, para escapar de lo programada, lo unilateral, lo uniforme, la
universidad, la universalidad.
Para conseguir librarnos de los males del capitalismo, nosotros tenemos
que conseguir librarnos tanto de la evolución reformista (afirmación)
como de la revolución socialista (negación); necesitamos un éxodo
extra-sistémico para cruzar el Rubicón, para incorporar el reino de la
emancipación creativa humana (excelencia).
En segundo lugar, en Venezuela, en la Revolución Bolivariana, en este
grado de desarrollo histórico no tenemos ninguna opción, ningún
alternativa; tenemos que formular lógicamente nuestra propia práxis
revolucionaria precisa y teoría filosófica incisiva. ¿O deben los
europeos hacerlo otra vez por nosotros?
Más allá de toda duda, somos soberanos, somos libres de desarrollar
nuestros propios conceptos, contenido, ideología, práctica, táctica y
estrategia, pero deben estar basados en conocimiento científico
verdadero, sentido filosófico verdadero. Como vanguardia
revolucionaria, esto debe ser dirigido por una lógica optimista,
militante. Además, todo ésto necesita ideas originales, formas de
organización modernas rigurosas y liderazgos con consciencia de clase,
es decir, la construcción de un "partido de vanguardia", un programa
transitorio de los trabajadores y un objetivo emancipador claro de los
nuevos hombres.
Solamente dentro del contexto de tales consideraciones teóricas podemos
realmente hablar de un "nuevo socialismo del siglo XXI", sobre nuevos
revolucionarios, sobre una nueva Revolución Bolivariana. Las semillas y
las raíces históricas profundas del socialismo forman un lado de este
fenómeno, pero el socialismo como arma revolucionaria militante moderna
contra el imperialismo agresivo, salvaje es una historia totalmente
distinta. En este caso específico, forma la negación dialéctica de un
sistema capitalista mundial en transición, en agonía de muerte.
Bien sea que seamos socialistas o no, si lo decimos o no, si negamos al
marxismo tres veces antes que el gallo cante, aun así Washington D.C.
vendrá por nosotros, a conseguir nuestro petróleo, gas y otros recursos
naturales. Por lo tanto, hablemos abiertamente sobre el marxismo,
directamente sobre el socialismo de una manera científica y filosófica.
Hagamos noticia en el mundo entero sobre el socialismo, incluso si ha
desaparecido ya de los currículos académicos, de los titulares de las
noticias, de la consciencia de clase obrera moderna.
¿Dónde están los buenos viejos días cuando un fantasma todavía recorría
a Europa, el fantasma del comunismo?
Tercero, en este momento de salvajismo imperialista total contra
Afganistán, Irak e Irán, contra la Revolución Bolivariana,
definitivamente no es el "socialismo cristiano" o la "teología de la
liberación" los que están en juego sino el "Castro-Comunismo", es
decir, el marxismo, la continuación de los esfuerzos socialistas
revolucionarios, desde las revoluciones de 1848 y la Comuna de París de
1870, especialmente aquellos que se han venido haciendo desde la
Revolución de Octubre de 1917.
Lo que es decisivo para nosotros, aquí y ahora, en todo el "tercer
mundo", es no enterrar al marxismo en el siglo XIX, no aceptar que todo
los "Bolcheviques" modernos son "terroristas" sedientos de sangre, no
ocultar el socialismo filosófico científico detrás del "socialismo
informático" o de la cortina de hierro de la religión cristiana. Al
contrario, como el Ché lo ha dicho, nuestro deber revolucionario es
terminar abiertamente la Revolución Francesa, para conducirla hacia su
propia negación, hacia el socialismo, hacia la victoria de los
trabajadores globales.
Al final del siglo XX, en un período de tiempo relativamente muy corto
(a partir de 1905 hasta 1917), en Rusia prácticamente ocurrieron tres
revoluciones distintas. Después de la Revolución de febrero de 1917 el
factor decisivo para Lenin y Trotsky fue cómo organizar la vanguardia
de los trabajadores y los campesinos, debían crear un nuevo tipo de
partido político para dirigir la revolución hacia la victoria
proletaria. Sin este partido de vanguardia, que tuvo que estar basado
en un sector consciente de la clase trabajadora, la Revolución de
Octubre nunca habría acertado.
