Las revoluciones se producen en los callejones sin salida



“LAS REVOLUCIONES SE PRODUCEN EN LOS CALLEJONES SIN SALIDA”. BERTOLT BRECHT



Lo que ninguno( o casi ninguno) de los analistas políticos de izquierda del mundo se atrevió a dudar luego del derrumbe de la antigua Unión Soviética era que el tren de la lucha por implantar el Socialismo ya no volvería a pasar jamás.

Releo un libro de Fernando Mires “El orden del caos ¿Existe el tercer mundo? “ (1995) . No puedo dejar de reír irónicamente ante el convencimiento del politólogo chileno-alemán “….Marx, divorciado de Estados y nomenklaturas , no será más que lo que siempre debió haber sido: un autor de libros interesantes de economía y filosofía al que nuestros nietos leerán, junto a muchos otros autores, sin privilegiar a ninguno”. Es decir, sin necesidad de asumir el legado teórico del Materialismo Histórico como herramienta válida para entender la evolución de la sociedad capitalista.

Pero así como Mires, hasta los mismos militantes del socialismo científico mandaron por el caño los principios del socialismo y asumieron la lucha por reivindicaciones puntuales y propuestas reformistas. Evidentemente se trataba de la constatación indiscutible del “fin de la historia”. Fukujama pasaba la llave y se cancelaba el devenir histórico como producto de la lucha dialéctica. Lo que nadie podía imaginar era que aquí, en Suramérica, en un país geográficamente pequeño, en una nación pisoteada moralmente y desmemoriada hasta el punto de renegar de su pasado libertario y sustituir a los hombres que construyeron su grandeza por una clase política y una burguesía de las más infames que haya parido tierra alguna, se levantaría Lázaro y personificado en un pueblo acompañado de un hombre cuya virtud más grande, a mi juicio, fue haber sido responsable aquel 4 de Febrero, responsable en un país lleno de dirigentes irresponsables e inconsecuentes. Ese pueblo comenzó a buscar una salida a su profundo adormecimiento moral y político hasta que logró delinear una propuesta: EL Socialismo del siglo XXI o La Revolución Bolivariana.

Este despertar de un pueblo acostumbrado parir ideas geniales desde mentes iluminadas como Sebastián Francisco de Miranda, Simón Rodríguez o Simón Bolívar, vino en un momento en el cual el orden económico mundial se derrumba, en un mundo en el que las consecuencias del capitalismo ya no se notan en las relaciones entre las naciones y los hombres, sino en el equilibrio mismo del planeta, un mundo en el cual hasta la camisa de fuerza de la religión se va por las costuras y la única manera de preservar la tiranía imperial es imponiendo las recetas económicas neoliberales a sangre y fuego. Valdría decir que el descontento popular en Venezuela tenía ya el suficiente tiempo incubándose, gestándose en lo profundo de su espíritu, ese mismo espíritu que condujo la lucha frente al mayor imperio del mundo en su momento, pero no encontraba el sustento teórico para hacerlo una propuesta convertida en programa de Gobierno, en ejemplo de cómo vencer la dependencia política y señalar, una vez más, al mundo el camino hacia la unidad latinoamericana. Y resultó que aquel argumento que los cientistas sociales serviles a la burguesía y al sistema de conciliación de partidos que se cansó de ultrajar a esa patria, señalaban como un impedimento para cohesionar alrededor de una ideología política al pueblo, es decir,nuestra tremenda diversidad, es el mismo que servido para unificar a ateos, cristianos, musulmanes,judíos a afrodescendientes, sexodiversos, artistas, intelectuales, deportistas, inmigrantes y cualquier clase de colectivo en una lucha que, luego de los resultados del 14A nos ha demostrado que habiendo descendido en lo cuantitativo, se ha enriquecido en lo cualitativo. Sin embargo, en una primera impresión colectiva,esto ha llevado a muchos a preocuparse acerca del futuro del proyecto bolivariano, a pensar que hemos entrado en un callejón sin salida y que sin la presencia del líder máximo Hugo Chávez, estamos a merced de un enemigo que parece poner en peligro la pervivencia de su legado político. De allí el título de esta nota. En 1995, sesudos analistas se burlaban del socialismo y decían “…adiós Karl, adiós Marx, adiós Carlitos”( Mires.1995). Y Hugo Chávez puso al mundo a desempolvar las venas abiertas de América Latina. Hoy, muchos preparan la celebración del fin de la Revolución Bolivariana, pero se olvidan de que esta es la tierra de aquel que en 1825, tirado en un chinchorro, enfermo y traicionado en un pueblito del Perú, le respondió a un asistente ante la pregunta de :mi General ¿ y ahora qué piensa hacer? ¡VENCER!.



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Jorge Ochoa

Licenciado en Educación

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