Alquimia política

El COVID-19, desafío y oportunidad en lo educativo

"Nos enfrentamos a una catástrofe generacional que podría desperdiciar un potencial humano incalculable, minar décadas de progreso y exacerbar las desigualdades arraigadas…"

António Guterres

(Secretario General de las Naciones Unidas)

La situación de pandemia mundial no era un asunto extraño para la comunidad científica mundial. El propio Bill Gates en el 2017, comenzó su cruzada particular contra las pésimas condiciones de algunos de los sistemas de salud que amparan a la población mundial; tras el ataque de virus como el ébola, en África, y el zika, en América Latina, Bill Gates alertó de la necesidad de crear nuevos fármacos y vacunas que se impongan rápidamente a estas enfermedades emergentes. En ese momento Gates recomendó que se tomaran las medidas necesarias para prevenir cualquier situación de pandemia; y advirtió que de presentarse una situación en este tenor la responsabilidad recaería directamente sobre la creciente burocracia del Gobierno estadounidense, ya que esta no está preparada para lidiar con mutaciones capaces de convertir un virus convencional en una cepa peligrosa. En ese momento la solución para Gates esta invertir en otros enfoques, como medicamentos antivirales y terapias de anticuerpos que puedan acumularse o fabricarse rápidamente para detener la propagación de enfermedades pandémicas o tratar a las personas que han estado expuestas.

Hoy el Covid-19 es una realidad y está acá, con nosotros; ahora bien: ¿vino a impactar de alguna manera negativa al Sistema Educativo mundial? No lo veo como un impacto negativo, sino como un sacudón positivo que adelantó por veinte años la activación formal de la educación virtual. Gracias al Covid-19, se han mostrado las debilidades que tienen los países para mantener la prosecución escolar y académica. El problema está en los países subdesarrollados de continentes como África y Latinoamérica, donde la conectividad tiene muchas deficiencias; eso sumando los problemas de inestabilidad del sistema eléctrico que hace complicado activar mecanismos de comunicación en tiempo real por la vía del internet que garantice plataformas educativas que logren sus objetivos instruccionales en los diferentes niveles del sistema educativo moderno.

Pudiese sumarse el problema de acceso a tecnología informática de punto que garantice el uso de periféricos para estar en tiempo real conectados con los programas formativos ofertados por Escuelas e Instituciones de Educación Superior; pero eso es algo que ya se ha venido contrarrestando en estos países subdesarrollados, por la vía de donaciones y de políticas educativas de apoyo directo a la educación virtual, por parte de los Gobiernos y la Organizaciones internacionales de apoyo a la tecnología educativa.

No podemos calificar el impacto del Covid-19, como negativo al sistema educativo, sino como una situación de catástrofe u conmoción mundial que activó la educación virtual y la vino a consolidar en un camino donde venía dando trastos y acercamientos temerosos, por el solo hecho de la resistencia al cambio, ya que la educación presencial y semi-presencial, permitía procesos de enseñanza-aprendizaje más directos y menos creativos.

Es importante destacar acá la diferencia entre modalidad de educación virtual y educación a distancia; la virtual hace uso exclusivo de los medios informáticos y telemáticos para el logro de sus objetivos; la educación a distancia, por su parte, combina las acciones con la presencialidad en ocasiones puntuales y restringe la valoración final de las actividades a evaluaciones directas, aplicadas en un espacio físico donde interactúen los estudiantes y sus docentes, situación que sigue siendo un problema para la realidad en la nos mantiene sumergidos el Covid-19. Pero si resumimos en una sola palabra una respuesta a tu consulta, diría que el Covid-19, vino a consolidar la educación virtual en el mundo; después del Covid-19, la educación del futuro será tal cual hoy se está presentando: virtual, interactiva y bidireccional.

Otra cosa, la educación en tiempos de Covid-19, es una educación familiar, donde los grupos sociales organizados entorno a la familia los involucran en el debate de las tareas y actividades, al punto de hacerlos partícipes de discusiones y de temas que si no se dieran en las condiciones que se dan, jamás los familiares se hubieran enterado de que estudiaba un hijo o hija, o familiar cercano. El Covid-19, vino a unir la familia y a hacerla jugar cuadro cerrado para protegerse de él y de las consecuencias de una pandemia que aún es desconocida en sus daños colaterales a la humanidad.