Es bien sabido que en Rusia la calidad revolucionaria y no la cantidad
fue decisiva: seis meses antes de la Revolución de Octubre, en todo el
imperio donde nunca se ponía el sol, sólo estaban activos cerca de 1000
bolcheviques, formando la vanguardia organizada de trabajadores y
campesinos conscientes.
En este caso, comparativamente, menos de 1000 Bolivarianos verdaderos
podrían realmente encender la pradera latinoamericana en fuego
revolucionario; podrían nadar como peces en la cuenca del río de
Orinoco y del Amazonas, combatiendo a las fuerzas paramilitares Yankees
que están entrenando allí.
Sin embargo, no debemos olvidarnos de la calidad socialista verdadera
del puñado de guerrilleros de Fidel y del Ché que lanzaron con éxito la
Revolución Cubana en la Sierra Maestra.
Comparado con todo esto, también con Irak y la resistencia popular que
allí ruge, tenemos suficientes recursos naturales y fuerzas humanas, es
decir, bastantes revolucionarios para luchar contra el imperialismo. No
obstante, en la feroz batalla interna contra la traición
pequeño-burguesa y de clase media alta, tenemos que mejorar
urgentemente nuestra calidad social, nuestro sentido revolucionario de
clase. Lo que sigue nos demuestra qué puede hacerse.
Para demostrar el poder de un partido revolucionario proletario,
históricamente, solamente después de los infames "Juicios de Moscú",
después de haber asesinando a casi todos los líderes de la vanguardia
original del partido bolchevique, incluyendo a León Trotsky, triunfó el
estalinismo en la Unión Soviética.
Stalin montó una cacería de brujas contra los bolcheviques como los
perros de presa de la CIA de Bush hacen hoy con los "terroristas".
Cuarto, si deseamos hacer una revolución socialista, es decir, una
revolución anti-capitalista, tenemos que saber completamente qué
hacemos y qué pensamos, y qué peligros estamos invitando a que vengan
para masacrarnos. Como revolucionarios verdaderos, estamos cambiando
la actual historia del mundo, la estamos re-formando y re-planificando
para realidades emancipatorias futuras.
Como el presidente Hugo Chávez Frías lo ha subrayado tan a menudo, esta
sociedad futura prevista no será ni capitalista ni socialista: por lo
tanto, lógicamente, tiene que ser una sociedad sin clases, ser el
resultado final de las feroces luchas de clase globales. Para alcanzar
esto la Revolución Bolivariana debe tener un nivel muy alto de
actividad "práxica", un grado enorme de auto-organización teórica de la
población entera.
Ciertamente, mucho se ha hecho parcialmente para alcanzar exactamente
esto durante los pasados siete años.
Lo que sucedió durante el golpe militar y el sabotaje petrolero en
Venezuela... entre el 11-13 de abril de 2002 y en diciembre de 2002 y
enero de 2003... tiene muy poco que ver con una revolución socialista
espontánea. Por su misma naturaleza de clase, su lucha de clase, la
negación del capitalismo, una revolución socialista, no puede estar
comandada desde arriba, no puede ordenarse por un mesías religioso, una
jerarquía del partido autonombrada o una oligarquía política elitesca.
Quinto, por supuesto, aquí en Venezuela, y en América Latina, no
necesitamos ser genios intelectuales o genios científicos para saber
quiénes o cuáles son los trabajadores, los que están siendo explotados,
dominados, discriminados, asesinados y enajenados. Para nosotros, todo
éstos forman las sufridas, pauperizadas clases trabajadoras
venezolanas, latinoamericanas.
