Historia del petróleo en el Zulia

“Pozo de gasolina natural existente en el Zulia” (I)

Con el título de este artículo bautizó Ramiro A. Finol (1901-1975) un libro de 100 páginas que escribió en 1952, destinado a revelar las interioridades de este recurso natural, cuya forma de explotación fue una más de las tantas tropelías cometidas por las concesionarias extranjeras en Venezuela. Marabino, farmaceuta y químico de profesión, este técnico contaba ya con 30 años de experiencia en estos menesteres cuando escribió el libro en referencia; había laborado en Caracas en la extinta Oficina Central de Sanidad Nacional y como preparador de Mineralogía y Química en la Escuela de Farmacia de la UCV. En el Zulia como Jefe del Servicio del Laboratorio de Química de la Aduana de Maracaibo; Profesor de Química y Mineralogía y Geología en los cursos de 4° y 5° años, en el Liceo Baralt de Maracaibo y en su laboratorio de Química; y en el Servicio Central de Investigación Científica de LUZ, entre otras muchas actividades públicas y privadas, de las cuales destaca la de Secretario de la Presidencia del Concejo de Maracaibo, durante la regencia del Dr. Jesús Enrique Lossada. A él se debe, además, el invento de la tinta indeleble que durante años se utilizó durante los procesos eleccionarios en la pseudo democracia que vivió el país a partir de 1958.

Facilitado que me fue un ejemplar del referido libro por el Dr. Roberto Jiménez Maggiolo, leo, como refiere el Profesor Finol en esa obra que acompaña de nítidas fotografías del Pozo de Gasolina Natural, identificado como: Zulia 1K-1- Mucurutú, ubicado en el Distrito Urdaneta del Estado Zulia, a un kilómetro al oeste del templo de La Concepción, que “una mañana del 24 de octubre de 1951, de paseo por ese sector, me encontré con que un “mechurrio petrolero” rugía estruendosamente para lanzar hacia el firmamento una lengua de fuego, y pensé que allí debía encontrarse algo sensacional”. No está demás señalar que para quienes nos criamos en los campos petroleros del Zulia, la presencia de los “mechurrios” era algo tan natural como los balancines que impelen el negro mineral desde el subsuelo hacia la superficie.

La vista del “mechurrio” despertó en Ramiro el interés por realizar una serie de investigaciones físico-químicas sobre el producto que debía estarse obteniendo del pozo, el cual encontró luego de una breve pesquisa. En efecto, a varios centenares de metros de distancia localizó el pozo ya identificado arriba, que estaba siendo explotado en concesión por la transnacional estadounidense Richmond Exploration Co. La muestra obtenida lo llenó de asombro al observar que casi no presentaba ningún color ni tampoco acusaba alguna espesura. De regreso a su laboratorio hizo los ensayos cualitativos preliminares y se dio cuenta de que no estaba en presencia de otra muestra de petróleo más sino de un producto muy superior.

Las determinaciones cuantitativas relacionadas con el elevado porcentaje de gasolina, se elevó más allá del OCHENTA Y OCHO POR CIENTO (88%) en volumen, lo que vino a testificar que el producto en cuestión sólo puede considerarse como proveniente de una fuente o manantial de GASOLINA elaborada por la naturaleza misma. Esas cualidades fueron “factibles de comprobar una y otra vez, no tan sólo en el laboratorio, sino también por medio de simples pruebas al alcance de todo el mundo, tales como colocar el producto tal cual aflora del subsuelo, sin someterlo a ningún proceso de refinamiento pero ni siquiera al de filtración, en el tanque de un automóvil para sentirlo funcionar de inmediato, o también introducirlo en el depósito de un yesquero para verlo encender tan pronto salte la chispa”. Análisis más detallados lo llevaron a comprobar que el producto presentaba una viscosidad de 58´4° API, tan sólo un grado por debajo del autorizado en EE.UU para ser expendido en sus gasolineras. Los petróleos convencionales sólo proveen un promedio de 28% de gasolina.

Ya concluido el trabajo analítico, lo sometió al dictamen de la opinión pública, aunque antes, en el libro en comento, hizo algunas consideraciones de carácter científico e histórico y hasta factores de índole económica que regulan el tema de la explotación de los hidrocarburos en Venezuela y el mundo. Hagan los lectores un ejercicio de imaginación sobre el monto de la expoliación de la Richmond al Fisco Nacional, al no declarar las características reales del producto extraido, para los registros del impuesto de explotación correspondiente.

cepo39@gmail.com


*Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia
cepo39@gmail.com


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César Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

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