En un sucinto ensayo de David Auris Villegas (1975; escritor, poeta, pedagogo, conferencista, editor, teórico de la pedagogía del amor y profesor universitario peruano en Huancavelica, Perú), titulado "Desafíos pedagógicos en tiempos del Covid-19" (https://reddolac.org/profiles/blog/), expone que: "…tenemos que agradecer al Covid-19, es que nos ha encargo a todos, asumir nuestra misión educadora. Algo que nos hubiera tomado décadas hacerlo. Un enorme desafío en épocas insólitas, donde nuestra sapiencia de poco sirvió para afrontar esta crisis mundial. Por lo que urgimos aprender, ignoradas maneras de sobrevivencia, acudiendo a nuestro estupendo patrimonio, la educación…Los gobiernos, se encuentran ante dilemas de tomar decisiones para transformar la educación en favor del desarrollo sostenido, acortar la brecha digital y económica. Replanteando planes curriculares, con pocos contenidos funcionales en todos los niveles educativos, para afrontar futuras pandemias y desarrollar conceptos transversales como: solidaridad, resiliencia, y empoderar la competencia de aprender novedades rápidamente, según Peter Senge…Los estados, se ven forzados a acortar la brecha de inequidad, asignando el 15% del PBI al sector educación, para incluir a todos en el proceso educativo y dotar de libre acceso a internet de banda ancha, con robustos aparatos digitales para las clases, con énfasis en las zonas rurales y sociedades vulnerables, garantizando el derecho a una educación de calidad, reclamada por Julián de Zubiría…Obsesionados a desarrollar el capital humano, los docentes no entrenados en el manejo de tecnologías digitales, bruscamente fuimos arrojados del espacio presencial de la esfera virtual. Ahora, forzados a aprender disruptivamente, realizamos videoconferencias, curioseamos diferentes plataformas, acudiendo a nuestra creatividad y resiliencia pedagógica…Pero, ¿Acaso todos poseemos pertrechos digitales y ambientes educativos? Además de verse limitado nuestra didáctica presencial, como actores centrales del aprendizaje, gestionamos las emociones de los estudiantes ante la pérdida de un familiar, creando sociedades de aprendizaje como nos sugiere la Unesco. Asimismo, lidiamos ante los embates de los directivos que aún, solicitan evidencias, distrayendo nuestra misión, la de conocer y transitar cómodos, los archipiélagos virtuales para generar aprendizaje disruptivo y solidario…Millones de estudiantes ante una fría computadora, se ven obligados a aprender de manera autónoma y como era de esperar, fortalecen sus capacidades colaborativas con sus demás compañeros. Sin embargo, ¿Qué de aquellos que no poseen las herramientas digitales? Así como tampoco cuentan con una sala de estudios, millones de niños de las zonas rurales, no acceden a internet, limitándose a la televisión y la radio.

Así mismo, recalca Auris Villegas, los estudiantes de la media básica y el nivel superior, autorregulan, controlando sus pensamientos y sus motivaciones, para lograr aprender. Pero, la clave de la formación personal, los dicentes del nivel inicial y primario, aún no operan eficazmente la tecnología digital pedagógica, abriendo otro desafío mundial. "…Los padres de familia, quienes enconadamente criticaban nuestra labor pedagógica, ignorando que seguimos las pautas del sistema ya diseñados por un estado abocado a evaluar documentos. Esos mismos padres, hoy están asumiendo su verdadero rol educador e irremediablemente se ven obligados, hacer de sus hogares un lugar más agradable, no solo para la convivencia, sino para apoyar el aprendizaje de sus hijos…En este tiempo hondamente sensible, están volcados a ejercer la tolerancia filial y realizar el esfuerzo de acompañarlos en la aventura del aprendizaje autónomo y crítico. Ahora, ¿Qué concepto tendrán los padres de familia acerca de nuestra actividad académica?...Ante el drama que vivimos, la responsabilidad ética del empresariado, ponen a prueba su cultura pedagógica y posiblemente aprovechen esta oportunidad para congratularse con la colectividad, invirtiendo en internet de acceso libre para anclar el aprendizaje, así como financiar programas educativos y culturales en los medios de comunicación de señal abierta, que aún trasmiten bodrios programas…Ante esta prueba de la vida, las universidades y los institutos de los países en vías de desarrollo, están obligados asumir su función pedagógica y liderar la batalla científica contra el Covid-19. Apostando a la trasferencia tecnológica en la búsqueda de la vacuna y la prescripción médica para el cuidado de la sociedad…"

Y cierra círculo Auris Villegas, al afirmar que el "… desafío educativo del Estado ante la pandemia, es que no sucumban los más débiles. Retando a la torpe burocracia, los educadores como líderes pedagógicos, estamos comprometidos a capitalizar esta crisis y crear comunidades de aprendizaje para el desarrollo sostenido…"