Preguntas como si la clase obrera aun sigue siendo un instrumento para
el cambio revolucionario en la globalización, si los trabajadores ya
están totalmente integrados en el maravilloso mundo del capitalismo,
si absolutamente todos han adquirido ya un sentido de clase media o que
ya no existe tal cosa como las clases sociales y la lucha de clases, yo
se las dejo a la academia en las torres de marfil de la Sorbona, de
Oxford o de Harvard para que lo solucionen escribiendo excelentes
best-sellers.
Lo que veo en todas las calles de Calcutta, en los cerros de Caracas y
de Río de Janeiro, todos éstos "miserables que sufren" (Victor Hugo) me
enseñan auténticas lecciones sobre la revolución y el socialismo en el
siglo XXI. Para saber hoy en día qué sigue siendo un trabajador, un
esclavo, qué es un amo, qué es la lucha de clase, no necesito el
"Capital" de Marx, ni haber necesariamente leído el "¿Qué hacer?" de
Lenin.
En sexto lugar, si Bush nos invade o no, ¿qué necesitamos realmente
para tener una revolución socialista en Venezuela? ¿Consciente o
incluso subconscientemente, cuándo la Revolución Bolivariana se
convertirá en necesariamente "negativa", es decir, se hará
contradictoria y dialéctica? Lógicamente, cuando niegue al capitalismo
en su totalidad. En resumen, ¿cuándo nos convertiremos inexorablemente
en socialistas científicos y filosóficos?
La respuesta es muy simple: Todo esto sucederá cuando aquí, junto con
otros a escala global, hayamos eliminado la corrupción y la impunidad,
hayamos amplificado nuestro sentido revolucionario de clase, nuestra
auto-consciencia anti-imperialista a un grado máximo y cuando esta esté
relacionada directamente con la auto-creatividad y auto-organización
de los trabajadores. Esta contradicción social dialéctica
revolucionaria crea la condición indispensable para la construcción de
un partido proletario de vanguardia, para una Internacional
emancipatoria de los trabajadores.
Lo antedicho no es dogma marxista del siglo XIX u ortodoxia del siglo
XX, es una sana lección moderna derivada del desarrollo igual, desigual
y combinado del mercado mundial capitalista, de la globalización, del
proceso cerrado de trabajo, de la historia universal. Para realmente
estudiar ésto no se necesita ser un marxista, uno necesita solamente un
cerebro que todavía funcione.
Séptimo, en todos los trabajadores, en sus luchas diarias, encontramos
varios fragmentos y reliquias del sentido elemental de clase, de
subjetividad revolucionaria, pero éstos no son constantes, no son
permanentes, antes y ahora fueron intermitentes, sucumbieron, y otra
vez desaparecieron. Sin embargo, luchar por logros inmediatos es
necesario, de otro modo a través del globo las clases obreras que
trabajan se desmoralizarían totalmente.
Nuestras luchas diarias, uniformes, contra los ataques repugnantes de
la "oposición", contra el salvaje golpe militar y el brutal sabotaje
petrolero no nos convierten automáticamente en socialistas, no
transforman nuestra reforma social democrática en revolución
socialista, en la negación total del capitalismo, del imperialismo y
del corporativismo.
Octavo, ciertamente, desde 1905, por todo un siglo, apenas hubo un año
sin malestar social, rebelión social y revoluciones sociales de las
clases obreras que ocurrieran en alguna parte del globo. Por ejemplo,
en dos décadas, sólo entre 1960 y 1980, aun en países metropolitanos
como Bélgica, Francia, Italia, Portugal y España, e igualmente en
Polonia, más de 45 millones de trabajadores han participado activamente
en luchas de clase. Hemos experimentado últimamente más luchas de los
trabajadores en Francia. En los E.E.U.U., aparte de las enormes
manifestaciones contra la guerra en el Medio Oriente, incluso ahora
generales retirados comienzan a atacar el régimen fascista de Bush y
sus consortes elitescos.
Bueno, muchos "centros de investigación" derechistas o incluso los
"siete sabios" izquierdistas están convencidos de que los días del
marxismo, de la lucha de clase, se han ido con el viento y que el
futuro de la humanidad, dirigido por Bush, que camina y habla con Dios,
ahora comienza al sur de los ríos Tigris y Eufrates, es decir, al sur
del Edén.
