Análisis Abierto

¿Y qué pasó con las medidas económicas del viernes 08 de marzo de 2019?

Ya han pasado más de una semana que el Presidente Constitucional Nicolás Maduro había declarado que para el viernes 08 de marzo iba anunciar unas medidas económicas; de hecho, lo iba hacer un día antes de la marcha de los patriotas convocada para el sábado 09. ¡Claro! Es de imaginarse que con el sabotaje al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) tal anuncio pasaría a un segundo plano porque la prioridad fue restaurar la energía eléctrica al País; donde se pudiera decir que Venezuela estuvo a centímetros de experimentar nuevamente una implosión social pero a grandes niveles; gracias a nuestro Presidente se logró evitar; pero también, gracias al Pueblo humilde quien supo interpretar las acciones encubiertas de los enemigos de la Patria.



Los estragos que dejó el sabotaje son incalculable, ha sido uno de los peores ataques que ha sufrido Venezuela pero que hoy en día ya comienza a recuperarse. A más de una semana se puede asegurar que el SEN se encuentra 100% funcionado óptimamente; lo que le permite al venezolano continuar con sus cotidianidades. Aunque esto no quiere decir que se no se deba tener previsión para un nuevo ataque; hay que estar siempre preparado para lo peor como lo manifestó el compañero y Presidente Maduro. Querer estar preparado no quiere indicar que exista debilidad en lo que se hizo, más bien significa estar fortalecido porque se anduvo en caminos desconocidos. Sin embargo, ya los problemas que quedaron en segundo plano vuelven a ser protagonistas de angustias. La luz llegó pero los especuladores criminales de los alimentos, medicinas y repuestos no se fueron, siguen aquí masacrando al bolsillo del Pueblo.



Desde el 15 de enero los trabajadores y las trabajadoras de Venezuela siguen teniendo un salario vulnerable que avanza a la velocidad de una bicicleta ante la especulación que lo hace en su Fórmula 1. Con la puesta en marcha del Plan de Recuperación, Estabilidad y Prosperidad Económica implantada el 20 de agosto de 2018, entre sus objetivos era la evaluación periódica del salario mínimo (cada 2 meses), cuyo valor se incrementaría de acuerdo al valor fluctuante y referencial del Petro; de hecho, para el mes de diciembre con un salario de 4.500 BsF se podía comprar 19 paquetes de un kilo de Harina Pan ya que este tenía un costo de 230 BsF (se toma como referencia este producto por ser un rubro de consumo masivo y diario para el venezolano) ahora, a mediado mes de marzo el salario se ubica en 18.000 BsF y sólo se pueden comprar 6 paquetes de un kilo, puesto que este rubro extrañamente lo subieron y se vende a precio “justo” en 2.900 BsF (aunque ya se habla de un aumento a 5.700 Bsf) lo que significa que el poder adquisitivo disminuyó la capacidad de comprar. Igualmente ocurre con el queso; en diciembre se lograba comprar 3 kilo con un sueldo de 4.500 BsF ya que el Precio Justo acordado por el gobierno-empresario del queso jamás apareció en los anaqueles. Hoy sólo se puede comprar 1 Kg.



Definitivamente el salario actual tiene una depreciación de 68,4% ante las inclementes especulaciones que ejecutan a diario los comerciantes y empresarios criminales que especulan, colocando el Plan económico nacional en las telas de los juicios populares. El Presidente Maduro debe darle un Golpe de Timón inmediatamente a la Revolución antes de que se siga entreteniéndose nuevamente en los próximos ataques que seguramente hará la Oposición fascista y apátrida; lo que esto forjará colocar de nuevo en el segundo plano los anuncios económicos mientras se destroza el salario del trabajador. Es importante reconocer que la Revolución hace esfuerzo para garantizar que llegue el alimento a los hogares venezolanos a través de las cajas Clap; pero sin duda alguna existente tres factores que hacen a ese esfuerzo convertirse en una acción dilatada e irregular. Primero, la inestabilidad cronológica en llegar de manera puntual en la mayoría de los hogares. A veces tarda dos o más meses en ser entregada. Segundo, el desconocimiento que existe en su costo y como se relaciona este con su contenido; es decir, el beneficiario la cancela y no tiene idea de lo que contendrá. Será por eso que se ha ganado el nombre de “cajita sorpresa”. Tercero, la alteración en su precio, una caja Clap la cobran a precio altísimos. Se pudiera decir que se debe al transporte, pero si estas están acopiadas en el Puerto de La Guaria y Caracas no se puede entender que existan cajas con el valor más bajo en regiones más lejanas que los estados que están más cerca del centro de acopio principal; Igualmente sucede dentro de los estados.