A todas estas, el problema de la prosecución escolar y académica en tiempos de la pandemia del Covid-19, es conectividad, en un primer momento que yo calificaría de práctico-operativo; pero a ello hay que sumar problemas de tipo pedagógico y didáctico. Una cosa es la pedagogía y otra la didáctica; la pedagogía se ocupa de cuestiones globales de la educación, de las estrategias para organizar, coordinar, llevar adelante actividades de clases que conlleven al beneficio social de formar efectivamente a las personas en los saberes que les permitirán insertarse en la sociedad para contribuir a su desarrollo y progreso; la didáctica por su lado, es el proceso de enseñanza aprendizaje a través de los métodos prácticos que cada docente enfoca y orientar. En el plano pedagógico todos los sistemas del mundo están coordinados, responden a un criterio teórico y práctico estándar que las comunidades científicas han aceptado y han incluido en sus programas curriculares de formación, donde hay diferencia en el uso de la didáctica, ya que ella exige materiales y métodos a los cuales no todos los países tienen acceso, allí entra la tecnología de punta al servicio de los países más desarrollados y el uso del internet de manera ininterrumpida y bajo el criterio de plataformas estables, con sistemas eléctricos estables, que auguren éxito en los objetivos instruccionales planteados en cada asignatura que se imparta.

Puntualizando en las deficiencias de los sistemas educativos latinoamericanos para impartir la modalidad virtual de educación, única estrategia segura en tiempo de Covid-19, para minimizar el índice de contagios, se tiene la imposibilidad de mantener un sistema de conectividad estable y continuo, así como la debilidad manifiesta para adquirir aparatos periféricos de tecnología de punta, así como software educativos avanzados, que les permitan diseñar espacios virtuales adecuados donde se pueda validar un conocimiento aprendido de manera correcta y eficaz por un sujeto o estudiante que realmente sea el que está inscrito en el programa escolar o académico. No hay garantía de formar de manera eficiente y eficaz al estudiante inscrito en el curso, porque el acercamiento a él es limitado. En países desarrollados hay estrategias y software de primera generación que han superado esta limitación y aseguran en un 85% que el estudiante evaluado es el inscrito y es la persona que está en ese proceso de prosecución escolar o académica para alcanzar dominar saberes.

Es importante comprender que el proceso evaluativo en la formación escolar y académica es fundamental; entendiendo la evaluación como proceso continuo y permanente, que permite ir verificando los avances y el desarrollo de los aprendizajes, tanto a los docentes como a los propios participantes; la actividad evaluativa se asume como una acción más del proceso didáctico y no como una actividad de control y sanción para los estudiantes; esto implica la necesaria participación activa del estudiante en el proceso evaluativo y la combinación de distintas modalidades que se conocen como la heteroevaluación, autoevaluación y coevaluación. Estos parámetros son posibles de cubrir solamente en plataformas estables de conectividad, donde esto no existe, la modalidad virtual, o cualquier modalidad educativa, no alcanza sus objetivos, fines y metas.

En una palabra, la hoy denominada Universidad 2.0., tiene su origen, en las ciencias de la educación, en el marco de una educación 1.0., la cual se refiere a un proceso unidireccional en su mayor parte, en donde los alumnos adquieren la información generalmente de manera pasiva proporcionada por los docentes, lo que induce al estudio individual; trabajan sus contenidos a través de apuntes, artículos, libros de texto, vídeos y, en los últimos tiempos, la web. Es similar a la generación de la web (Web 1.0), que se caracteriza por ser estática, contenedora de documentos que jamás se actualizaban y solamente permitían su lectura; lo que equivaldría a proporcionar información de manera pasiva y lineal.

Por educación 2.0., o "Universidad 2.0.", a todas estas, se extrapola desde la idea de Web 2.0., donde se hace hincapié de que las nuevas tecnologías se apropian de los sistemas de información educativa. La web 2.0 es un concepto que se acuñó en 2003, y que se refiere al fenómeno social surgido a partir del desarrollo de diversas aplicaciones en Internet; el término establece una distinción entre la primera época de la Web, donde el usuario era básicamente un sujeto pasivo que recibía la información o la publicaba, sin que existieran demasiadas posibilidades para que se generara la interacción, y lo que se ha conocido desde la revolución de la informática, a partir de la década de los noventa del pasado siglo XX, que supuso el auge de los blogs, las redes sociales y otras herramientas relacionadas con el mismo.