Durante los pasados siete años en apoyo a la Revolución Bolivariana
hemos podido atestiguar muchos actos de la clase obrera en Venezuela.
De hecho, millones se han dado cuenta exactamente qué debe entenderse
por práxis revolucionaria en lucha de clase. Por lo tanto, surge la
pregunta, ¿realmente necesitamos un partido revolucionario, una teoría
revolucionaria?
Noveno, sí. Las luchas de la clase obrera no son permanentes, ellas son
cíclicas, ellas tienen sus subidas y bajadas, depende de muchos
factores, entre ellos, de las victorias o las derrotas de los
trabajadores, las brutales masacres o los logros democráticos. También
dependen del desarrollo del capitalismo mismo, de la democracia al
fascismo, del auge económico a la recesión global, de Juan Maynard
Keynes a Milton Friedman, del ALCA al ALBA.
Hasta este momento la alta militancia de la clase trabajadora no se
corresponde necesariamente con su sentido de clase. De hecho, en muchos
casos de militancia radical, el sentido de clase puede estar totalmente
ausente. Un ejemplo clásico es exactamente lo que sucedió aquí en abril
de 2002. Para las luchas de clase que vienen en Venezuela exactamente
esta relación contradictoria entre la militancia de los trabajadores y
el sentido de clase hace que la organización popular de la vanguardia,
un partido revolucionario de los trabajadores sea necesario.
La lucha de clase revolucionaria proletaria es el "trabajo liberador"
de los trabajadores mismos. Nunca puede ser dirigida desde arriba, ni
por un burgués ni por el estado "popular". Un partido político
revolucionario de vanguardia es exclusivamente la creación de los
mismos trabajadores, por y para sus propios intereses de clase. Todos
los estados en el marco del capitalismo, del imperialismo y de la
globalización garantizan la existencia "democrática" de las clases, por
medio de la existencia de la propiedad privada de los medios de
producción y de comunicación, en el análisis final, lógicamente tiene
que defender los intereses de la clase alta, tiene que generar
desigualdades sociales, privilegios de clase, corrupción, burocracia y
desigualdad social. Algunos menos, otros más reales en cuanto a su
función social específica.
Las estructuras de clase predominantes, especialmente el estado, no
mueren fácilmente.
Lenin lo dijo muy claramente: La democracia en la sociedad de clases es
siempre la dictadura de pocos sobre muchos. Esto se puede verificar en
todo lo que se muestra hoy en día.
Décimo, ¿qué es un partido político de vanguardia, cómo nace? ¿Cómo
puede la Revolución Bolivariana crear su vanguardia de los
trabajadores políticamente auto-organizada?
En Venezuela tenemos legalmente todas las organizaciones básicas para
lograr esta necesidad histórica, desde la base popular hasta el
parlamento popular, hasta la Asamblea Nacional en las calles. Como
creación de los trabajadores este proceso tomará cierto tiempo. A menos
que sea reconocida por una gran cantidad de trabajadores, a menos que
tenga la aceptación de la clase obrera una auto-organización de la
vanguardia es completamente absurda. En Venezuela debe ser reconocida
como la vanguardia política por los "buhoneros", los "recogelatas", los
desempleados, sub-empleados, los campesinos, trabajadores existentes,
trabajadores petroleros, trabajadores de fábrica, mineros, la juventud
revolucionaria, los estudiantes revolucionarios, las mujeres
revolucionarias, los extranjeros residentes revolucionarios, por todos,
como su partido político de vanguardia. Cualquier otra cosa , al viejo
estilo de Acción Democrática o Copei, no servirá como partido político
revolucionario de los trabajadores.
Un partido de vanguardia no nace en un taller de ideología, no es el
resultado de la conscientización, de la educación burguesa o la
socialización, es la creación de la lucha de clase práxico-teórica.
Undécimo, ¿cuál es la relación entre el partido político de vanguardia
y la revolución socialista?