Es de suponer que el programa social Caja Clap y Bonos de la Patria es una ayuda para resistir la Guerra Económica; pero aun así, para el trabajador con un salario precario y algún sugerido (bolsa de comida) que le proporciona la institución donde labora (no todas) se le hace imposible tener una mejor calidad de vida. Hoy la fuerza de trabajo mensual tiene un valor de 18.000 BsF (5 $ según tasa Dicom) lo que vale menos de una cajita de cualquier antibiótico que se puede necesitar para tratar una simple infección en una muela. Este hecho es una cotidianidad a diaria. Como ejemplo se pudiera tomar una pareja joven que tengan dos hijos (menores de 18 años) ambos son profesionales y ganan 40.000 BsF mensuales incluyendo ambos sueldos; se añade Hogares de la Patria y logran 49.600 Bs; ellos no adquirirán algunos productos alimenticio porque le llega “puntualmente” la caja Clap con sus productos “completos” en sus hogares + lo que “reciben de alimentos” en la institución que laboran. Ellos sólo cubrirán gastos en los rubros cárnicos, detergentes, higiene personal, transporte y servicio de telefonía. Sin embargo, comprar hoy en día un kilo de jabón en polvo cuesta 15.000 BsF; para una familia de 4 integrantes bastarían 4 kilos de carne para un mes (alternado con frijoles) estos sería 28.000 BsF (7.000 BsF x kg) ya su presupuesto tendría un gasto de 43.000 BsF. Se viene el gasto de higiene personal y para comprar un jabón de tocador o baño tendrán que desembolsar 5.000 BsF para que el presupuesto les quede en 48.000 BsF apartando los 1.600 para pagar el transporte. Es decir, para poder terminar de comprar los demás productos de higiene personal (papel sanitario, champú, crema dental, desodorante y toallas sanitarias) como los demás detergentes (cloro, desinfectante y desengrasantes) y a su vez los servicios de telefonía; todos ello pasaría al déficit presupuestario del hogar de esa joven pareja donde su salario se disolvió en un santiamén.



Es difícil una situación así, donde el salario ha sido golpeado por la especulación y la falta de encontrar la “fórmula mágica” para detenerla. El Presidente Maduro no puede seguir corriendo la arruga para implementar medidas que aseguren fortalecer el salario. Lo hemos escuchado muchas veces reconocer al Pueblo venezolano como como un Pueblo heroico que ha sabido resistir ante los embates de la Guerra Económica; siendo cierto, pero el amor se paga con amor; a ese nivel no se le puede exigir sacrificio tras sacrificio al Pueblo sin otorgarle nada a cambio; no es cuestión de obrar para recibir, es una mera lógica de que si un Pueblo sale a luchar por su Patria los gobernantes deben hacer lo posible para reivindicarle sus derechos socioeconómicos y no permitir que la especulación siga devorando el estómago de cada compatriota y caiga muerto en acción como las bajas sufridas por Napoleón. Esa pareja de joven tiene la virtud de no necesitar aun la emergencia médica porque ir a un hospital y que le digan a un familiar que debe comprar desde un yelco, solución 0.9 hasta la anestesia es un crimen para un salario mínimo.



No se trata de desconocer las consecuencias de la Guerra Económica, pero la especulación es un problema que va de la mana con la corrupción y ahí la Revolución ha sabido ser ineficaz; a pesar de los muchos procedimientos judiciales abiertos eso no representa nada ante un monstruo gigantesco que nos acribilla sin compasión; aunado a que las leyes penales en los delitos económicos y corrupción parecieran que han sido usadas para sacrificar al débil y salvar al poderoso.



En definitiva, la fuerza de trabajo de una trabajador o trabajadora mensual no puede seguir representado un valor por debajo de un bulto de harina pan, dos litros de aceite, una caja se antibióticos, un paquete de leche en polvo o una bolsa de Avena; eso es un crimen de lesa humanidad. Un salario mínimo por debajo de 5$ aun recibiendo bonos y cajas no es suficiente para sostener una familia de 4 integrantes. Eso lo que permitiría es incrementar la corrupción y alentar a los trabajadores a abandonar sus trabajos para irse del país o ingresar al sistema especulativo convirtiéndose en nuevos comerciantes especuladores; incluso desde la economía informal. Y un país así, es una bomba de tiempo.



Poesía de este autor:



Me convidan a ser soldado de lucha en mis propias tierras

Me convidan a ver las sombras que nacen sobre las montañas de fuego

Soy un ser que sostiene tus peanas ante las letras sonaras de mis gobernantes

Me veo en la acción pero no en los laureles; quisieras tomar la espada que determina lo que soy

Enfurecí con el llanto al ver la caída de las aguas rojas sobre mis hermanos, pero fueron las victorias que me hicieron olvidar las angustias.



Caminando me di cuenta que el sendero ya no estaba iluminado porque las luces se las tragaban los demonios acorderizados.

Las siluetas de los leviatanes me decían que sus colores cambiaban de acuerdo a la tormenta, pero los paisanos no sabían si comer al lado de ellos o dejar que la lluvia limpiase las migajas dejadas en las grietas de suelo.



¡Oh dolor! Que tanto has sabido ser cruel con este cuerpo que ha trillado resistir las intrigas de mis enemigos. Me levanto a cada caída para verte los ojos que no me miras; sin creer que eres parte de mí me tuerzo para arrancarme un brazo pero al final el sufrimiento me vuelve a dominar.



¡Oh Dolor! Que tu pesadez me encarna sobre mis hombros para llevarte hacia los caminos de la victoria sin saber que eres querubín o demonio porque mis tierras también son tuyas y mientras luchamos para definirnos al final de la guerra, nos envolvemos en las mismas sabanas de la Guerra.



Me convidas a luchar por ti y por mí, siendo yo Pueblo y tu gobernante.

 



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Carlos Gutiérrez


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