La Universidad 2.0., vino a producir un fenómeno social que cambió para siempre la relación con la información y la relación entre estudiante-docente, porque los hizo parte de ella. En un aspecto puntual, las características de la Universidad 2.0., gravitan en un posicionamiento estratégico donde la Web funge como plataforma y aula de clase; un posicionamiento del usuario, donde el estudiante y el docente controlan sus propios datos; y se consolidan las competencias centrales de servicios en cuanto a invertir en conectividad, brindando un aprovechamiento de la inteligencia colectiva. Los avances tecnológicos han permitido que el nuevo modelo sea exitoso en cuanto a que favorece el proceso de grandes volúmenes de información, la velocidad de los buscadores, el trabajo colectivo y el manejo de la información multimedia, a un número elevado de personas. Es la masificación real del proceso de enseñanza-aprendizaje.

En el futuro, aunque ya se habla de eso, viene la Universidad 4.0., se orienta hacia la creación de la innovación inteligente en el campo de la ciencia y la tecnología y en el campo de la vida académica universitaria con la renovación del aprendizaje-enseñanza a partir de un currículo inteligente 1.0, donde la inteligencia humana y la inteligencia artificial adquieren el protagonismo del ser y el sentido de la universidad; la Universidad 4.0., sería una versión distinta de su esencia con respecto a la formación profesional: de la visión tradicional anclada en las murallas que resguardaban el saber en bibliotecas y aulas, ahora se transita a la visión ilimitada del saber con la realidad digitalizada, sin muros, tendiendo a conformarse como un ente organizador de la formación y del aprendizaje, bajo criterios de abordaje en red de las discusiones en torno a los saberes y la cocreación colaborativa y participativa entre nodos humanos y nodos inteligentes que intercambiarán y construirán la enseñanza y el aprendizaje.

En un aspecto puntual, según el portal https://aecconsultoras.com/, la crisis del coronavirus conlleva nuevas oportunidades para las empresas que sepan reaccionar y adaptarse, eso incluye las instituciones de educación superior como organizaciones concebidas, desde lo público y privado, para aportar contenido a las estrategias de progreso y desarrollo de los pueblos. Según la empresa investigadora de la Universidad de Sídney Gedeth Network, "…el 78% de los encuestados considera que la digitalización de las empresas es la principal lección aprendida de la crisis del Covid-19 seguido de la oportunidad de explorar nuevos mercados y canales (un 44%), tras el colapso de suministros y el cierre de proveedores vivido durante los momentos álgidos de la pandemia..."

Si se analiza las nuevas oportunidades de negocio por el tipo de empresa, incluyendo las nuevas ofertas académicas en estudios avanzados en el mundo, el 95% de las instituciones públicas identificó la mayor digitalización de las organizaciones como oportunidad para mejorar y ganar en eficiencia, mientras que las experiencias con pequeñas y medianas empresas, donde se incluye Institutos Tecnológicos, fueron las más pesimistas, com un 8% considera, donde se considera que pandemia no ha generado nuevas oportunidades; poniendo el foco en los países y regiones, las organizaciones de África y Oriente Medio (un 91%) y las de Latinoamérica (un 81%) son las que más se identificaron con las oportunidades asociadas con la digitalización, mientras que las de América del Norte (un 53%) y Asia-Pacífico (un 52%) lo hicieron con la internacionalización y la apertura a nuevos mercados.

A juicio de Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, se recomienda cuatro acciones esenciales: Primero, que en cuanto los gobiernos hayan controlado la transmisión local de Covid-19, se centren en reabrir las escuelas de manera segura, consultando y tomando en cuenta a todos los actores implicados, incluidos los padres de familia y los trabajadores del sector de la salud; Segundo, que se dé prioridad a la educación en las decisiones presupuestales; Tercero, que las iniciativas de educación lleguen a quienes corren mayor riesgo de quedarse atrás, como las personas en situaciones de emergencia o crisis, los grupos minoritarios, los desplazados y las personas con discapacidades; y Cuarto, que se dé un salto hacia sistemas progresistas que impartan educación de calidad para todos como una vía para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible.



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Ramón Eduardo Azócar Añez

Doctor en Ciencias de la Educación/Politólogo/ Planificador. Docente Universitario, Conferencista y Asesor en Políticas Públicas y Planificación (Consejo Legislativo del Estado Portuguesa, Alcaldías de Guanare, Ospino y San Genaro de Boconoito).

 azocarramon1968@gmail.com

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