¿Cuándo el partido bolchevique de Lenin se convirtió en una vanguardia
política de los trabajadores y de los campesinos de Rusia? Una cosa es
segura, él debió haber existido ya antes de la Revolución de Octubre,
antes de capturar el poder del estado, antes que los revolucionarios
demolieran el viejo régimen zarista feudal.
En realidad la pregunta debe ser: ¿a qué nivel de la lucha de clase de
los trabajadores y de los campesinos contra el feudalismo ocurrió la
fusión cualitativa revolucionaria en la vida real entre la organización
de la vanguardia de los trabajadores y los verdaderos líderes
bolcheviques y las luchas verdaderas de los trabajadores en las
fábricas y los campesinos que trabajaban la tierra?
Estudiando la "Revolución Rusa", escrita por León Trotsky, y las obras
de Isaac Deutscher, llegaremos a la conclusión científica que esto
sucedió en Rusia solamente hasta 1913.
Por lo tanto, dentro del Partido Social Demócrata Ruso, le llevó una
década entera a los bolcheviques alcanzar el estatus de vanguardia
revolucionaria de la clase obrera, y cuatro años más para conquistar
el poder político. Por lo tanto, la Revolución Bolivariana todavía
tiene mucho por hacer, y muy poco hecho. Por lo menos ha conquistado ya
el poder político, y parcialmente la base económica.
Duodécimo, ¿qué debe entenderse por auto-organización de los
trabajadores como clase revolucionaria consciente? Podemos atestiguar
una auto-organización elemental de clase en Venezuela durante los siete
últimos años, incluyendo la autodefensa del presidente Bolivariano, por
parte de las clases más bajas y el ejército popular, y la rápida
restauración del corazón económico de Venezuela en el 2002. Dentro del
marco democrático legal necesario el nacimiento de nuevos sindicatos
Bolivarianos es otro ejemplo de la auto-organización popular; también
las cooperativas de trabajadores, núcleos de desarrollo endógeno, los
consejos populares de planificación y otros comités populares locales.
Decimotercero, así como el socialismo en un solo bloque, en un solo
país, en una sola isla no puede realizarse, de la misma manera un
partido revolucionario de vanguardia en un solo país, en una sola
región tampoco podría derribar al actual fascismo mundial globalizado
de las variedades de Mussolini, Hitler y Bush.
Así, necesitamos un proyecto global, un programa revolucionario global,
un internacionalismo proletario global y un proletarianismo
internacional para combatir el fascismo global, globalizado. No tenemos
ningún alternativa, o restablecemos las condiciones históricas de una
nueva Cuarta Internacional mundial, o encontramos la Quinta y última
Internacional.
Sin embargo, antes de que hagamos eso, tenemos que estudiar muy
cuidadosamente la historia de las luchas de los trabajadores a través
del planeta, para identificar los errores cometidos, y para evitarlos
cometerlos otra vez en la batalla decisiva final de la especie humana
misma.
La llamada historia, el proceso de trabajo, está del lado del fascismo
actual del mundo, pero la creación y la emancipación están de nuestro
lado.
Además, tenemos que estudiar por qué cuatro internacionales no
derribaron al capitalismo, por qué una serie de revoluciones sociales
en el siglo XX tampoco no pudieron lograr esta tarea.
Sobre todo debemos estudiar nuestra propia Revolución Bolivariana, su
debilidad inherente y victorias obvias, su práctica e ideología, su
práxis y teoría futura posible, sus límites lógico-formales y
universalidad religiosa.
Decimocuarto y final, hay una relación emancipatoria "trialógica" entre
las organizaciones de vanguardia de los trabajadores, la lucha de clase
verdadera y el partido revolucionario proletario en la construcción del
socialismo global.
Aparte de la corriente que amenaza con un apocalipsis global, sólo como
tal, con el conocimiento científico antes dicho, podemos todavía
desarrollar una nueva ciencia y filosofía revolucionaria, una nueva
práxis y teoría, la nueva creatividad y emancipación, el hombre/mujer
verdadero (a), real, socialista.
Original en Inglés: Franz J.T. Lee:Venezuela's future society will be
neither capitalist nor socialist
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