El cantinflerismo imperial

"Cantinflada: Dicho o hecho incongruente y disparatado, propio de Cantinflas"

En la historia reciente de la geopolítica hemisférica, pocas figuras han encarnado con tanta precisión el arte de la contradicción como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Su discurso sobre Venezuela no solo ha sido errático, sino que ha alcanzado niveles de ambigüedad que rozan el absurdo, configurando lo que podríamos llamar sin temor a exagerar: el cantinflerismo imperial.

Un día, Trump declara "no está considerando ataques contra Venezuela", negando cualquier intención bélica. Al día siguiente, afirma que "todo es posible" y que "Maduro tiene los días contados", insinuando una inminente acción militar. Esta oscilación entre la negación y la amenaza no es ingenua: forma parte de una estrategia comunicacional que busca mantener a Venezuela en un estado de incertidumbre permanente, debilitando su soberanía mediante el miedo y la desinformación.

La avanzada militar estadounidense en el Caribe, con portaaviones y submarinos nucleares, ha sido presentada como una operación antidroga. Sin embargo, los mismos voceros del gobierno norteamericano han dejado entrever que "la parte terrestre está en la mira", lo que contradice la narrativa oficial y sugiere fines mucho más agresivos. ¿Es acaso el narcotráfico una excusa para justificar una intervención encubierta?

Más desconcertante aún es la afirmación de Trump de que merece el Premio Nobel de la Paz, mientras en paralelo se filtran reportes sobre órdenes directas a la CIA para desestabilizar y destruir al gobierno chavista. Esta dualidad entre el pacificador autoproclamado y el conspirador encubierto revela una profunda incoherencia ética y política.

Este estilo discursivo, recuerda al personaje de Cantinflas por su capacidad de hablar mucho sin decir nada claro, no es solo una curiosidad retórica. Es una herramienta imperial. El cantinflerismo de Trump permite justificar cualquier acción (desde el bloqueo económico hasta la intervención militar) sin asumir responsabilidad directa. Es el lenguaje de la guerra híbrida, donde la ambigüedad es arma y la confusión, estrategia.

En este contexto, los pueblos del Sur global, y especialmente Venezuela, deben estar alertas. La defensa de la soberanía no solo se libra en los campos diplomáticos o militares, sino también en el terreno simbólico del discurso. Desenmascarar el cantinflerismo imperial es un paso necesario para construir una narrativa propia, clara, digna y resistente.

El estilo discursivo cantinflérico del presidente estadounidense, Donald Trump, se parece mucho a la guerra verbal de aranceles que mantiene con el mundo.

 



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Oscar Bravo

Un venezolano antiimperialista. Politólogo.

 bravisimo929@gmail.com      @bravisimo929

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